viernes, 19 de septiembre de 2008

Del Grito de Dolores, al Grito de Dolor

DEL GRITO DE DOLORES AL GRITO DE DOLOR

La noche del 15 de septiembre, la delincuencia organizada incrementó de manera cuantitativa y cualitativa su ofensiva contra las instituciones del estado mexicano, contra el orden jurídico y contra la sociedad mexicana y sus libertades.

El incremento es cuantitativo porque se recurre al uso de granadas de fragmentación con la intención deliberada de causar el mayor daño posible en cuanto a pérdida de vidas humanas y a causar el mayor número de víctimas con lesiones graves con secuelas de por vida.

El incremento es cualitativo, porque el crimen organizado ya no se enfrenta únicamente a las fuerzas policíacas y militares, a quienes ha infringido numerosas bajas, ni se enfrenta ya únicamente a otros grupos criminales con quienes compite en el negocio del narcotráfico, sino que ahora, su ofensiva es contra de una sociedad indefensa, compuesta de hombres, mujeres y niños, desarmados e inermes, que concurren a la mayor fiesta cívica del calendario oficial: el festejo de nuestra independencia nacional, marco idóneo para refrendar la vigencia de nuestros derechos y libertades, colectivos e individuales y para expresar el deseo de seguir viviendo en un régimen de derecho, de libertades, de justicia y de independencia.

Ya no es el slogan oficial: “Se están matando entre narcos”; no, ahora están matando a gente inocente y ajena a las actividades delictivas. Dos días antes, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, declaró: “ENTRE NARCOS, LA MAYORIA DE EJECUCIONES.

“Luego de participar en la ceremonia del 161 aniversario de la gesta heroica de los Niños Héroes de Chapultepec, el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, dijo que la mayor parte de las ejecuciones responden a la confrontación entre los propios grupos del crimen organizado y contra el estado, a través de algunas de sus corporaciones policíacas”.

“Mouriño dijo que el estado mexicano está fuerte frente a la ola de violencia que se registra en el país”.

“El estado es mucho más fuerte que cualquier grupo delictivo y también hemos dicho que hay debilidad institucional en distintos niveles que hay que resolver”, aseguró en entrevista. (Milenio 14/09/08)

El crimen organizado desmintió al secretario de Gobernación y asesinó la noche del 15 de septiembre, con dos granadas de fragmentación, a 7 víctimas inocentes y dejó 132 heridos, habitantes de Morelia, en su mayoría gente humilde.

Este hecho es un incremente cualitativo también, porque el crimen organizado amplía su ofensiva y hace víctima a la sociedad, muriendo gente inocente y creando un ambiente de terror, de miedo colectivo, de incertidumbre, de pánico que va creando en la conciencia colectiva que vivimos en un país donde nadie está seguro y donde las víctimas del crimen organizado pueden ser cualesquiera ciudadanos, por más bien portados que sean. La lucha de los malos no únicamente alcanzó a los malos, sino también a los buenos y eso ya preocupa a los grupos mayoritarios de la población. Las víctimas de la delincuencia no son ya, únicamente, las familias adineradas que pueden ser secuestrados, sino también el simple ciudadano de condición humilde que tiene como único festejo las fiestas patrias.

Tres días antes de que se suscitara este lamentable hecho que todos condenamos y repudiamos, escribí en esta columna que la fuerza del crimen organizado y la falta de eficacia del estado para combatirlo, tenía mucho que ver con la falta de acuerdos políticos y cito nuevamente ese comentario: “Hay otro aspecto que es el político y mientras el gobierno federal no logre acuerdos políticos tendrá dos frentes de batalla en detrimento de la seguridad de los mexicanos”.

“Un frente en contra de la delincuencia y el otro en contra de las fuerzas políticas, partidos y poderes”.

“Actualmente, el gobierno federal panista mantiene un enfrentamiento permanente con las fuerzas políticas opositoras, se confronta con el congreso de la unión, acusándolos de que no aprueban sus reformas y se confronta también en la aplicación presupuestal con los gobiernos de los estados que surgen de partidos diferentes al PAN”.

“El presidente Calderón, al igual que Fox, tienen temor de cumplir a plenitud sus funciones constitucionales; primero, porque creen que no lo van a poder hacer bien, porque no saben cómo y segundo, porque creen que se pueden exceder y que pueden parecer autoritarios y contribuyen a no resolver los problemas que les corresponden y en consecuencia, a agravarlos, creando vacíos de poder que otros poderes fácticos terminan por llenar”.

“Así, tenemos ocho años de un poder presidencial que no puede, de un gobierno federal que no gobierna, de un presidente que se asusta por los machetes de Atenco y el zócalo semillero”.

“El que un presidente de la república no tome las decisiones de manera oportuna, puntual, eficaz, pertinente, etc., se agrava por el hecho de que en el congreso de la unión no hay un partido que tenga una mayoría absoluta que le permita tomar decisiones que den la gobernabilidad que el ejecutivo no puede tener por si mismo”.

“Entonces, un ejecutivo que no resuelve y un congreso donde se dificulten los acuerdos porque los responsables de la política nacional no tienen la capacidad política para formar mayorías, hace que lleguemos a la atonía en el ejercicio del poder público y si a ello agregamos que la Suprema Corte de Justicia de la nación legisla y de manera autocrática vulnera la certidumbre jurídica, el problema de la gobernabilidad se agrava”.

“El gobierno federal enfrenta una batalla de tipo político con los partidos, con los que no se pone de acuerdo y con el congreso que no acuerda y por otra parte, enfrenta otra batalla con el crimen organizado”.

“Parte de la inteligencia del gobierno federal, de sus recursos políticos, de su fuerza institucional, de sus facultades legales, las dedica a confrontarse políticamente con la oposición y lo que le queda, lo destina al enfrentamiento contra la delincuencia y el crimen organizado”.

“De esta manera, el gobierno federal enfrenta dos batallas y no gana ninguna, y en ambas, los mexicanos salimos perdiendo”.

“Si lograra acuerdos políticos, si reconociera que no son mayoría y si el gobierno no se enfrentara con toda su fuerza a la oposición política, tendría el respaldo y la fuerza política para ganarle a la delincuencia, pero al dividir sus fuerzas –por lo demás, carentes de inteligencia y estrategia- no avanza victorioso en ninguno de los frentes de batalla en que divide su ejercicio gubernamental”.

“El presidente Calderón debería gobernar mediante acuerdos con las fuerzas políticas y dejar la confrontación con los opositores en manos de Acción Nacional, que los partidos se confronten y que el ejecutivo realmente gobierne, para que tenga la fuerza suficiente para ganarle la batalla a la delincuencia”.

“El gobierno de Calderón debe definir cuál es su prioridad: combatir y aniquilar a las fuerzas políticas, o a la delincuencia organizada”.

“Si decide combatir con todas las fuerzas del Estado a la delincuencia organizada, podrá contar con el apoyo de las fuerzas políticas del país, pero no puede mantener dos frentes de batalla, porque seguirá perdiendo en ambos”.

“Que la experiencia del nombramiento de Roberto Campa no se repita, porque Calderón subordinó la seguridad de los mexicanos al pago de favores electorales”. Fin de la cita.

Esto que escribí hace unos días, cobra vigencia con los hechos de Morelia y con la reacción oficial del presidente de la república, de los partidos políticos y de los poderes de la unión, ante esos sucesos sangrientos.

El presidente de la república, en el acto conmemorativo del 198 Aniversario de la Independencia, el pasado 16 de septiembre declaró:

“Que contra ellos se actuará con todo el poder y la fuerza del Estado, el titular del Ejecutivo federal pidió repudio unánime, condena sin excepción y unidad manifestada en el cierre de filas en torno de dicha acción gubernamental contra el crimen”.

Desde luego, hay un repudio unánime y también hay unidad en que el gobierno combata al crimen organizado, en lo que se difiere y en lo que muchos no están de acuerdo es en la estrategia que el gobierno de Calderón ha seguido y en los resultados obtenidos hasta el momento, así como en la descoordinación que han demostrado los diferentes cuerpos policíacos y la manera impune como algunas policías se han coludido y protegido al crimen organizado y han sido partícipes de hechos ilícitos desde los cargos policíacos que ocupan.

El Presidente Calderón dijo: “La patria exige unidad de los mexicanos. Se puede discrepar, pero no deliberadamente dividir y enconar. Se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestro próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no se puede atentar contra el Estado mismo”.

Aquí, el presidente Calderón se está refiriendo sin duda y relaciona el atentado de Morelia con la división política y la lucha polarizada en el campo político y de alguna manera se refiere también a la oposición, al decir que se puede discrepar pero no deliberadamente dividir y enconar, aquí no se refiere al crimen organizado, porque éste no disiente ni opina distinto, éste combate fuera de la ley al gobierno, delinque y asesina, violenta la convivencia social, y además, el crimen organizado no se expresa en el marco de libertad que el propio estado garantiza, por el contrario, actúa fuera del marco de libertades y de la ley.

Entonces, Calderón quizás en su malestar y en su preocupación justificada, no fue muy claro, o no quiso serlo, en llamar a la oposición a acuerdos políticos serios que fortalezcan a las instituciones y al propio gobierno en la lucha contra el crimen organizado, porque también Calderón dijo: “La patria, la patria exige la unidad nacional, unidad que supone un repudio unánime y sin matices a tan repudiables hechos, unidad que implica dejar ya a un lado acciones o intereses que buscan dividir a los mexicanos”. Las negritas son mías.

Repito, unidad y repudio a esos hechos sangrientos existen, pero en el llamado a la unidad, el presidente Calderón, de alguna manera, hace un llamado a la oposición, a dejar ya a un lado acciones o intereses que buscan dividir a los mexicanos, pero en ningún momento llama a acuerdos con su gobierno.

El Presidente Calderón también dijo: “En nombre de la República, demando a todos los mexicanos, sin excepción, en esta hora crítica, la unidad que México necesita”

“Y habló de que, en esta fecha tan significativa, el pueblo habrá de mantenerse unido ante quienes quieren vernos divididos”. “Se equivocan quienes pretenden que el miedo haga presa de nuestra sociedad y nos inmovilice”. Reconoció la hora crítica que vive México, pero no la urgencia de los acuerdos.

Calderón dijo: “Se pretende sembrar el miedo o el desaliento para satisfacer ambiciones o intereses personales o de grupo; quien pierde no es una persona o un grupo, quien pierde es México y quienes sufren las consecuencias somos todos los mexicanos”.

Las ambiciones o intereses que ejecutaron los hechos de Morelia, no son personales o de grupo, son criminales y fuera de la ley, la alusión a personas o grupos tiene una connotación política y lo sucedido en Morelia tiene una connotación de crimen organizado y terrorismo.

Por eso es importante la declaración de los dirigentes de los 3 grandes partidos de México, que si plantean la necesidad de acuerdos: “Las dirigencias de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) exigieron que en la lucha contra el crimen organizado la fuerza del Estado se exprese “no sólo con acciones punitivas, sino también con la construcción de espacios para la interlocución con la sociedad civil organizada”. O sea, son acuerdos políticos.

Al emitir anoche una declaración conjunta, en la cual condenan el atentado en Morelia, Michoacán, los presidentes nacionales de los tres partidos,

Consideraron que “es hora de mantener la unidad en torno a las instituciones de la República” para “enfrentar sin fisuras al crimen organizado, siempre en el marco de la ley”, así como para defender y mejorar el orden democrático y el imperio del estado de derecho”.

Destacaron la necesidad de impulsar acuerdos parlamentarios que consoliden la fortaleza y eficacia de las instancias encargadas de la procuración e impartición de justicia, y que los tres órdenes de gobierno “sean eficaces en el desempeño de sus responsabilidades”.

Es precisamente mi comentario del viernes anterior, prueba de ello es que en el Grito del Zócalo de la ciudad de México, se dio la disputa mediática por ese espacio para que el gobierno y el PRD dieran el Grito, y el tema fue ese durante varios días tan es así que se emitió desde el gobierno la siguiente declaración: “La reciente ejecución de 24 personas, cuyos cadáveres fueron hallados en un paraje boscoso del estado de México, no es motivo para incrementar la seguridad con motivo de la ceremonia del Grito de Independencia en el Zócalo capitalino, como tampoco del desfile militar del 16 de septiembre, afirmaron fuentes castrenses”.

“Las medidas de seguridad no se han modificado en su “plano original” y que no se prevé “nada extraordinario” en la materia”.

Porque eso es lo que interesaba a las autoridades, cómo resolver el conflicto político por la disputa del Zócalo y no tanto qué hacían o preparaban los criminales en otras partes del país, como sucedió en Morelia y donde también hay un mensaje del crimen organizado, Morelia es una ciudad gobernada por el PRI, el estado de Michoacán gobernada por el PRD y de ese estado y precisamente de la capital donde fueron los hechos, es originario el Presidente de la República, Felipe Calderón del PAN.

El crimen organizado no se anduvo por las ramas y horas antes de que el gobierno de la República hiciera desfilar en todo el país y concentrara en el desfile de la ciudad de México a lo más selecto de las fuerzas armadas y mostrara su equipo moderno y armamento incluyendo aviones Hércules y F5 de combate, estallaron dos granadas en Morelia que sembraron de pánico y terror el territorio nacional y en el desfile militar del 16 de septiembre, el pueblo de México presenció a nuestro Ejército y a la Armada el imponente armamento con que cuenta, y aún así, la gente no se sintió segura, en el ánimo de los mexicanos fueron más contundentes las granadas de Morelia y las imágenes de las víctimas en el suelo sin vida y ensangrentadas.

Pero la preocupación de panistas y perredistas era otra: “Este domingo, en el Zócalo capitalino quedaron instalados los templetes que utilizarán tanto el gobierno federal como el “gobierno legítimo de México” para llevar a cabo, por separado, sus respectivas ceremonias del Grito de Independencia”.

“A un costado de Palacio Nacional se colocó la tarima que utilizarán los artistas contratados para la ceremonia que encabezará el Ejecutivo federal, y en el otro extremo, cerca del cruce entre la Plaza de la Constitución, 5 de febrero y 16 de septiembre, se preparó el espacio donde estarán Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores”. (La Jornada 15/09/08)

Así, hubo dos gritos políticos en el zócalo y un grito de dolor en Morelia, desde luego que el de mayor impacto fue el de Morelia, los otros dos gritos son lo que distrae y entretiene al PAN y al PRD, mientras los criminales hacen de las suyas.

aproposito2004.blogspot.com

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