martes, 12 de julio de 2005

Ros de julio, Celebrar en Foxilandia

No cabe duda que México y foxilandia son dos países diferentes, los dos existen: México, el país que todos conocemos, vemos y sentimos, y foxilandia, que sólo existe para el presidente Fox y su gente más cercana, ambos países son totalmente diferentes, porque, también por fortuna, somos muy diferentes la inmensa mayoría de los mexicanos respecto del presidente Fox y su círculo más cercano.

Por lo anterior, se explica que tengamos percepciones diferentes sobre el desarrollo del país; la mayoría, que consideramos que las cosas no marchan bien, y el presidente Fox, para quien el país va de maravilla, y por eso el presidente se desespera y se molesta con los medios de comunicación, porque no entienden lo que él dice, ni ven el país que él ve; por eso, su vocero presidencial ha tenido exceso de trabajo, porque tiene que explicarnos a diario, porque no entendemos lo que el presidente quiso decir.

Hace unos días, Rubén Aguilar, vocero presidencial, declaró que él no corrige al presidente, que a quien corrige es a los medios y podemos concluir que el presidente y su vocero no están equivocados, que la inmensa de la mayoría de los mexicanos tampoco; por eso, nos queda ya muy claro, que cuando el presidente Fox habla, no se refiere a México, sino a otro país llamado foxilandia, fundado el dos de julio de 2000 y que recientemente festejaron el quinto aniversario de su nacimiento.

Lo anterior explica por qué el presidente, el vocero y Manuel Espino decían que había mucho que festejar el dos de julio; y era, precisamente, porque ellos se refieren a otro país; por esa misma razón, Manuel Espino, presidente del PAN, al evaluar el resultado electoral del 3 de julio en los estados de México y Nayarit, declaró que para el PAN no fue una catástrofe, que los resultados eran previsibles, lo que quiere decir que si un ciclón destruye pueblos, entonces no hubo catástrofe, porque se previó que podría destruirlos.

El día 28 de junio, comenté en esta columna mis apreciaciones sobre las elecciones del Estado de México y de Nayarit. En esa fecha anticipé los resultados favorables para el PRI en ambos estados y di a conocer probables cifras de los resultados. Del estado de México, escribí que el periódico Reforma le daba al PRI 46 puntos, el resultado final fue 47.58 puntos; también dije que PAN y PRD se disputarían el segundo lugar y que el PRD podría sacar 24 puntos; finalmente, el PRD obtuvo 24.26 y el PAN 24.60 puntos, tal como lo dijimos, empatados, perdiendo y con 24 puntos.

Respecto de Nayarit, dije que la empresa Proyecta daba al PRI 49 puntos, finalmente sacó 46.5 puntos, o sea, el pronóstico fue correcto pues la desviación fue de sólo 2.5 puntos. Proyecta dio al PAN 6 puntos y obtuvo 5.8 puntos, una desviación de apenas dos décimas de punto porcentual; al PRD le dio 41 puntos y obtuvo 42.6, una desviación de apenas 1.6 puntos. O sea, los resultados, como dijera Manuel Espino, fueron los previsibles.

En el caso de Nayarit, de 20 presidencias municipales, el PRI obtuvo 16, el PAN 2 y el PRD 2, ganando el PRI los municipios más grandes. De las 18 diputaciones en disputa, el PRI obtuvo 15, el PRD 2 y Convergencia 1, el PAN no obtuvo ninguna diputación de mayoría, lo que acredita para el Partido Acción Nacional una verdadera catástrofe política, pues el gobernador Antonio Echavarría, siendo panista, apoyó con toda la estructura del gobierno estatal al expriísta senador Miguel Navarro, candidato del PRD.

López Obrador visitó Nayarit en seis ocasiones para respaldar al candidato perredista, con lo que el PRI acreditó que en Nayarit derrotamos al PAN, al PRD, al gobernador del estado y a López Obrador.

En el estado México el triunfo del PRI es inobjetable, además de contundente, ya que obtuvo 23 puntos más que el candidato del PAN y del PRD. Allí les ganamos al dos por uno, pues el PRI obtuvo 47.6 por ciento de la votación y el PAN y PRD, juntos, 48.8 por ciento de la votación. Cabe destacar que al arranque de la campaña, el periódico Reforma publicó una encuesta donde la ventaja en favor del candidato del PAN era de 14 puntos, lo que quiere decir que tuvimos un excelente candidato en Enrique Peña Nieto, una excelente estructura partidaria, un partido unido, una excelente campaña y la suma del apoyo de Roberto Madrazo y Arturo Montiel.

Por parte de Acción Nacional, la señora Marta Sahagún fue de las grandes perdedoras, pues al principio hizo varias visitas al estado de México, acompañando al candidato y cuando vio la inminente derrota, lo dejó sólo y lo mismo hizo la dirigencia nacional del PAN y de los candidatos panistas a la presidencia, sólo Calderón lo apoyó, pero más que nada, Felipe fue a promoverse. Por el lado del PAN, tuvieron un candidato muy malo, y según él mismo, muy feo y según yo, espantoso como candidato, pues se presentaba, en ocasiones, en estado de ebriedad a los mítines, los cancelaba con frecuencia, y presumía su obsceno leguaje, sus grandes pelotas y su pequeño cerebro; en suma, un patán que tuvo un desenlace predecible, previsible y merecido.

Por parte del PRD, hubo una candidata desligada del estado de México y alejada de las bases perredistas, con nombre y apellidos de difícil pronunciación, además de inventados y con un pasado que le afectó, impuesta a la militancia por Manuel Camacho y López Obrador; un PRD local desplazado por el comité nacional y una campaña electoral dependiente en eslogan y compromisos de la de López Obrador, siendo Andrés Manuel el gran perdedor en el estado de México, lo que acredita que su popularidad en el DF no influye en los estados de la república por mas cerca que estén de la capital del país y que las elecciones de los estados y la nacional, se hacen con la estructura que los partidos tienen en los estados.

En el caso del estado de México, López Obrador no le aportó nada a la candidata del PRD, pues en 1999, el PRD obtuvo el 22 por ciento de los votos y en el 2003 el PRD obtuvo el 25 por ciento de los votos. En esta elección el PRD obtuvo 24.2 por ciento, se podría decir que obtuvo 2.2 puntos más que en la elección de gobernador en 1999, pero ahora en esta elección fue aliado con el PT, que en la pasada elección del 2003, para diputados federales, obtuvo 4.8 por ciento, lo que quiere decir que si sumamos el 22 por ciento del PRD más el 4.8 del PT, la suma sería del 26.8 por ciento, comparándola con la de 1999, y en la elección del 2003 el 25 por ciento del PRD y el 4.8 del PT nos dan 29.8 por ciento, y si ahora en el 2005 aliados obtienen 24.2, tuvieron un evidente retroceso, incluyendo a López Obrador, que no le aportó nada a la candidata del PRD.

Habrá que recordar que en 1999, el PRI obtuvo 42.4 por ciento, con un millón 360 y un mil votos y ahora, con 5 puntos más, alcanzó una votación de un millón 801 mil votos; o sea, 430 mil votos más, aproximadamente, que en la pasada elección para gobernador.

Podemos concluir que en el estado de México ganó el PRI ampliamente, al igual que lo hicieron Madrazo y Montiel; y perdieron el PAN y Marta Sahagún, y el PRD con López Obrador.

Con los resultados electorales anteriores, se confirma que el efecto Fox del 2000 se va convirtiendo ya en el defecto Fox para el 2006, pues la población mexicana ha resentido los fracasos del panismo en el gobierno de manera directa en los bolsillos de los mexicanos por la pérdida de empleo y del deterioro permanente del salario; así, el presidente Fox cargará en la próxima elección con el mérito de que en su sexenio se dio el mayor aumento de desempleo que en los últimos cuatro gobiernos, más de 6 millones de nuevos desempleados y un crecimiento promedio de apenas 2.1 por ciento serán parte del legado económico del presidente Vicente Fox, quien hace cinco años prometía que el producto interno bruto (PIB) crecería 7 por ciento y que se generarían un millón de empleos anuales. La realidad es que el sexenio foxista pasará a la historia como el de mayor crecimiento del desempleo en las últimas cuatro administraciones.

En la actual administración han coincidido la generación de empleos más baja en tres sexenios, (165 mil 39 plazas al año, en promedio) y un crecimiento de la Población Económicamente Activa de un millón 463 mil personas.

Así, con Vicente Fox el faltante de empleos aumentará en 6 millones 489 mil 807. Cabe destacar que en el sexenio foxista, 400 mil personas emigran anualmente a Estados Unidos, los primeros cuatro años de esta administración panista, un millón 600 mil mexicanos se fueron de braceros, las cifras más altas en los últimos 40 años. En cuanto a crecimiento económico, Fox también terminará por debajo de Salinas y Zedillo. Entre 2001-2004, el PIB creció en promedio 1.6 por ciento.

Así, el promedio anual del sexenio foxista quedaría en 2.1 por ciento, menor al conseguido por Zedillo (3.5 por ciento) y Salinas (3.9), y muy lejos de lo que alcanzaron sus antecesores, con excepción de Miguel de la Madrid.

Lo que quiere decir que Fox sí ha hecho cosas, sobre todo aumentó el desempleo, aumentó el número de braceros, aumentó la inseguridad, disminuyó el crecimiento económico, aumentó el narcotráfico y disminuyó la gobernabilidad.

En el año 2000, el 74.7 por ciento de las familias mexicanas vivían en hogar propio y hoy, hoy, hoy, sólo el 70.7, lo que quiere decir que aumentó en un 4 por ciento el porcentaje de los mexicanos que no viven en casa propia.

El ahorro externo estaba en 3.1 por ciento, y actualmente es de apenas de 1.4 por ciento. Según el CENEVAL, el nivel de los aspirantes a preparatoria cayó en matemáticas, español y geografía. México se ubicó en el lugar 78 de 120 países, en cuanto a la imparcialidad de sus jueces. El Banco Mundial considera que México disminuyó de calificación en 5 de los 6 rubros que evalúa.

México aparece en el lugar 56, de 60 países, en el índice de competitividad; en 30 por ciento han aumentado los trámites del gobierno, según agencias internacionales; uno de cada 5 empresarios globales ve a México como un destino de alto riesgo para la inversión; por cada empleo formal, en los últimos cinco años, se han creado 4 informales; ya no somos la novena economía del mundo, sino la décimo cuarta, estamos peleados con casi todos los países del continente, hemos desmantelado y desprestigiado el servicio exterior mexicano, nos hemos peleado con los negros de todo el mundo, hemos unificado a las bandas del narcotráfico en contra del gobierno, etc. etc.

¿Quién dice que no hay nada que festejar el dos de julio?

Bueno, el que el PAN se encuentre en tercer lugar en todas las encuestas para la elección presidencial del próximo año, es un gran motivo de festejo.

Por eso tiene razón Manuel Espino dirigente del PAN las derrotas de su partido son predecibles y previsibles.

Por eso, también tiene razón Rubén Aguilar, el vocero presidencial, pues él no corrige al presidente, y tiene razón, el presidente es incorregible.

El vocero afirma que él sólo corrige a los medios, y tiene razón, corrige a los medios…tontos que dicen que nos gobiernan.