sábado, 29 de noviembre de 2008

La Entrevista de Humberto Silva, Parte I


En el marco de las publicaciones que hice sobre la sucesión del 2005, y algunos comentarios previos a estos acontecimientos, el licenciado Jorge Humberto Silva Ochoa, Secretario de Planeación del Gobierno del Estado y propietario del periódico Ecos de la Costa, fue entrevistado en una estación radiofónica propiedad del señor Rafael Ordorica, importante empresario de los medios de comunicación y de otras actividades comerciales.

Esa entrevista merece ser comentada y analizada a detalle y lo hago hasta ahora, porque considero importante hacer algunas precisiones sobre lo declarado por el licenciado Jorge Humberto Silva Ochoa.

Antes de entrar al tema, debo decir que siempre me he referido al licenciado JHSO en forma respetuosa por varias razones o, mejor dicho, por muchas razones, la principal es que le tengo una gran estimación personal, otra es que fui su colaborador, una más es que fue mi colaborador y hay muchas más, pero una razón, aunque podría parecer raro, es que tenemos enemigos comunes, como algunos periodistas del Ecos de la Costa y quienes les pagan, que a mi me calumnian y a él le han arrebatado el control de su propio periódico y del negocio.

En esta columna me he referido al licenciado JHSO, a veces, criticando la forma en que en el periódico de su propiedad se refieren a mí; en otras ocasiones me he referido a él también respecto de su comportamiento político, como aspirante a la gubernatura en la interna del 2002 y como contrincante en esa elección de Gustavo Vázquez Montes, y también me he referido a su desempeño político durante los gobiernos de Gustavo Vázquez, Arnoldo Ochoa y Silverio Cavazos.

Pero nunca me he referido al licenciado JHSO haciéndole critica alguna en su desempeño como rector de la Universidad de Colima, porque fui su colaborador y si algo no me hubiera parecido, yo debí haber renunciado y mal me vería criticando su trabajo cuando fui su colaborador. Como su colaborador, siempre le guardé a JHSO absoluto respeto y lealtad a su trabajo, tan fue así, y a él le consta, que por eso apoyó con todo que yo fuera su sucesor en la rectoría, si no hubiera habido de mi parte, trabajo, respeto y lealtad, otro hubiera sido el rector de la Universidad de Colima en 1989.

Hay prueba plena de lo anterior y cuando fue necesario defender públicamente el proyecto académico que él encabezaba y donde yo colaboraba en primera línea, siempre di la cara y asumí la defensa del proyecto en que creí y colaboré a su realización.

De la misma manera, nunca he hecho una crítica a Humberto Silva relativa a su desempeño como Secretario General de Gobierno durante mi gestión gubernamental, porque era mi colaborador y siempre he respetado a mis colaboradores y me vería muy mal si criticara el trabajo de alguien que fue mi colaborador, después de haberlo sostenido en el cargo. Esas son reglas mías: respetar a las personas con las que colaboro y también a quienes colaboran o colaboraron conmigo.

Desde luego que estas son reglas mías, no del licenciado JHSO por eso él no está obligado a respetarlas y es entendible, porque él ha criticado mi desempeño como rector de la universidad, habiendo sido durante los ocho años de mí rectorado, mi asesor y colaborador.

Por eso, también es entendible por qué ahora él crítica mí desempeño como gobernador del estado, cuando él fue durante más de tres años mi Secretario General de Gobierno.

Entonces, si el licenciado JHSO no estuvo de acuerdo en la forma como dirigí la universidad de Colima, hubiera renunciado al cargo de asesor y si en el ejercicio del gobierno, durante mis últimos tres años, él también, en su calidad de Secretario General de Gobierno, no hubiera estado de acuerdo en la forma como gobernaba, debió haber renunciado por no estar de acuerdo con mi gobierno, pero no fue así; en ambos casos estuvo conmigo: fue ocho años mi asesor en la Universidad y casi cuatro años Secretario General de Gobierno, y si bien pidió licencia para competir en el 2002 contra Gustavo Vázquez, regresó a principios del 2003, al mismo cargo y fue candidato a diputado plurinominal cuando ejercía yo el liderazgo del priismo en Colima, liderazgo que ahora crítica y que gracias a él llegó al Congreso del Estado por la vía plurinominal.

Lo que quiere decir, que yo nunca lo critiqué o le fui desleal como su colaborador o su jefe inmediato en el Gobierno del Estado. Mis lealtades hacia él, en ambos casos, están probadas. Las críticas del licenciado JHSO como mí colaborador, también están probadas.

Pero eso yo lo entiendo muy bien: él no esta obligado a respetar las reglas que yo respeto, él ha tenido las propias y son las que respeta y en consecuencia, el problema entre él y yo no es de fondo, sino que tenemos reglas distintas de comportamiento político, sobre todo en lo que se refieren al respeto del colaborador al jefe inmediato o viceversa y en ese sentido, no es que yo tenga la razón y él no la tenga porque, sencillamente, tenemos reglas distintas, porque somos diferentes.

En este contexto, lo que pido al lector, es que no vayan a creer que hay conflicto y apelo a su buen entendimiento de que lo que existe es una visión diferente de hacer y de entender la política, de dos personas de generaciones diferentes y de realidades políticas diferentes, también.

Vayamos al tema, el pasado primero de noviembre escribí en esta columna lo siguiente: “En diciembre de 2003, cuando Gustavo había vuelto a ganar la elección para la gubernatura, fui a Tecoman y al pasar frente a la escultura de Sebastián “El Limonero” vi a Héctor Michel Camarena y a Silverio Cavazos platicando abajo de sus vehículos y me detuve para sumarme a la platica y le dije ahí a Silverio Cavazos: “¿cuando asumes la coordinación del congreso?”, en ese entonces el coordinador de la fracción priista del congreso era Humberto Silva Ochoa y Silverio me dijo que la veía difícil porque Gustavo Vázquez no se iba animar a pedirle a Humberto Silva que dejara la coordinación. Teniendo de testigo a Héctor Michel yo le dije a Silverio Cavazos que no era conveniente que cuando tomara posesión Gustavo, Humberto Silva siguiera de coordinador del congreso y que era un asunto que yo iba a plantearle a Gustavo, la pertinencia de que Silverio fuera el coordinador y le dije a Héctor Michel y a Silverio Cavazos que si Gustavo, como lo había expresado en corto, iba nombrar secretario general de gobierno a Arnoldo Ochoa, no era conveniente que Humberto coordinara a los diputados y les dije, dos ex presidentes de la FEC del ex grupo de la Universidad, Humberto y Arnoldo, uno coordinando al poder legislativo y otro al gabinete, no se va haber bien, porque entonces Gustavo únicamente va ha firmar cheques y él debe asumir el control de la política, y enviar el mensaje de que la fracción priista en el congreso se coordina directamente con Gustavo y Héctor Michel intervino para decir: “eso se lo tienes que hacer ver a Gustavo y que Silverio asuma la coordinación el primero de enero”. Terminé la conversación diciéndoles que hablaría con Gustavo y que además le diría que invitara a Humberto al gabinete, y así fue.
Platique con Gustavo y me expresó su deseo de que Arnoldo Ochoa fuera su secretario general de gobierno y lo primero que le dije fue: que de ser así tendría que llevar a Humberto al gabinete y nombrar un nuevo coordinador de su confianza y que así se entendiera, y le expliqué mi argumento de la inconveniencia de que Humberto fuera coordinador del congreso si Arnoldo era secretario general de gobierno y Gustavo me dijo que era correcta mi apreciación, pero me dijo, que cómo se le decía a Humberto que dejara la coordinación, le dije que yo me iba encargar de mandárselo decir a su nombre y ofrecerle la propuesta de Gustavo, de que fuera a la secretaria de cultura, a la de desarrollo social, o a la de planeación. Humberto aceptó desarrollo social y quien le llevo el mensaje fue Miguel Acosta Vargas y con él negocio la secretaria a la que se iba ir”. Fin de la cita.

Sobre esto, la entrevista radiofónica dice: “Reportero: Recientemente se hizo referencia a que te mandaron emisarios para mandarte recados de las negociaciones que había políticamente con Gustavo Alberto Vázquez Montes, quien falleció el 24 de febrero del 2005 en un trágico accidente cuando la aeronave se colapsó, se fue en picada, después de que se siniestraron toda la parte de adelante, todos los controles, y que bueno cayó en el Zapotito, después de todo esto ocurrió muchas cosas, han contado muchas historias ¿tu haz leído todas las historias que se han contado, particularmente en un periódico al sur de la ciudad?

JHSO: bueno, hay muchas cosas que decir, como no está Gustavo por ahora se pueden inventar, se pueden decir muchas cosas, así es que pues es una versión contra otra, contra otra y contra otra versión. Lo cierto es que a mi Gustavo me trató con mucha deferencia, con mucho respeto, fue muy amistoso. Miguel en alguna ocasión me comentó que cómo vería yo la posibilidad de irme a una secretaria, estuvo haciendo allí elucubraciones...”. Fin de la cita.

JHSO reconoce que Miguel Acosta sí fue a tratarle el tema, no lo niega.

“Reportero: bueno pero eso fue como una especie, como dicen fue a sondear el ambiente, fue a preguntar (inaudible)”

“JHSO: yo así lo entendí, además pues ahora que lo escribe Fernando está muy claro que ejercía grandes presiones sobre Gustavo, él mismo lo confiesa, el mismo lo escribió, el dice que sugirió pero si entendemos cuál era el papel en ese momento de Fernando pues quiere decir que le estaba ordenando prácticamente el cambio. Yo quiero decir que yo no lo pedí a nadie que me hiciera diputado de la legislatura.”.

Independientemente de como HSO lo haya entendido, el ofrecimiento de que se fuera a una secretaria, se hizo y la aceptó. Uno llevó el mensaje, y el otro la aceptó.

Antes de que HSO aceptara ser secretario, se dio el dialogo que tuve en Tecoman con Silverio Cavazos y Héctor Michel Camarena y ambos son testigos y les consta, que efectivamente, les comenté que lo más pertinente era que HSO dejara la coordinación del Congreso y se fuera al Gabinete y que Silverio debía se el coordinador. Las dos cosas ocurrieron y mi dicho tiene testigos de gran calidad: el hoy señor Gobernador y el hoy Secretario General de Gobierno.

En cambio, JHSO no tiene ningún testigo de lo que platicó con Gustavo Vázquez y él sí aprovecha la ausencia física de Gustavo para decir cosas que a nadie le constan y sin embargo, él dice: “como no está Gustavo por ahora se pueden inventar, se pueden decir muchas cosas, así es que pues es una versión contra otra, contra otra y contra otra versión”.

El problema es que JHSO, en ese tema, no tiene testigos y ahí sí es un dicho contra otro, nada más que mi dicho tiene como testigos a Silverio Cavazos y a Héctor Michel y el de JHSO no tiene ninguno.

Dice JHSO: “Yo quiero decir que yo no le pedí a nadie que me hiciera diputado de la legislatura”.

Al parecer, éste es el primer caso en la historia política que alguien fue llevado por la fuerza a ocupar una curul en el Congreso y ello le permitió contestar de una manera muy elogiosa y objetiva mi último informe de gobierno. Pieza oratoria que aún recuerdo y me sigue emocionando.

La diputación, a JHSO, se le ofreció en los primeros meses del 2003, siendo yo líder del priismo y las plurinominales no se otorgan sin el consentimiento político de quien ejerce el liderazgo político del priismo.

Dice JHSO: “Lo cierto es que a mí, Gustavo me trató con mucha deferencia, con mucho respeto, fue muy amistoso”.

Es cierto: Gustavo era amistoso y respetuoso, pero el hecho que estamos tratando es que ya siendo Gustavo gobernador electo, en diciembre de 2003, JHSO dejó de ser coordinador del Congreso el 31 de diciembre y fue secretario del gabinete el primero de enero del 2004, porque Gustavo le ofreció ser Secretario a cambio de que dejara la diputación, por mediación de Miguel Acosta. Esos son hechos reales.

Lo que quiere decir que JHSO fue diputado durante mi gobierno y el gobierno interino de Carlos Flores, con Gustavo Vázquez dejó de serlo, lo removió del Congreso con todo y lo amistoso y respetuoso que era Gustavo Vázquez.

Todo eso está probado y es un hecho inobjetable que así sucedió

Pero sigamos con la entrevista: “Reportero: ¿no fue ni un premio de consolación?”

“JHSO: tampoco, a mi Gustavo me invitó delante de la prensa, está escrito, en una ocasión yo estaba en la Cabaña de mi General, hasta allá me habló Arnoldo Ochoa, era delegado del partido y me dijo vente en menos de 10 minutos a La Troje porque Gustavo te va a invitar y te va a destapar (así me lo dijo) públicamente entre los medios como candidato a diputado y como coordinador de la legislatura.”

Correcto: eso fue en marzo del 2003, siendo yo Gobernador del Estado y líder del priismo, no fue cuando Gustavo fue Gobernador, sino cuando yo lo era. Entonces: cualquier decisión durante mi gobierno la tomaba yo y no otras personas y si dicen mis críticos que yo tomaba decisiones cuando ya no era gobernador, lo lógico era que cuando lo era, las tomaba. Y así fue durante los seis años.

Ese es el problema con JHSO, que él entiende la política de otra manera y creía, en ese entonces, que el candidato del PRI a la gubernatura ya ejercía el liderazgo del priísmo.

Aquí se notan las confusiones políticas de JHSO que creía que cuando yo era Gobernador, Gustavo Vázquez tomaba las decisiones y cuando era Gobernador Gustavo, yo las tomaba.

Por eso el Ecos de la Costa construyó esos mitos, porque JHSO tuvo siempre una confusión política y nunca entendió quién gobernaba durante mi gobierno y quién gobernaba durante el gobierno de Gustavo y esas confusiones, persisten a la fecha en JHSO, que cree que Gustavo lo hizo diputado en 2003 y que yo lo quité de coordinador y lo hice Secretario el primero de enero de 2004

La entrevista continúa: “JHSO: Así estuvo, yo no lo pedí a nadie que me hiciera diputado, entonces eso pues esto deja que (inaudible) respecto a cosas posteriores, yo tenia una buena relación con Gustavo, inclusive antes de la campaña previa él me había ofrecido su apoyo.”

¿Quiere decir JHSO que Gustavo, antes de la interna del 2002, apoyaba la candidatura de Humberto a la Gubernatura? Entonces, ¿por que JHSO compitió en contra de Gustavo?

Repito: porque JHSO entiende la política de otro modo y contendió contra quien, según él, lo apoyaba, cuando la lógica dice que si Gustavo se perfilaba como el candidato, por qué no lo apoyó y, en cambio, lo confrontó.

“Reportero: ¿el era el Presidente del PRI no?”

“JHSO: el era el presidente del PRI, cuando se decide Fernando a que él fuera el candidato pues Gustavo después me dio disculpas (inaudible) y dije que bueno que una gente que tenemos el mismo proyecto haya sido el candidato y reanudamos la relación, hay muchos testigos de cómo Gustavo con frecuencia nos reuníamos, a escuchar música, a cantar él...”

Reitero: si ya se sabía que Gustavo era mi candidato, por qué no lo apoyó JHSO y dice que Gustavo le ofreció disculpas y que reanudaron la relación. O sea, Gustavo le ofreció disculpas por haberle ganado la candidatura y efectivamente, como dice JHSO: “reanudamos la relación”. Seguro, se había roto la relación porque JHSO se confrontó y Gustavo así era: perdonaba fácil y más porque había ganado, pero no se le olvidó, por eso lo removió del congreso.

Durante esa campaña interna, Gustavo nunca le faltó al respeto a JHSO y en cambio, ahí están las pruebas en las propias páginas del Ecos de la Costa, lo que se dijo de Gustavo en esa contienda. Por eso Gustavo despertó tanta simpatía: porque no guardaba rencores y era afectuoso, incluso con quienes lo habían atacado.

La semana que entra sigo con esta entrevista

www.aproposito2004.blogspot.com

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