sábado, 1 de noviembre de 2008

ANTES DEL 24 DE FEBRERO DEL 2005

Tal como lo dije ayer, voy abordar el tema de la sucesión en el 2005, y en primer termino haré comentarios sobre hechos anteriores a la muerte de Gustavo Vázquez.
El primero de febrero del 2005, Gustavo Vázquez me invitó a Puebla al último informe del gobernador Melquíades Morales, y como Victorico Rodríguez es poblano, también lo invitó. Nos fuimos en el avión del Gobierno del Estado.
Al inicio del vuelo Gustavo dijo: “Ando desvelado y me voy a permitir una dormidita”, y así fue, Gustavo se durmió de inmediato. A media hora de vuelo, cayeron las mascarillas de oxigeno y Gustavo no despertó y yo le pregunte al capitán del avión ¿pasa algo capitán? y me contestó que todo estaba bien, que se había equivocado y que había oprimido el botón de las mascarillas; éstas permanecieron descolgadas durante todo el vuelo. Cuando estábamos por aterrizar despertó Gustavo y se sorprendió de ver las mascarillas colgando y preguntó que había pasado, le dije que había sido un error y de inmediato le dijo al capitán “capitán no se vaya a equivocar y vaya apagar un motor”.
Estando en Puebla Gustavo se comunicó telefónicamente a Colima y le dieron la información sobre lo publicado en los medios y le comentaron también de la denuncia que se había hecho respecto a la camioneta oficial que utilizó Maria de la Paz Briceño, secretaria de la Diputada Hilda Ceballos y la responsabilidad de José Luis Anguiano (Rocky) en ese asunto.
Al regreso ya en el avión le dije a Gustavo: “voy hablar con José Luis para que te entregue la renuncia” y Gustavo dijo que por ningún motivo y me insistió en que no le pidiera la renuncia, yo le insistí y le dije: “yo creo que es lo mejor y vale más que renuncie ahora y no después que le armen un asunto serio y grave”, Gustavo me dijo: “¿usted cree que se la armaron?” le dije que si, que era fuego amigo y que lo mejor era que el Rocky renunciara y él me insistió en que no.
Al llegar a Colima hablé con José Luis Anguiano y le dije que era conveniente que le entregara la renuncia al señor gobernador, José Luis se la entregó y de entrada le dijo que no se la aceptaba hasta que no hablara conmigo. Dos días después Gustavo me preguntó que cuáles eran mis argumentos para creer que había fuego amigo en el caso de José Luis y se lo explique a detalle.
Como consecuencia de ello, Gustavo Vázquez convocó a una reunión en casa de gobierno 4 ó 5 días después, a la que asistimos Silverio Cavazos, Luis Gaitan, Arnoldo Ochoa y un servidor. Gustavo nos invitó a cenar 15 días antes de su fallecimiento.
En esta reunión intercambiamos puntos de vista sobre varios temas, uno fue el tema de José Luis, otro la relación de Arnoldo Ochoa, secretario general de gobierno con el congreso y el tema principal las elecciones del próximo año 2006. Gustavo Vázquez como conclusión de la reunión, dijo: “este es un equipo de cinco y vamos a estar juntos preparándonos para el 2006 y es indispensable que el licenciado Moreno nos apoye en lo que viene, nos vamos a reunir periódicamente para analizar y decidir lo que vamos hacer y ganar las elecciones el año que entra”.
A la salida de la reunión platique a solas con Silverio Cavazos, en ese entonces coordinador del congreso, sobre los temas de la reunión y le recordé una platica que habíamos tenido en diciembre de 2003.
En diciembre de 2003, cuando Gustavo había vuelto a ganar la elección para la gubernatura, fui a Tecoman y al pasar frente a la escultura de Sebastián “El Limonero” vi a Héctor Michel Camarena y a Silverio Cavazos platicando abajo de sus vehículos y me detuve para sumarme a la platica y le dije ahí a Silverio Cavazos: “¿cuando asumes la coordinación del congreso?”, en ese entonces el coordinador de la fracción priista del congreso era Humberto Silva Ochoa y Silverio me dijo que la veía difícil porque Gustavo Vázquez no se iba animar a pedirle a Humberto Silva que dejara la coordinación. Teniendo de testigo a Héctor Michel yo le dije a Silverio Cavazos que no era conveniente que cuando tomara posesión Gustavo, Humberto Silva siguiera de coordinador del congreso y que era un asunto que yo iba a plantearle a Gustavo, la pertinencia de que Silverio fuera el coordinador y le dije a Héctor Michel y a Silverio Cavazos que si Gustavo, como lo había expresado en corto, iba nombrar secretario general de gobierno a Arnoldo Ochoa, no era conveniente que Humberto coordinara a los diputados y les dije, dos ex presidentes de la FEC del ex grupo de la Universidad, Humberto y Arnoldo, uno coordinando al poder legislativo y otro al gabinete, no se va haber bien, porque entonces Gustavo únicamente va ha firmar cheques y él debe asumir el control de la política, y enviar el mensaje de que la fracción priista en el congreso se coordina directamente con Gustavo y Héctor Michel intervino para decir: “eso se lo tienes que hacer ver a Gustavo y que Silverio asuma la coordinación el primero de enero”. Terminé la conversación diciéndoles que hablaría con Gustavo y que además le diría que invitara a Humberto al gabinete, y así fue.
Platique con Gustavo y me expresó su deseo de que Arnoldo Ochoa fuera su secretario general de gobierno y lo primero que le dije fue: que de ser así tendría que llevar a Humberto al gabinete y nombrar un nuevo coordinador de su confianza y que así se entendiera, y le expliqué mi argumento de la inconveniencia de que Humberto fuera coordinador del congreso si Arnoldo era secretario general de gobierno y Gustavo me dijo que era correcta mi apreciación, pero me dijo, que cómo se le decía a Humberto que dejara la coordinación, le dije que yo me iba encargar de mandárselo decir a su nombre y ofrecerle la propuesta de Gustavo, de que fuera a la secretaria de cultura, a la de desarrollo social, o a la de planeación. Humberto aceptó desarrollo social y quien le llevo el mensaje fue Miguel Acosta Vargas y con él negocio la secretaria a la que se iba ir.
Esto se lo recordé a Silverio Cavazos la noche de febrero del 2005 en la que nos invitó Gustavo a cenar; Luis Gaitan era presidente del PRI, Arnoldo secretario general de gobierno y Silverio coordinador del congreso.
Lo que sucedió la noche del 22 de febrero, que cenamos en la casa de Beatriz Paredes Arnoldo, Gustavo y yo, y lo que sucedió también el 23 de febrero en la tarde en Toluca y la cena del 23 de febrero en casa de gobierno y la despedida con Gustavo a las seis de la mañana del 24 de febrero, ya lo publique en está columna el 7 de marzo del 2008.
Continuaremos el martes con lo que sucedió el día 24 de febrero del 2005.

VA DE NUEVO
En virtud de que al reproducir los documentos emitidos por la PGR y publicados el día de ayer, la letra no era muy visible, he solicitado a esta Casa Editora los publique nuevamente:
“Por mi parte, tengo una resolución de la Procuraduría General de la República, suscrita por la licenciada María de los Ángeles Dorantes, fiscal especial y titular de la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda, emitida en julio de 2005 y que se refiere a la investigación que realizó esa dependencia federal con motivo de la denuncia que ante la PGR presentaron los entonces diputados federales panistas Antonio Morales de la Peña y Jorge Luis Preciado Rodríguez, contra un servidor por el caso de las tarjetas de crédito.
En esa resolución de 472 páginas, se detalla la amplia investigación que realizaron más de diez dependencias federales e internacionales como la Interpol y en la que se resuelve que no cuentan con registros de antecedentes penales, averiguaciones previas, procesos o actas circunstanciadas iniciadas, así como sentencias emitidas en mi contra como consecuencia de alguna conducta antisocial.
Cabe destacar que comparecí a declarar ante la Procuraduría General de la República, que la Secretaría de Hacienda auditó mis ingresos y egresos al término de mi gestión gubernamental, y revisaron todas mis declaraciones patrimoniales y mis bienes inmuebles, cuentas bancarias y tarjetas de crédito como consta en el expediente citado.
Para sustentar lo anterior, publico del expediente lo siguiente:







































































“Está suficientemente claro que no tengo ni he tenido ninguna relación con este tipo de actividades ilícitas, esta resolución se expidió por la PGR a 21 meses de que concluí mi gestión gubernamental, y si antes de ser gobernador hubiese tenido alguna relación de esa naturaleza, no hubiera podido ser gobernador del estado, así que cualquier comentario que me vincule con esas actividades es una calumnia por parte de los periodistas del Ecos de la Costa y una mentira que identifica el periodismo que practican y si yo abordo estos temas, es porque, en ese sentido, no tengo cola que me pisen.” (Hasta aquí la cita)
www.aproposito2004.blogspot.com

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