viernes, 16 de enero de 2009

Tranquilo, Tranquilino

Leí con interés como siempre lo hago la columna de Tranquilino Contreras, que publicó en el periódico Colimán el pasado 13 de enero, siempre busco las columnas de Tranquilino porque lo considero un periodista con capacidad de análisis, objetivo y guardando siempre las formas, sin acusar o sin comprometerse plantea escenarios para que quienes lo leemos saquemos nuestras propias conclusiones. En lo particular me siento favorecido con su amistad y con frecuencia recomiendo sus artículos, pero como ya se ha hecho una costumbre de mi parte, haré unos comentarios a la columna citada, únicamente por alusiones personales.

Tranquilino dice: "En principio se quiere saber si la campaña en contra de Mario sufrirá efecto y doblegará a Silverio Cavazos que es a luces vistas contra quien verdaderamente van los ataques".-
No hay campaña contra Silverio Cavazos, al menos de mi parte, y yo siempre lo he dicho, mis comentarios son en contra de que el narcotráfico se ligue con la política, si eso se quiere saber, ésa es la respuesta por lo que a mi compete, yo he acreditado en los hechos, que comento lo publicado y lo confesado, no especulo, ni pongo adjetivos, como priísta doy mi punto de vista y nadie esta obligado ni a respetarlos, ni a acatarlos.

Tranquilino dice: "Si esto fuera así, es obvio que Silverio entraría en un desgaste prematuro, porque se interpretaría como un retroceso en los principios del liderazgo político que por tradición tienen los gobernadores priistas".
No es así, y no hay ninguna razón para que Silverio Cavazos entre en un proceso de desgaste prematuro y menos un retroceso en su carácter del líder del priismo, porque su liderazgo no está en juego ni ligado a la aspiración de Mario Anguiano, porque el señor gobernador en ningún momento anda promoviendo a Mario, ni tampoco a afirmado ni dado señales de que Mario sea su candidato, en consecuencia lo que se diga de él no tiene porque afectar o beneficiar al gobernador del estado y mucho menos involucrarlo.

Tranquilino dice: "Esto es así, porque en el ánimo de mucha gente, los ataques de Fernando Moreno se interpreta que se dan, porque el ex gobernador tiene la certeza de que Mario es el seleccionado para la candidatura".
Reitero no es así, es una afirmación equivocada de que yo tenga la certeza de que Mario es el seleccionado para la candidatura, reitero, yo no considero que él sea el candidato del gobernador, sino todo lo contrario, tengo la certeza de que no lo es.
El hecho de que Mario sea el candidato que promueven y defienden los del Ecos de la Costa, no quiere decir que sea el candidato del gobernador, aunque en el Ecos así lo publiquen a diario y no hay que creerles a esos del Ecos, cuando afirman que hay una terna oficial, y que tan lo es, según ellos que nadie del partido los ha desmentido, lo cual no hay razón para que así sea, sí es el seleccionado para la candidatura pero por los narcoperiodistas.

Tranquilino dice: "Certeza que puede venir del resultado de las encuestas en las que Fernando es un experto, aunque no se descarta que también puede combinarse este factor, con la información privilegiada que tiene el exgobernador".

No amigo Tranquilino, las encuestas no dan certeza, son una herramienta, una fotografía del momento, no reflejan lo que va a pasar en la convención de delegados y mucho menos en la elección constitucional.
Además no se ha publicado ninguna encuesta, a diario los promotores de Mario y de Martha afirman que van en primer lugar, pero nunca lo comprueban publicando las encuestas en las que sustentan su afirmación. Por primera vez en muchos años y ya cercanos los destapes y las elecciones, no se han publicado encuestas ¿Y saben por qué?, yo si lo se y la respuesta es sencilla: porque los que se dicen son los candidatos oficiales no están en primer lugar.
Eso no tiene nada de malo, porque las encuestas no definen las candidaturas, son una herramienta que ayudan para seleccionar a los candidatos, pero no es lo único que cuenta. Si las encuestas definieran las candidaturas, no habría partidos políticos, y Roy Campos de Mitofsky postularía a todos los candidatos de los partidos y hasta nos ahorraríamos el costo de las campañas, porque Mitofsky con las encuestas nos diría quien va a ganar la elección, si para eso sirvieran las encuestas, pero no sirven para eso, sino para medir preferencias, simpatías, antipatías, aprobación y rechazo, conocimiento o desconocimiento de los candidatos, percepciones de buena o mala imagen y ojo, intenciones de voto, etc.
Si se saben leer las encuestas y sobre todo utilizarlas, puede uno decidir que hacer para mejorar, para atraer públicos, para aprovechar las fortalezas que la gente percibe o para eliminar las debilidades o mejorar la imagen, para incrementar la simpatía entre grupos o sectores que la encuesta nos informa, que no son nuestra fortaleza; lo más importante de las encuestas es que nos digan en qué vamos mal, que eso es lo que hay que modificar, porque si hace uno caso únicamente en lo que estamos bien, de nada nos sirve la encuesta. Yo he visto muchos candidatos que usan la encuesta para la vanidad y lo primero que hacen cuando hay una encuesta es preguntar ¿En qué lugar estoy?, lo primero que hay que preguntar cuando hay una encuesta, es ¿Qué hay que hacer?

Entonces amigo Tranquilino, las encuestas no dan certeza.
Por eso el señor gobernador como líder del priísmo en Colima, lo ha dicho reiteradamente, los candidatos serán aquellos de mayor rentabilidad electoral, y muchos creen que los de mayor rentabilidad electoral son los que encabezan las encuestas y no es así, esa es una parte de la rentabilidad, la cual se va construyendo con otros elementos, como la suma de los grupos o corrientes dentro del partido a una candidatura, la buena imagen acreditada y la percepción que la gente tenga de que es buena, no que el aspirante o sus amigos crean, sino que la gente lo perciba y esté convencida de que así es, la experiencia, la honestidad, la simpatía, y otras ventajas personales que tengan los aspirantes, la lealtad al partido y a sus principios, incluso la posibilidad de crecimiento electoral durante una campaña, la coyuntura electoral, quien tiene más positivos que negativos, más aprobación o rechazo, porque sucede que alguien está arriba en la encuesta pero si el grado de rechazo que tiene rebasa el 30%, no gana la elección, López Obrador es un ejemplo y Gustavo Vázquez en la primera encuesta estaba en cuarto lugar, creció y gano.
Además hay candidatos que están bien posicionados sobre sus compañeros de partido, pero al medirlos con los de otros partidos no siempre resultan los más rentables, porque al medirlos frente a seis o siete compañeros pueden estar en primer lugar, pero con una baja intención de voto, porque la intención se divide entre siete y resulta que frente a los de otros partidos no resulta tan rentable.
Además, en el PAN y en el PRI hay ocho aspirantes y al encuestarlos por sus respectivos partidos, la preferencia se divide entre muchos, tocándole poco a cada uno; las encuestan tienen etapas y cada etapa nos va diciendo que los que se van quedando a la siguiente encuesta son los más rentables en ese momento y los que se eliminan son los de menos rentabilidad también en ese momento. Y a la fecha el PRI sigue diciendo que tiene ocho aspirantes y el PAN también, no han depurado y cualquier mención con tantos aspirantes, reduce la preferencia de cada uno y la lectura de cualquier encuesta con tantos aspirantes resulta sesgada o imprecisa de si en realidad el que la encabeza es el que pueda ganar una elección.
Habrá que esperar a que los partidos como es costumbre, depuren su lista de aspirantes y se queden cada uno para seguir midiéndolos con tres o cuatro y después nomás con dos.

En ese sentido, la encuesta ayuda mediante un proceso de varias mediciones a seleccionar un candidato, que en ese momento pudiera ser el mejor, pero que además de la lectura de la encuesta para llegar a esa conclusión hay que usar otros instrumentos que nos den no únicamente la fotografía del momento, sino la posibilidad de analizar y valorar prospectivamente, escenarios a futuro que nos puedan ser favorable o desfavorables y que la encuesta no prevé.

Así que no hay certeza Tranquilino en las encuestas, y esa no es la razón por lo que yo doy mis puntos de vista sobre ese aspirante, las daría sobre cualquier otro si estuviera en la misma situación, no ataco a nadie, fijo únicamente mi posición como priista, en un momento en que nadie es el candidato del partido, en un momento en que se vale y se puede y es más se debe dar opiniones aunque no le favorezcan a los aspirantes, para eso se destapan, para que la gente los vea y no únicamente el físico, sino las debilidades y las fortalezas, los atributos y los defectos, lo positivo y lo negativo, en este momento es cuando se vale opinar sobre eso, lo que no se vale, es criticar al candidato del partido cuando ya ha sido elegido para contender contra otras fuerzas políticas.
Éste es el momento Tranquilino, para que en el caso de los priístas, demos nuestro punto de vista, hay quienes creen que es el momento para hablar bien del aspirante que a cada quien le simpatiza o le conviene que gane la candidatura, la política no es de simpatías o de conveniencia, porque no se trata de las cuestiones personales, ni de negocios, se trata de la cosa publica, del gobierno de un estado, de quién va a garantizar por la seguridad de los ciudadanos, de quién va a defender que impere el derecho y a ser el representante de las instituciones.
No se trata los destapes de los aspirantes de una fiesta de elogios, de una verbena, de una callejoneada, de un recibimiento o del toro de once, se destapan no únicamente para que sus simpatizantes les reconozcan sus meritos o virtudes, sino también, si las tienen, se hable de sus defectos y debilidades y el hacerlo no es guerra sucia y menos si se dice la verdad; los ataques en política es cuando se calumnia, cuando se miente sobre una persona o se le inventan o atribuyen defectos que no tiene, pero cuando se dan a conocer hechos ciertos, probados, es parte del debate político y para eso se ocupa carácter para soportarlo, firmeza para enfrentarlos y oportunidad para responderlos, corregirlos y humildad para reconocerlos y en ocasiones para disculparse.

Así que no son ataques Tranquilino, en mi caso, no atacaría a ningún aspirante, porque en Colima, si alguien a probado que los ataques no son eficaces soy yo.

Fui rector de la Universidad y antes ha de serlo, fui severamente atacado, no obstante de eso fui rector en dos periodos.
Antes de ser gobernador, fui severamente atacado también, antes y después de la campaña y gané la elección y fui gobernador.
¿Por qué fui rector y gobernador con tantos ataques? No porque crecí gracias a ellos, no porque me presente ante la sociedad siendo victima de los ataques, no me victimicé, no me hice popular por los ataques, tampoco fue por lástima que la gente votó por mí, gané la rectoría y la gubernatura, porque los ataques no eran ciertos, así de sencillo.
Los ataques formaban parte de una estrategia política, pero mi estrategia política fue mejor.

Yo llevo buena amistad ahora con muchos de los que me atacaron, porque a mí no me afectaron, logré mi propósito y en los hechos y con el tiempo logré que la percepción política que de mí tenían cambiara radicalmente.
Grave habría sido para mí, que los ataques hubieran impedido que mis propósitos se realizaran y que yo no hubiera alcanzado mis metas de ser rector y gobernador, si así hubiera sido, lo más probable es que la frustración hubiese quizás acumulado odio y rencor permanente en contra de los que me atacaron.

Pero no fue así, sus ataques fueron parte de la competencia política, de la confrontación electoral, de los proyectos antagónicos o de las visiones o percepciones que cada quien tiene de las personas y el análisis de las personalidades.

Y lo anterior es igual a que muchos de los que me alababan y hablaban muy bien de mí en aquel entonces, ahora me atacan permanentemente de manera inversamente proporcional a los halagos que antes me hacían, ni me frustran ni me enojo, es parte de su estrategia política y frente a ella yo tengo la mía.
Y ahora como ex gobernador en los últimos cuatro años, soy atacado a diario, como si fuera candidato, aspirante o funcionario público y por esa razón menos me enojo, porque si no estoy en esa situación política, quiere decir que no son ataques políticos, son únicamente ataques personales generados por la ingratitud que es la forma más común de expresarse, el ingrato siempre lo presume.
Lo preocupante es el cinismo, porque los que antes hablaban bien de mí, (Ecos) ahora critican a los que hablan bien de mí (DIARIO DE COLIMA) porque antes me atacaban, o sea, los del Ecos critican lo que antes ellos hacían, ahora me doy cuenta que lo hacían porque estaban en mi nómina, por eso hablaban bien de mí, ahora hablan mal porque están en la nómina de otros y hablan bien de ellos porque ellos les pagan. O sea, lo que cuenta es la nómina y como yo ya no tengo nómina, ya no hablan bien de mí los del Ecos.
Por eso, me da gusto que quienes antes me criticaban (DIARIO DE COLIMA) cuando tenía nómina, ahora que no la tengo hablen bien de mí.
Así que no hay certeza en las encuestas Tranquilino, ni hay ataques contra nadie de mi parte; hay opiniones, puntos de vista y análisis muy particular, pero eso sí, ninguna mentira de mi parte.
Como vez Tranquilino, apenas voy en el renglón 12 de los 36 de tu artículo, espero me permitas darte mi punto de vista sobre el resto e insistir en el tema de las encuestas, mañana será.
A propósito...

1.-El periódico Milenio Colima no publicó la entrevista completa como la periodista lo prometió, por algo será.

www.aproposito2004.blogspot.com

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