martes, 8 de abril de 2008

Calderón y Pemex, la Reforma Necesaria

La reforma energética anunciada por el presidente Calderón no saldrá en este periodo de sesiones del Congreso de la Unión, ya lo hemos dicho aquí: al presidente Calderón lo asustó AMLO y no se animó a enviar una iniciativa al Congreso de la Unión, envió únicamente un diagnostico y olvidó que los diputados y senadores no discuten diagnósticos ni buenas intenciones, discuten y debaten sobre iniciativas de leyes.

El presidente Calderón, con su indefinición, de alguna manera le da un triunfo a AMLO, quien se va ufanar que gracias a él, el gobierno federal no envió la iniciativa al Congreso. AMLO anunció que el presidente Calderón pretende privatizar Pemex y si la iniciativa fuera en ese sentido, también ganaba AMLO, pues diría a gritos que él ya lo había dicho y que había acertado.

La verdad es que nadie cree en este momento que se pretenda privatizar Pemex, porque ningún empresario privado nacional o extranjero le interesa o le entusiasma invertir o comprar Pemex, con su déficit fiscal, con su sindicato, con sus fuertes pasivos, con sus dificultades para operar como una verdadera empresa. Lo que la derecha quiere no es privatizar Pemex, sino privatizar el petróleo, su exploración mediante contratos de riesgo, la extracción, la explotación y la refinación. La iniciativa privada pretende invertir en el usufructo de la riqueza petrolera, no en los riesgos que presenta Pemex como empresa.

Así como Calderón equivocó la estrategia para combatir el crimen organizado, también equivocó la estrategia para consensar una reforma energética, y que, de darse, será únicamente una reforma a Pemex y no una energética, que incluye gas, energía eléctrica y otros energéticos.

En primer lugar, Calderón se equivocó con el operador político, o sea, con Camilo Mouriño, en quien puso toda su esperanza para sacar la reforma y ya mero lo sacaban a él de la Secretaria de Gobernación y actualmente se encuentra plenamente descalificado para negociar con la oposición cualquier asunto relacionado con Pemex.

En segundo lugar, el asunto se politizo y la discusión se dio de manera paralela con el desarrollo de la elección interna del PRD y sus desastrosas consecuencias para ese partido, dándole a AMLO argumentos para radicalizar su postura y erigirse como el defensor de la soberanía energética del país.

En tercer lugar, faltó seriedad, porque el gobierno propició una discusión sobre una iniciativa inexistente, generándose un debate sobre la nada, únicamente sobre especulaciones que terminaron en confusiones.

La reforma aun no nace y ya está muerta.

Le faltó congruencia a Calderón y perdió credibilidad, no ha asumido la responsabilidad de una propuesta seria y no ha querido asumir el costo político de ejercer el poder y lo único que ha acreditado es no poder.

En cuarto lugar, los mexicanos cada día están más confundidos sobre lo que el gobierno pretende en materia energética y existe la percepción generalizada de que el gobierno está mintiendo y de que está exagerando en los riesgos que el país corre y nos queda claro a muchos que el gobierno de derecha que preside Calderón oculta sus verdaderas intenciones.

Calderón cree que tirar la toalla al congreso y no asumir la paternidad de la reforma le permitirá salir bien librado, como cree que salió con el impuesto a las gasolinas. Se equivoca.

En quinto lugar, Calderón no ha sabido argumentar, ni defender lo que quiere, ni ha propiciado un debate serio e informado, pues ha pretendido presentarnos un escenario catastrófico que nos lleve a tomar como única salida la privatización de los energéticos.

En noviembre de 2003, como Secretario de Energía, el presidente Calderón hizo las siguientes declaraciones que reflejaban sus pretensiones privatizadoras: “Complementar la inversión pública con inversión privada, bajo diversas formas de participación, para lo cual es indispensable dar plena certeza jurídica a la inversión (privada). Es precisamente esta última la razón de nuestra insistencia en que la reforma al sector abarque también una reforma a la Carta Magna. La adecuación al texto de los artículos 27 y 28 constitucionales es la única manera de otorgar plena certidumbre jurídica y con ello dar viabilidad… a nadie le conviene una legislación que suponga riesgos. Debemos reformar para dotar de seguridad a la inversión existente, alentar la futura. Ninguna legislación secundaria podrá dar los espacios de garantía y claridad que una modificación al texto constitucional puede establecer en materia de certidumbre, confianza y seguridad a todos los actores… es indispensable una reforma que despeje cualquier duda sobre la legalidad y legitimidad de las inversiones privadas en el sector.

“Lograr que la inversión pública y privada compartan la responsabilidad de invertir nos permitirá, como gobierno federal, destinar recursos a otras áreas… El Estado tiene recursos limitados y su labor primordial debe ser atender necesidades de los ciudadanos (…) y pueda además contar con inversiones complementarias de los particulares para la infraestructura…

Hemos podido avanzar en el reconocimiento de coincidencias, y considero que es posible hacer un esfuerzo final. Hemos encontrado en grupos parlamentarios la voluntad necesaria y la disposición al diálogo para poder concretar la reforma, queremos y creemos que es nuestra única oportunidad, dados los procesos electorales que vienen en el próximo año, concluir la reforma en este periodo ordinario de sesiones”.

En ese entonces, hace cinco años, Calderón no asumía ningún costo político, por el contrario, se vendía bien ante los empresarios nacionales y extranjeros. Ahora, nuevamente, al igual que en noviembre de 2003, estamos cerca de las elecciones del año próximo y Calderón sabe muy bien que si presenta una iniciativa donde pretenda privatizar, además de que no pasaría, tendría que asumir, para él y su partido, el costo político.

El Gobierno Federal presentó un diagnostico del estado actual de Pemex que dice:

· En 2007 Petróleos Mexicanos generó ingresos por 1,134 miles de millones de pesos.

· En 2006 Pemex era la sexta petrolera a nivel mundial; en 2007 descendió a la posición 11.

· Cada año deja de producir 300 miles de barriles diario por la caída de Cantarell.

· La declinación de Cantarell en 2007 fue de 15%

· Las reservas petroleras suman 14.7 miles de millones de barriles de petróleo crudo, equivalente a 9.2 años de producción, a sus niveles de 2007.

· La reducción de las reservas pone en riesgo la seguridad energética del país

· En 2007 el Sistema Nacional de Refinación procesó un promedio de 1.3 millones de barriles de crudo por día.

· Desde 1979 no se ha construido una refinería den México

· La producción propia de gasolinas es de 456 miles de barriles diarios, mientras que la demanda nacional fue de 761 miles de barriles diarios

· La importación de gasolinas representa más de 41% de las ventas totales.

· Será necesario construir una refinería cada tres o cuatro años durante los próximos 20 años.

· Sin explorar aguas profundas, para 2021 se reducirá la plataforma de producción en cerca de 500 mil barriles diarios.

· Las reservas probadas llegan a 10,501 millones de barriles; las probables a 10,819 y las posibles a 9,891 millones de barriles (Excelsior lunes 31/marzo/08).

Mucho se ha hablado de las reservas probadas, probables y posibles y es importante que quede claro de qué se trata esto:

Según informes de Pemex, el volumen de recursos petroleros descubiertos e identificados es de 44 mil 500 millones de barriles. De éstos, 14 mil 700 (33 por ciento) son reservas probadas que se pueden producir económicamente con los métodos actuales; 15 mil 100 (34 por ciento) son reservas probables que pudieran llegar a extraerse. Y 14 mil 600 son reservas posibles que también pudieran llegar a extraerse.

Las probables se identifican por su cercanía a áreas ya perforadas o, incluso, no perforadas, pero cuyo volumen y características se pueden estimar por métodos geológicos y geofísicos, a partir del conocimiento de las perforadas.

En cambió, las posibles sólo son resultado de estimaciones.- también con métodos geológicos y geofísicos, pero en áreas no cercanas a las ya perforadas, aunque dentro de una misma zona, provincia o región geológica.

Lo que se requiere es realizar acciones para que las reservas posibles se conviertan en probables, y las probables en probadas.

Además, existen los recursos prospectivos, que son los que todavía no se descubren y que se estiman con base en información geológica, geofísica y geoquímica disponible de la zona.

Son de tres tipos: Unos primeros, los no descubiertos, en tierra y en aguas someras estimados en 24 mil 300 millones de barriles del petróleo crudo equivalente.

Otros segundos, de 9 mil 200 millones, en las llamadas aguas profundas, es decir, en zonas del mar en los que “se toca tierra” entre 500 y mil 500 metros.

Finalmente, unos terceros, de 20 mil 300 millones barriles en las llamadas aguas ultra profundas, es decir, en zonas del mar en los que “se toca tierra” más allá de los mil 500 metros de profundidad en el mar.

Lo que se requiere es impulsar proyectos que permitan que los recursos prospectivos pasen a ser parte de las reservas. (La Jornada 30 de marzo)

Hay quienes sostienen que no es necesario en este momento explorar y explotar en aguas profundas y ultra profundas y que lo más recomendable es explotar los recursos que están en aguas someras y sobre todo, los que no han sido explotados en el continente. Sobre todo cientos de pozos que hace varios años era incosteable su explotación porque el precio del barril estaba a 12 dólares y nos costaba 9 dólares extraer cada barril, pero que ahora, a 88 dólares el barril, se hace costeable reanudar su explotación.

Por el momento, el presidente Calderón va perdiendo la batalla de la reforma energética y lo malo no es que él sea quien la pierda, sino que la pierda el país.

A propósito…

1.- Leí en Ecos de la Costa, en una columna publicada el pasado viernes cuatro de abril, partes de una entrevista que el señor gobernador Silverio Cavazos dio a una radiodifusora local y cuyo texto me ha sorprendido por muchas razones. Lo publicado es lo siguiente: “Soy una gente del pueblo de Colima, que gracias a la voluntad de Dios y del pueblo de Colima hoy soy gobernador. Bueno, quiero aprovechar esta oportunidad que me ha dado la gente y que me ha dado Dios para hacer de la mejor manera mi función. Si a ellos les avergüenza que hayamos (sic) gente del pueblo que tenemos la oportunidad de llegar, pues eso que se lo expliquen al pueblo, porque el pueblo somos la inmensa mayoría en Colima. Lo que llamamos pueblo, pueblo o raza, somos el 90% de la población, y más o menos el 10% es la que está rica o muy rica en Colima; entonces, yo soy de ese 90%, y no tiene nada de malo. Soy de esa cultura del esfuerzo de la que mucha gente es partidaria, de la que mucha gente también es parte y de la que estoy seguro mucha gente seguirá saliendo para los cargos públicos y para los cargos de representación popular”.
“Yo sé que a ellos les avergüenza porque se sienten tejidos a mano, con virtudes muy especiales y todo lo demás. Aquí en Colima solo unos cuantos con dinero son los que tienen esa forma de pensar. Hay una clase pudiente que es de muchos principios, que respeta mucho a los demás y que sin duda, afortunadamente para Colima, son también los que siempre han tenido dinero, no los ricos nuevos que se dan esas ínfulas de que porque hicieron el dinero en un periodo muy corto de tiempo, pues se sienten como luego dice la gente: Juan Camaney, pero no se trata de eso”.
Respeto mucho la gente que por tradición tiene dinero en Colima, y además quiero reconocer que en la inmensa mayoría de ellos hay trabajo, hay honestidad y hay siempre el principio del respeto. Los demás que somos de la clase media o de la clase baja, pues también tenemos derecho a nuestra luchita, a generarnos oportunidades de bienestar. Creo que me ha tocado esta gran oportunidad, y voy a seguir poniendo mi mejor esfuerzo.
Nosotros nos vamos a seguir dedicando a trabajar, porque para eso me tienen como gobernador.” (ECOS Viernes 4/abril/08).

En realidad, este texto nos plantea un discurso novedoso e interesante pudiéramos decir inédito lo cual le da más valor por el entreveramiento ideológico y en el que se combina la teoría marxista de la lucha de clases, de cómo el proletariado llega al poder y cómo también el proletariado puede, por voluntad de Dios, acceder al poder; o sea, la teoría marxista y el origen divino del poder en una expresión criolla y popular, que sin duda será materia de análisis y discusión para los teóricos de la política.

Lo importante también es la idea de que todos los pobres son buenos y no dejan de serlo aunque se hagan ricos a largo plazo y la diferencia también entre los ricos nuevos y los ricos de tradición, siendo estos últimos más honorables que los primeros, en virtud no del monto de la riqueza, sino en función del tiempo de la acumulación, lo que quiere decir que lo malo de la riqueza no es su cuantía, sino la rapidez con que se acumula. De seguro Carlos Slim y Bill Gates se sentirán aludidos por las ínfulas que como nuevos ricos presumen en Forbes.

¡Que Dios los agarre confesados!

Por fortuna, quienes somos parte de la cultura del esfuerzo, como el señor gobernador y yo y muchos más, ya la hicimos: estamos salvados.

aproposito2004.blogspot.com

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