martes, 1 de mayo de 2007

De Distorsiones, Falsedades y Corrupción

El pasado 24 de abril, el periódico Ecos de la Costa publicó en una de sus columnas políticas el siguiente texto:

ESTE PAÍS

Pues claro que, en 2002, Transparencia Internacional sección México, a través de Federico Reyes Heroles, extendió un reconocimiento al estado de Colima por haber ocupado el primer lugar entre las entidades federales con menos corrupción en el país.

Reyes Heroles, editor de la revista Este País, especializada en estudios de opinión pública, no tuvo que hacer una encuesta muy elaborada para percatarse que en Colima, donde todos nos conocemos, los burócratas no piden propina para facilitar un trámite y los agentes de Vialidad son tan buenas personas que dejan ir a los infractores sin pedir mordida y sin aplicar multa alguna.

En ese sexenio, la corrupción estaba a otros niveles donde no la vio Transparencia Internacional. Pero no fue este error de perspectiva lo que motivó al novelista y politólogo Federico Reyes Heroles a extender el certificado de buena conducta al gobierno del Estado sino el hecho que la administración de Moreno Peña, según se dice, apoyó financieramente a la revista Este País cuando estaba a punto de cesar sus ediciones por falta de dinero”.

En esa columna del Ecos de la Costa, se hace gala de la falta de objetividad y de la presunción dolosa de que la corrupción existió durante mi gobierno y que el reconocimiento de Transparencia Internacional, capítulo México de que en el año 2001, Colima obtuvo el primer lugar con menor corrupción en todo el país, fue un reconocimiento producto de la corrupción; o sea, que lo compré.

Pues bien, la sección de México de Transparencia Internacional, le contestó al periódico y al columnista la dolosa publicación que hace uno de sus columnistas, lo desmiente, le aclara y precisa de qué forma se hacen las mediciones sobre corrupción y cómo se otorgan los reconocimientos a los estados en base a las experiencias que los ciudadanos tienen en sus estados sobre el grado de corrupción en los servicios públicos que ofrecen los tres niveles de gobierno en los estados de la república.

El reconocimiento se otorgó a Colima con base en las experiencias que la gente había tenido en el año 2001 sobre los servicios públicos que se brindaban en Colima, otorgándose el reconocimiento en el 2002 y quien presidía dicho organismo era el distinguido intelectual Federico Reyes Heroles, a quien según el periodista del Ecos de la Costa, soborné o le compré el premio. Este columnista quizá tenga información que yo ignoro, de que los premios o reconocimientos que se otorgan al Estado o a sus gobernantes se pueden comprar, lo cual me parece delicado, que este columnista que escribe en el periódico propiedad del Secretario de Planeación de Gobierno del Estado, ponga en duda este tipo de reconocimientos y siembre la sospecha de que éstos se compran y, en consecuencia, se manipulan.

Es el propio director de Transparencia Mexicana quien le da respuesta, en carta enviada al periódico Ecos de la Costa y cuyo texto se publicó el pasado 26 de abril, y que a la letra dice:

“René González Chávez

Director de Ecos de la Costa

Colima

Estimado señor Director:

Me dirijo a usted en relación a al columna Estación Sufragio de Adalberto Carvajal publicada el 24 de abril de 2007 y que hace referencia al trabajo de diagnóstico y mediación de la corrupción que realiza Transparencia Mexicana, Capítulo Nacional de Transparencia Internacional. En este espacio, Adalberto Carvajal incurre en imprecisiones y distorsiones que no pueden quedar sin respuesta. Al respecto quisiera realizar las siguientes precisiones:

1.- El índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno (INCBG) de Transparencia Mexicana no se mueve por ningún otro interés que no sea la defensa del interés público. Realizado en 2001, 2003 y 2005 en INCBG registra las experiencias- no la percepción—de corrupción a las que se enfrentan los hogares de las 32 entidades federativas del país en el trámite de servicios públicos provistos por los tres órdenes de gobierno. Este estudio cuenta con una metodología estrictamente probabilística que incluye a cerca de 16 mil hogares a nivel nacional, lo que permite entregar información para cada una de las entidades federativas del país, incluida Colima. La metodología y aplicación del ejercicio supone el acompañamiento de un consejo técnico asesor de más de una docena de miembros de la academia y expertos internacionales, así como de supervisión externa en campo. Los informantes del estudio son los propios jefes de hogar.

Asegurar que el estudio puede orientarse con sentido político es olvidarse que la única voz que registra es la de la sociedad a la que sirve.

2.- El Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno no mide popularidad o reputación de gobiernos o gobernantes, sino que evalúa el comportamiento de los tres órdenes de gobierno en la provisión de servicios públicos. Como tal, el objetivo del índice es registrar la corrupción que afecta los hogares y no la integridad personal de los gobernantes.

3.- El INCBG es un sistema de información de soporte para orientar políticas públicas y Transparencia Mexicana no está involucrada, ni puede hacerse responsable, en el uso político o mediático que distintos actores políticos realicen en este instrumento de mediación.

4.- El estudio es la primera serie de tiempo en términos de la medición de corrupción en la obtención de servicios públicos en el país. Esto permite medir la evolución de los servicios públicos en el tiempo, registrando avances y mejoras en períodos bianuales. Es por ello que los datos para Colima fluctuaron de tal forma en el período que va de 2001 a 2005. En 2001 se ubicó en el primer lugar nacional con un índice de 3.0, en 2003 obtuvo la tercera posición con 3.8 y en 2005 con índice de 7.0 obtuvo la posición 15 entre las 32 entidades federativas del país. La fluctuación sólo puede explicarse a partir de las experiencias de los hogares de Colima. Lo que los hogares nos reportan es lo que se publica.

5.- Como organización de la sociedad civil nos resulta sorpresivo y lamentable que en la columna arriba citada se sugiera que los resultados del Estado de Colima en el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno estén asociados en forma alguna a la compra de publicidad oficial. Ello no sólo es muestra de un lamentable desconocimiento de la metodología del INCBG, sino que demerita los esfuerzos que los funcionarios públicos realizan para mejorar en estos temas. Pero aún más lamentable, el editorial descalifica a los colimenses, pues son sus vivencias las que nos permiten medir el desempeño de la entidad en el trámite de servicios públicos.

Le agradeceré considere estas precisiones para su publicación en un respetado medio informativo.

Eduardo Bohórquez

Director de Transparencia Mexicana” (Fin de la cita)

Transparencia Mexicana dice que Adalberto Carvajal incurre en imprecisiones y distorsiones y que estos estudios no tienen orientación política, y que la única voz que se registra es la de la sociedad y deja claro que el objetivo del índice que se pública es la corrupción que afecta los hogares y no la integridad personal de los gobernantes. O sea, se evalúa al gobierno, no a las personas, en lo individual, que gobiernan o forman parte del gobierno.

Lo que se destaca es que la gente de Colima, en el año 2001, al recibir servicios públicos de mi gobierno y de los otros dos niveles, no habían tenido experiencias de corrupción en ese tiempo que yo gobernaba Colima. Yo nunca he dicho que el reconocimiento fue al gobernador o a mi persona, por ser el menos corrupto del país, sino a Colima, el Estado que yo gobernaba.

Durante mi gobierno, se hicieron estudios sobre cómo percibía la población al gobernador Fernando Moreno, como persona y como gobernante y los hizo la misma empresa, la de Ana Cristina Covarrubias, que es la misma que calificó al señor gobernador Silverio Cavazos y a la que se le ha dado una amplia y merecida difusión al otorgarle el primer lugar. Nada más que yo no publicaba durante mi gobierno los premios o reconocimientos que me hacían o me otorgaban, sino que únicamente daba difusión a los que recibía el Estado, como el que otorgó la ONU, que califico a Colima en primer lugar como gobierno electrónico, o el primer lugar nacional de vivienda que nos entregó el gobierno de Vicente Fox, el de ser el Estado más seguro de la república, el ser el primer lugar del seguro medico popular, en calidad educativa y en cobertura, en infraestructura cultural, en materia portuaria, porque durante mi gobierno, Manzanillo tuvo el primer lugar en movimiento de contenedores, en drenaje y agua potable, el segundo lugar nacional en electrificación, en empleo, etc., etc., que con mucha frecuencia otorgaban al Estado, a los colimenses y a sus instituciones.

Mis calificaciones personales o como gobernador nunca las publiqué, por que eso no era lo importante, sino cómo le iba a Colima y a sus habitantes.

En el punto cuatro de la respuesta se afirma que Colima ocupó en el 2001, el primer lugar, con un índice de tres, en el 2003 ocupó el tercer lugar con un índice de 3.8. O sea, que dejé al estado en el tercer lugar nacional de menos corrupción, con un índice de 3.8 y que de un índice de 3 que nos dio el primer lugar, sólo se incrementó ocho décimas en 2 años y esto fue, sin duda, por la percepción generada en la contienda electoral del 2003 y la anulación de la elección y la segunda elección en el mes de diciembre de ese año.

Pero ahora nos enteramos, gracias a la publicación de Adalberto Carvajal, que dos años después de que terminó mi gobierno en el 2005, Colima ocupó la posición 15 de las 32 entidades de la república; o sea, que después de concluido mi gobierno, Colima pasó de 3.8 en su índice de corrupción a un índice de 7, aumentando su grado de corrupción en casi un 100 por ciento en relación con el 2003, y en un 130 por ciento más en relación al 2001, caímos del tercero al lugar 15 de la tabla de corrupción.

Podrá decir lo que quiera dicho columnista, pero durante los últimos años de mi gobierno, los colimenses tuvieron menos experiencias de corrupción en el estado de Colima de los que se tenían al final del 2005, porque la evaluación es cada dos años. O sea, en 2004 y 2005 hubo en Colima más experiencias de corrupción que en el 2001, 2002 y 2003, según lo que la gente dijo a Transparencia Internacional, que quede claro, no lo digo yo ni el columnista citado, sino que es el resultado de la opinión de los colimenses, registrado por Transparencia.

El citado columnista, hoy desmentido por Transparencia Mexicana, con frecuencia habla de una presunta corrupción en mi gobierno, sin aportar jamás ninguna prueba, y cuando me acusa de corrupción siempre miente y no aporta pruebas, porque no las tiene y no existen. Por el momento ya Transparencia Internacional hizo evidente sus imprecisiones y “distorsiones” que le caracterizan.

A propósito

1.- El Presidente Calderón, declaró hace unos días que no participaría en las celebraciones del día del trabajo, 1° de mayo, porque ésta pasó de ser la fiesta de los trabajadores, a ser la fiesta del presidente.

La verdad es que no tienen nada que celebrar los trabajadores, porque es una fecha en que se conmemora el sacrificio de los obreros textiles y mineros, no es un día de fiesta, sino para conmemorar las luchas obreras y reivindicar sus derechos.

Además, el presidente Calderón se presentó en campaña como el presidente del empleo y éste ha ido a la baja y no tiene nada que ofrecer o anunciar a los trabajadores en esta fecha donde los precios de los productos básicos, combustibles y energía han golpeado a la economía popular.

A lo mejor, para un gobierno de derecha ligado al capital empresarial, como lo fue el gobierno porfirista, les parezca correcto “celebrar” la represión de los trabajadores por parte de los empresarios mineros vinculados a un gobierno de derecha. Y esto ya lo repitieron en el gobierno foxista contra los mineros en Coahuila y Lázaro Cárdenas, en Michoacán.

2.- La costumbre panista de ejercer el poder presidencial en pareja no ha cambiado con el nuevo sexenio, seguimos teniendo pareja presidencial, Fox y Calderón, Vicente dirigiendo la política internacional, y Felipe la interior.

¡Que bueno que la pareja presidencial es Fox y Calderón, grave sería que fuera Calderón y Martita, la pareja michoacana!

3.- Con motivo del día del Niño y como fue durante el sexenio, Martita le dijo a Vicente que cuál iba ser el regalo para los niños, Vicente respondió no, a los “niños Bibriezca” ya les dimos mucho.

4.- Como una precisión respetuosa para Abelardo Ahumada, que escribe en el periódico Milenio, le aclaro que nunca hice ningún viaje oficial Europa, ni a Asia durante los seis años de mi gobierno, ni a Centro o Sudamérica, únicamente a Estados Unidos, a Nueva York, a la sede de la ONU, a recibir el reconocimiento por el gobierno electrónico, a Minessota a promover el programa de intercambio que aún subsiste y 310 veces a Manzanillo, cuando menos 62 veces a Ixtlahuacan, 90 veces a Minatitlan, 290 veces a Tecoman, 180 veces a Armería, más las 310 veces que pasé rumbo a Manzanillo, 80 veces a Coquimatlan, 210 ocasiones a Villa de Álvarez, 180 a Comala, a Cuahutemoc incontables veces, pues ahí tengo mi residencia y cuando estaba en el municipio de Colima, dormí siempre en mi casa, excepto los tres días posteriores al sismo.

aproposito2004.blogspot.com



No hay comentarios: