sábado, 9 de junio de 2007

Las Batallas de Calderón

Los primeros meses del gobierno de Felipe Calderón se han caracterizado por no ser una luna de miel o el disfrute de un bono democrático que no hubo, sino más bien, por enfrentar su gobierno varios frentes de batalla donde, por cierto, Felipe Calderón Hinojosa, su gobierno, su partido y el pueblo de México, no han ganado nada.

El ex presidente del empleo reporta cifras crecientes de desempleo en el país. El ex presidente de la seguridad ya fue amenazado y ha devenido, al comandar las fuerzas armadas, en un muy mal secretario de la Defensa. Y si del presidente Zedillo se dijo que fue mal presidente pero buen secretario de Hacienda, el comentario generalizado acerca de Felipe Calderón Hinojosa es que no ha podido ser presidente todavía y ha resultado muy cuestionado como jefe de la seguridad nacional, en el aspecto de la pobreza y el desempleo la ha agudizado y así, sus tres compromisos fundamentales de campaña y de gobierno no han mostrado avances y, por el contrario, han sufrido severos retrocesos.

El presidente Calderón más que vencer problemas y ofrecer soluciones es un presidente que esta a la defensiva, enfrentando la violencia que genera el narcotráfico, emitiendo boletines sobre los ejecutados cada día y levantando cadáveres.

Durante el gobierno de Calderón se han movilizado cerca de 25 mil soldados en operativos contra el crimen organizado, a los que se han sumado, desde luego, las fuerzas estatales y municipales y han logrado capturar a un mil 260 delincuentes, de los que apenas una tercera parte están detenidos y sujetos a proceso. En cambio, las ejecuciones violentas en manos del crimen organizado superan las un mil 300 y eso sí, todos están muertos y un 20 por ciento de ellos son miembros de los cuerpos militares o policíacos, muchos de ellos ejecutados, no en el cumplimiento de su deber, si no por que traicionaron o dejaron de servir a determinado cártel.

Quiere decir pues, que habido más ejecutados que delincuentes sujetos a proceso, lo que muchos entienden como que el crimen organizado va ganando esta batalla.

En el mes de mayo se cumplió la cifra de un mil ejecutados, en el mes de julio de 2006 se llego a esa cifra de un mil y en 2005, en el mes de septiembre se llego a los un mil ejecutados. A este ritmo de la batalla, en el 2008, en el mes de marzo se llegará a esa cifra.

Esta batalla contra el crimen organizado la enfrenta el gobierno en desventaja, los narcos tienen gente infiltrada en el gobierno y en las fuerzas armadas y policíacas, así lo ha reconocido la propia autoridad y en cambio, el gobierno no tiene gente de sus cuerpos de inteligencia infiltrada entre los narcos, lo que implica una ventaja del narcotráfico sobre el gobierno, al tener protección e informantes del lado de la autoridad.

En las comunidades donde se asientan los narcotraficantes, tienen redes de información entre la población civil, a quien amenazan o compran, y obtienen información y protección de la gente de las comunidades, sobre todo del área rural, en donde tienen su actividad delictiva primaria en el cultivo de la droga y generan empleo para los habitantes de los pueblos. O sea, tienen aliados en la sociedad civil. Por su parte, el gobierno no cuenta con aliados en estas comunidades y ven a la autoridad y a los cuerpos policíacos como sus enemigos o sus represores.

En esta batalla, cuyas proporciones han obligado al gobierno a recurrir al ejército y lo más pertinente es que, por el momento, lo mantenga en esta tarea, pues no puede retirarlo cuando es evidente que no la estamos ganando y el ejército no se puede ir en retirada perdiendo.

Por el lado mediático y de la opinión de los intelectuales y de las organizaciones civiles nacionales e internacionales, se expresan reiteradas voces en contra del papel del ejército en la lucha contra el narcotráfico, lo que es un ingrediente más en contra del gobierno, porque estas voces están muy atentas al comportamiento de los militares y a destacar más sus errores que sus aciertos y sobre todo, a dar amplia difusión a las acciones negativas que la gente de las comunidades denuncia en contra del ejército, independientemente de que sean ciertas o no, y además, estas voces quisieran que el ejército mexicano actuara sin exceso de fuerza, con pleno respeto a los derechos humanos y verificara el currículo de los presuntos delincuentes antes de actuar en su contra.

En el campo mediático, el propio de los intelectuales y las organizaciones civiles, el gobierno también tiene perdida la batalla, porque el ejército está preparado para combatir, no para investigar, ni para prevenir, sino para actuar con toda la capacidad de fuego a su alcance; sin embargo, al ejército se le exige un comportamiento diferente a como actúan los narcotraficantes, a quienes nunca se les acusa del exceso de fuerza y ésta se destaca únicamente cuando la aplica el ejército en el combate a los narcos.

Así pues, éste es otro frente perdido, cuando se exige al ejército que respete reglas, que en una batalla no existen y que la otra parte tampoco respeta.

Muchos militares han expresado su molestia, pues además del riesgo que corren y al que están acostumbrados, han expresado que se enfrentan a ex policías y ex militares suficientemente capacitados en el manejo de las armas y además, pagados en dólares. Y por si fuera poco, corren el riesgo, como ha sido costumbre en los gobiernos panistas, de acusar a los militares, con el paso de los años, de crímenes de guerra sucia, como sucedió con los militares de alto grado que el gobierno de Fox pretendió encarcelar.

Esta batalla continuará, sin duda alguna, el presidente ha dicho que quizá rebase su sexenio, nadie sabe su límite en pérdidas humanas, pues cada día aumentan y la forma de ejecutar se hace cada vez mas sofisticada.

La otra batalla de Calderón es al interior de su propio partido, contra su dirigencia, contra el ex presidente Fox y parte de quienes integraron su gabinete, como Carlos Abascal y los miembros de la organización ultraderecha El Yunque. Esta batalla también la esta perdiendo Calderón, no se puede decir que Yucatán lo perdió únicamente Espino, sino todo lo contrario, quien en realidad perdió fueron Calderón y su partido, pues Ana Rosa Payán era la candidata original de Manuel Espino y Xavier Abreu era el candidato de Calderón, pues fue su coordinador de campaña en el proceso electoral.

El que haya ganado Calderón mayor numero de consejeros nacionales, aunque haya sido el 60%, no es un triunfo para Calderón, pues le ganó a su propio partido, compitió contra su dirigencia y la debilitó ante el electorado nacional, en este año al que le restan 13 procesos electorales. Con qué autoridad Espino, derrotado por Calderón, exhibido como su enemigo al interior y al exterior del PAN, va a motivar al panismo nacional en los procesos estatales contra las otras fuerzas políticas.

A nadie nos da gusto que el presidente pierda las batallas que emprende y menos cuando las encabeza en nombre de los mexicanos que representa, que pierda al confrontarse con su partido nos preocupa, porque lo debilita como presidente y además, lo distrae en su lucha contra el crimen organizado y si bien es cierto que los cárteles se están peleando entre sí, los panistas también.

A Propósito

1.- Resulta preocupante que en el caso de los límites, los hechos me den la razón, pues yo señalé que lo que Jalisco buscaba era preconstituir pruebas y que la propuesta de Jalisco de la Comisión Intermunicipal, originalmente planteada para brindar tranquilidad y seguridad en la zona de La Culebra, iba a motivar que Jalisco hiciera lo mismo en otras zonas de conflicto y puse como ejemplo Minatitlan, dije que iba a propiciar intranquilidad para buscar un mecanismo de coadministración en aras de la paz social.

Pues bien, ya el presidente municipal de Minatitlan denunció que el gobierno de Jalisco pretende establecer una patrulla en el poblado de Platanar, perteneciente a Colima y al municipio de Minatitlan.

Advertimos también que no teníamos quien representara los intereses de Colima en el Senado y en la Comisión de Límites de ese órgano legislativo, y ya el secretario general de gobierno declaró que la propuesta de Jalisco es inaceptable y similar a la que planteó el senado y en consecuencia, nuestros senadores colimenses no han hecho nada en favor de los intereses de Colima. Algunos ni siquiera lo han hecho en su discurso, ya no digamos en los hechos.

2. Ya se bautizó por la prensa escrita al gobernador de Jalisco, Emilio González, como “el gober dadivoso”, al haber regalado a Televisa 27 millones de pesos para realizar el programa Espacios2007. La crítica de la prensa de Jalisco es que se hace una donación a una empresa particular sumamente rica y que, además, se tomó de la partida destinada a Desastres Naturales.

3.- El periódico Ecos de la Costa y de manera particular su columnista Adalberto Carvajal, refieren de manera periódica que durante mi gobierno hubo acuerdos financieros y entregas de grandes cantidades de dinero al Diario de Colima. La respuesta es sencilla: para que fundamenten su dicho, soliciten a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, las copias de los cheques que mi gobierno pagó a Diario de Colima, a Ecos de la Costa, al grupo Radio Levy, al grupo Radio Variedades, etc., etc., y prueben así sus acusaciones, porque hasta hoy, lo único que han acreditado una y otra vez es la falsedad de sus señalamientos.

Sería sano para todos que a través de las bondades que ofrecen los programas de transparencia, se solicite la información sobre los pagos que mi gobierno realizó a los medios de comunicación durante mi sexenio. Además de que legalmente no me puedo oponer, me daría mucho gusto que se hiciera.

4.- Hace unos días, el periodista Adalberto Carvajal, en el programa de radio que tiene en el grupo Radio Levy, hizo alusión a la Señora Hilda Ceballos de Moreno, de manera innecesaria y en esa campaña por fastidiarme, comentó acerca de la compra hecha por ella de un vehículo y eso fue suficiente para que el señor Carvajal criticara a mi esposa, sembrando la sospecha de que todo lo que hago yo o mi familia es ilegal o incorrecto.

El señor Adalberto Carvajal siempre habla de actos de corrupción relacionados con mi gobierno y a la fecha, nunca ha podido probar alguno, cuando se le cuestiona sobre ello, siempre expresa que lo escuchó por ahí o que la gente dice, podría parecer que el señor Carvajal es un chismoso mentiroso en lo que respecta a mi persona y a mi familia, pero creo que tiene una obsesión sobre la corrupción familiar que desde hace muchos años atrás le inquieta y lo hace actuar de manera obsesiva sobre este tema para liberarse o expiar sobre una realidad que como él dice, muchos colimenses saben y dicen, pero que en su caso es cierta, sucedió y le atormenta.

Desde luego que el señor Adalberto Carvajal no tuvo culpa alguna de que su señor padre, hace algunos años, no tantos para que se olvide, tuvo que abandonar el estado de Colima e irse a vivir al extranjero, precisamente por haber cometido un acto de corrupción, que realizado en la etapa juvenil de Adalberto, le obsesiona y busca siempre tocar el tema de la corrupción, ligarlo con la familia, porque éste, el de la corrupción, es un tema que lo marcó desde joven y guía, además, sus acusaciones como periodista.

Cito lo anterior no como un ataque a Adalberto Carvajal, sino como una explicación de su conducta a mi persona y a mi familia, y si de esa manera él se libera de éste, que es uno de los tantos temas que lo atormentan desde su juventud, es entendible que lo haga y habrá que seguirlo soportando.

Algunos amigos me han preguntado por qué Adalberto Carvajal expresa reiteradamente ese odio hacia mi persona y hacia mi gobierno, en el cual colaboró y cobró, y le he dado vueltas para ver qué hicimos desde mi gobierno que hubiera molestado a Adalberto Carvajal o a su familia. Desde luego que el acto de corrupción que cometió su muy cercano familiar no fue durante mi gobierno, ni tampoco hicimos nada por darle seguimiento a la comisión de ese ilícito, pues al parecer era un asunto prescrito y lo único que considero como la causa de tanto ataque sin fundamento y sí con mucho odio “jarocho”, es un asunto que tuvo que ver, precisamente, con un veracruzano.

Pero el del “odio jarocho” es un tema que, por lo pronto, dejaré para otra ocasión.

aproposito2004.blogspot.com


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