martes, 12 de junio de 2007

Ecos de la Costa, las Mentiras de Siempre

En el Ecos de la Costa de ayer lunes se dice que el dueño del Diario de Colima, Héctor Sánchez, se indignó porque el señor Adalberto Carvajal filtró en su columna de Ecos de la Costa una supuesta reunión “secreta”. Dice el editorial de ayer lunes: “Por un lado, les irrita que dar a conocer la reunión haya puesto en riesgo el compromiso de Fernando Moreno-reconocido por él mismo en su columna-de acatar la orden que le dio la presidenta nacional de PRI de respetar la investidura y el liderazgo partidista de Cavazos Ceballos”.

O sea, según Ecos de la Costa, la filtración de la reunión le molestó al Diario de Colima, aunque Diario de Colima ya ha expresado que le vale un comino si se reúnen o no los personajes citados por Ecos de la Costa. Hay constancia publicada en columnas y en editoriales de Diario de Colima, que una confrontación de actores políticos priístas es inconveniente y que de ser ciertas o no las diferencias políticas, éstas deberían arreglarse. Yo nunca he aceptado que existan esas diferencias; sin embargo, Diario de Colima, como lo prueba su línea editorial, siempre le ha abonado a que no importa si son ciertas o no, lo conveniente es que se arreglen.

Por otra parte, existen suficientes pruebas publicadas en las páginas de Ecos de la Costa, donde de manera reiterada han afirmado que existe un pleito político al interior del PRI y que una de las partes debe eliminar políticamente, o como sea, a la otra, o sea, a mí.

Lo que el Ecos de la Costa ha sostenido sobre un pleito que ellos inventaron es que éste continúe hasta el final, porque de eso viven y escriben. No quieren acabar con el tema que ellos crearon y así lo confirman en su editorial de ayer lunes: “Lo hemos dicho ya varias veces: al gobernador Silverio Cavazos ni al PRI les conviene someterse a la voluntad de ningún actor político, así sea un ex gobernador”. O sea, cualquier plática conmigo así sea social, oficial o política es un sometimiento y reiteran en su editorial:

“Hemos señalado en múltiples ocasiones que, contra lo que dicen los profetas de la unidad a toda costa, al grupo gobernante no le hace falta entregar al ex gobernador la facultad metaestaturia de designar a los candidatos del tricolor en 2009. Al contrario, asociarse con “el otro PRI” le puede costar al PRI de Silverio más votos de los que obtendría sumando el supuesto voto duro del fernadismo”.

O sea, para Ecos de la Costa, cualquier plática implica que yo designe a los candidatos del PRI en el 2009; o también, según Ecos de la Costa, cualquier acercamiento conmigo le puede costar al PRI perder la elección en el 2009, y además, aseguran que la única manera de que el PRI gane la elección gubernamental es que el pleito que inventaron, y del cual escriben a diario, continúe para bien del PRI. O sea, lo que le conviene al PRI, es lo que le conviene al Ecos de la Costa, aunque en las últimas tres elecciones para gobernador jugaron en contra del PRI y en favor del PAN.

Con esto, lo único que se reafirma es que si le molestó al Ecos de la Costa la posibilidad o el hecho de que yo me reúna con el titular del ejecutivo de Colima y ese sólo hecho los tiene fuera de sí, porque suponen que el tema del enfrentamiento se les agota y su lógica de la confrontación desaparece.

Ya di una explicación de por qué no contestaría la carta de Salvador Silva, porque, reitero, asumí un compromiso, voluntario de mi parte, de no referirme a funcionarios del gobierno del estado en respuesta a ataques a mi persona y a mi gobierno. Compromiso que voy a respetar, porque lo hice de manera unilateral, sin condiciones y no he dicho con quien ni por qué y además, lo voy a cumplir porque veo que le ha molestado mucho a Ecos de la Costa, como lo demuestran en sus columnas y en el editorial citados y están acreditando en ese periódico que tienen mucho interés en que los supuestos conflictos al interior del PRI continúen y han recurrido a la mentira al dar a conocer falsos detalles de una supuesta reunión secreta, y dejan entrever que alguno de los asistentes les proporcionó información y el que lo hizo tenía interés en que se supiera y sobre todo, se hiciera todo lo posible desde las páginas de Ecos de la Costa, porque supuestos acuerdos o no, no se concretaran, provocándome para no cumplir mi palabra.

Lo que se ha filtrado de la reunión no me molesta en lo personal, quizás al Diario de Colima le pareció inoportuna la filtración y el que dio supuestos detalles ciertos o falsos, sabe por qué lo hizo y esa será su responsabilidad.

Pero lo que sí queda muy claro es la molestia de Ecos de la Costa por una reunión en los términos que ellos suponen, pues creen que al quedarse sin tema para los morbosos, van a disminuir sus lectores y sus ingresos.

Queda también claro, y no de ahora sino de siempre, que en Colima o entre colimenses, no hay reuniones secretas, ni para festejar, ni para confrontarse, ni para divertirse o sufrir, pues éstas se saben siempre que se celebran y es lógico, si se saben las que no se celebran, con mayor razón las que sí se llevan a cabo, aunque se distorsionen los temas y el “chismoso sabihondo” platique como si hubiera estado ahí o tuviera el video o el casete de la reunión. A mí no me molesta que se sepa, yo también he platicado y escrito, en ocasiones, de reuniones privadas en las que he participado, no secretas, porque no se pueden, sino privadas o entre pocos, pero platico de ellas porque estuve ahí y digo lo que me consta y no lo que otros me dijeron, nunca platico de reuniones donde no estuve y menos de reuniones secretas a las que no asistí, como acostumbran hacerlo los de Ecos de la Costa y sobre todo, Adalberto Carvajal, que siempre afirma: “No tengo pruebas pero la gente dice”, me supongo que la que dice es la gente del Ecos o lo que ha dicho Jorge Luis Preciado.

Para el Ecos de la Costa resulta que le preocupa mucho, le molesta y además advierte que es muy peligroso y de alto riesgo, para el PRI, para el Ecos de la Costa y para todo Colima en su conjunto, el hecho de que ciertas personas se reúnan conmigo.

Por otra parte, quiero reiterar que sería bueno que Ecos de la Costa solicite a Finanzas del Estado y publique los pagos que se hicieron durante mi gobierno a los diversos medios de comunicación: Grupo Radiolevy, Radio Variedades, Diario de Colima, Ecos de la Costa, etc. etc., para que demuestren y puedan sostener sus afirmaciones de que durante mi gobierno hubo un contubernio financiero con Diario de Colima, y si no lo hacen, lo más pertinente es que se queden callados y no recurran a la frase que de forma permanente usa Adalberto Carvajal: “no tenemos pruebas pero la gente lo dice”. Sí, la gente del Ecos. En este sentido, es lamentable que el propio periódico Ecos de la Costa haya reconocido en sus editoriales que publican “borregos”, ha sido tan frecuente esto, que el rebaño ha crecido.

Dice Ecos de la Costa en su editorial del lunes: “Por ética, no confundimos una cosa con la otra. En el último año y medio del gobierno de Fernando Moreno, por ejemplo, la administración estatal redujo a cero la publicidad en Ecos de la Costa y no por eso ejercimos la crítica infundada que Diario de Colima hace de la gestión de Silverio Cavazos”.

Eso es falso, no fue año y medio el tiempo en que mi gobierno le suspendió la publicidad al Ecos de la Costa, supongo que les debe haber parecido una eternidad, pero fueron únicamente tres meses y lo hicimos durante el proceso interno del PRI, en virtud de que el dueño de ese periódico era aspirante a la candidatura del PRI al gobierno del estado y quisimos evitar que se denunciara que estábamos destinando recursos del gobierno en apoyo a uno de los aspirantes que participaban en el proceso, pero pasando la elección interna, pagamos a dicho periódico de manera puntual la publicidad contratada, como consta en los archivos y podemos publicar el monto de lo que le pagamos a Ecos de la Costa y al Correo de Manzanillo el último año, o bien, que soliciten a Finanzas la información y que se publique, para ver quién miente.

Siempre he dicho que la confrontación entre medios periodísticos, y particularmente entre Diario de Colima y Ecos de la Costa, es fundamentalmente comercial, de mercado, de preferencia de público lector y esa confrontación también se dio durante mi gobierno y debo reconocer, también, que durante mi gobierno esa confrontación tuvo su ingrediente político, pues el Ecos de la Costa jugó, preferentemente, con el PAN en las contiendas electorales y el Diario de Colima respaldó, también preferentemente, a los candidatos del PRI.

En el caso de Diario de Colima, no hubo ningún pago especial, quien tenga una prueba que la publique. En el caso de Ecos de la Costa y su apoyo al PAN, no tengo ninguna prueba para afirmar que lo hayan hecho por dinero, pero creo que la razón fue por estar en contra de lo que apoyaba el Diario, y lo que sí consta es que esa línea periodística la han continuado en Ecos de la Costa: apoyar lo que el Diario critica o criticar lo que el Diario apoya.

Pienso que el Diario de Colima, su propietario Héctor Sánchez o su línea editorial, decidieron, durante mi gobierno, apoyar a candidatos priístas en función de que existía una mayoría de electores priístas en la sociedad colimense, que para mí sigue existiendo y que este periódico apostó a seguir siendo el periódico que leyera la mayoría de los colimenses, que en el caso eran priístas, pero que abrió sus páginas a militantes de todos los partidos de oposición, para que de manera libre expresaran sus puntos de vista o difundieran su ideología política y así, durante mi gobierno hubo columnistas de Diario de Colima que fueron los más críticos de mi administración gubernamental y nunca fueron acallados por el dueño de dicho periódico, porque siempre quedó muy claro que mi gobierno en su relación con todos los medios de comunicación, pagaba espacio, no conciencia.

Desde luego, mi relación amistosa con Héctor Sánchez fue creciendo a lo largo de mi gobierno y no por dinero, porque de haber sido así, ya dejé el gobierno y nuestra amistad es cada día más sólida, tan es así que Ecos de la Costa hace a diario esfuerzos para ver si esta amistad se quebranta o se debilita. Es lógico que eso pretendan porque ellos le apuestan al conflicto, por eso el discurso del otro PRI, etc. etc., y por eso cuando Ecos de la Costa ataca a Diario de Colima, destaca que es por mi amistad con su propietario, y cuando me ataca a mí lo relaciona siempre con Diario de Colima o queriendo presentarme como copropietario del periódico, con la intención de que el señor Héctor Sánchez se enoje conmigo o entremos en conflicto para que se demuestre, según Ecos de la Costa, que no puede haber una amistad, más que las que se construyen en función del dinero.

El director de Diario de Colima en ocasiones me ha comentado que por su respaldo a candidatos del PRI a la gubernatura del estado, en las tres últimas elecciones, ha perdido lectores panistas. Es posible que así sea, como también creo que Ecos de la Costa ha perdido lectores priístas. Pero no ha sido por decisión del gobierno, sino porque así lo han decidido los lectores, que son quienes deciden qué periódico tienen mayor credibilidad, qué periódico leen o no leen, cuál periódico se vende más o menos, eso sólo lo deciden los lectores, nunca el gobierno. Lo que sí decide un periódico, acertada o equivocadamente, es a qué público se dirige, a qué tipo de lectores quiere dar gusto y supongo que un periódico, como cualquier otra empresa, si quiere ser exitoso debe dirigirse a agradar o responder a los intereses de los grupos mayoritarios, pues sólo así podrá vivir de los lectores, de lo contrario, tendrá que recurrir al apoyo económico del gobierno.

Sólo en un estado totalitario, que no es el caso de México ni lo ha sido, el gobierno determina qué periódico circula y qué tipo de mensaje y de prensa deben leer los lectores, pero en una sociedad democrática como la nuestra, los lectores tienen la palabra y pueden cambiar de periódico cuando gusten, sobre todo cuando éste no responda a sus expectativas. Así, vemos que La Jornada se dirige fundamentalmente a un público de izquierda, preferentemente a simpatizantes del PRD, y el periódico Reforma, se enfoca a un público de derecha.

Pero también un periódico puede decidir, en función de lo que demandan los lectores, cambiar su línea editorial, precisamente para responder al interés de los lectores y no del gobierno. Así, el periódico Milenio en la elección presidencial pasada apoyó en su línea editorial al PRD, pero ahora lo hace en favor del PAN, o cuando menos ya no a favor del PRD, y esa es una decisión editorial exclusiva del periódico, no del gobierno.

Así sucede en Colima: los periódicos determinan a qué público atienden y también, libremente, deciden si dan preferencia a los lectores o al gobierno, si buscan o no un equilibrio o se someten o se confrontan, pero en la decisión que tomen y en la que han tomado los periódicos mencionados en Colima, sólo los lectores podrán decir si acertaron o se equivocaron, ningún periódico puede determinar si otro está haciendo lo correcto o lo incorrecto.

Una cosa es cierta e inevitable, los gobiernos concluyen, sus titulares terminan sus encargos en plazos ciertos y determinados por la ley. Un periódico corre suerte diferente y sólo desaparece o termina su vida si lo abandonan sus lectores y no recurre al gobierno, pero lo que si es cierto es que si sólo vive del gobierno, porque lo abandonaron sus lectores, terminará su ciclo cuando concluya el gobierno que lo mantiene.

Entonces, no pretendamos que los periódicos cambien su línea periodística a conveniencia particular, pues lo harán cuando les convenga a ellos, no cuando lo diga la competencia y que cada quien tenga los amigos que quiera, eso es parte de la libertad de elegir, de leer y también de confrontarse y que cada quien asuma los riesgos de sus propias decisiones.

No hay periódicos que le impongan la línea a nadie, hay, siempre, quien libremente les hace caso.

aproposito2004.blogspot.com

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