viernes, 3 de noviembre de 2006

Oaxaca, Responsabilidad de Panistas y Perredistas

El problema de Oaxaca surgió antes de las elecciones del dos de julio. Era un asunto que nada impactaba el panorama electoral nacional y se instrumentó por el gobierno federal y el PAN para inhibir el voto favorable al PRI y al PRD, porque el PAN en ese estado siempre ha ocupado el tercer lugar en la preferencia electoral.

A partir del dos de julio, el principal problema para el país, y sobre todo para el gobierno federal y el PAN, fue AMLO, quien alegó fraude electoral, secuestró la ciudad de México, evitó que Fox rindiera su informe, diera el grito de independencia, que asistiera al congreso a la ceremonia de entrega de la medalla “Belisario Domínguez”, logró la cancelación del desfile del 20 de noviembre y logró apanicar al gobierno federal y al PAN, ante la amenaza perredista de que Felipe Calderón no tomaría posesión el uno de diciembre.

El gobierno federal evitó durante estos meses la confrontación con AMLO y así, debió recular al no celebrar o conmemorar fechas importantes del calendario cívico nacional y cancelar la presencia del presidente de la república en ceremonias oficiales que se caracterizaban, precisamente, por la presencia del titular del ejecutivo.

Debemos reconocer que, desde el punto de vista mediático, la mejor jugada que han realizado el presidente Fox y el PAN es elevar a categoría de problema nacional el caso Oaxaca, con el claro propósito de bajar al menor nivel posible la presencia de AMLO en los medios, lo cual ha ocurrido, a grado tal que la gente olvide ya aquella reiterada amenaza de los partidos que postularon a AMLO de que Felipe no tomaría posesión y de que desestabilizarían el país, de consumarse la toma de protesta del panista. .

El fracaso de AMLO y del PRD en la elección de Tabasco, con el triunfo arrollador del PRI, dejó sin fuerza y argumento político al perredismo y sobre todo a AMLO, quien fue derrotado en su propia tierra y que si no desestabilizó Tabasco ante su derrota, menos podría hacerlo a nivel nacional.

Por eso, la posible solución al caso Oaxaca y la, hasta hace unos días, omisa presencia del gobierno federal en auxilio de las autoridades locales para reestablecer el orden, fue una estrategia muy bien pensada para prolongar el conflicto y ante el desplome de AMLO, darle a la izquierda perredista una bandera distinta a su protesta original en contra de Felipe Calderón, orientada ahora a luchar por la salida de Ulises Ruiz y considerar por parte del PRD el caso Oaxaca como la migaja del pastel que le toca al PRD, a cambio de que ya no cuestione más el triunfo de Felipe Calderón y pueda éste tomar posesión en paz.

Lo anterior se confirma porque el martes 31 de octubre, la dirigencia del Frente Amplio Progresista (FAP) y los líderes parlamentarios de las tres fracciones que apoyan a AMLO (PRD, PT y Convergencia), acudieron a la Secretaría de Gobernación a dialogar con Carlos Abascal, reanudando así el diálogo AMLO, gobierno federal y PAN, roto desde el pasado dos de julio, y no fueron a protestar por el supuesto fraude electoral, sino a pedir que les den Oaxaca con la caída de Ulises Ruiz, a cambio de una toma de protesta de Calderón sin problemas.

La jugada les ha funcionado al gobierno y al PAN y le van a seguir ofreciendo la zanahoria a AMLO y partidos que le acompañan, con la promesa de darles Oaxaca una vez que Felipe Calderón tome posesión, para que puedan negociar con él y comprometerse con él.

Lo anterior se confirma con la presencia de AMLO, el mismo martes 31, en la marcha organizada por la APPO en el DF, donde pronunció un discurso y no se refirió al fraude electoral, ni al que él llamaba “el espurio” Felipe Calderón, sino que se refirió al caso Oaxaca y a Ulises Ruiz, a quien llamó “el espurio”. El propio AMLO, después de la derrota de Tabasco, dejó de hablar de fraudes electorales y ahora quiere ganar Oaxaca, aliado ahora con el PAN, con el que dijo que nunca habría acuerdo posible.

Cabe destacar que en el mitin de la APPO en el DF, los oaxaqueños le pidieron a AMLO que no encabezara la marcha que harían a Los Pinos. O sea, la APPO acreditó que atrás de ellos está la Secretaría de Gobernación, que les dio instrucciones, en un principio, de subirle el tono a Oaxaca y ahora les dice que, públicamente, rechacen a AMLO.

Se hace evidente pues, que la Secretaría de Gobernación y el PAN instrumentaron y llevan el ritmo del problema de Oaxaca, que al PRD no le queda más que tumbar a Ulises Ruiz en un intento de demostrar que aún tienen fuerza y también se hace evidente que algunos obsequiosos legisladores del PRI ven en el caso de Oaxaca y en la posible caída del gobernador, un triunfo de lo que será la lucha por la dirigencia del partido.

Así pues, el caso Oaxaca no es un asunto local y el problema no es Ulises Ruiz, que es una excusa, instrumento y objetivo.

El PAN y las Comisiones

Un nuevo conflicto político ha surgido en Colima, ahora en el seno del Congreso y es por la reducción de comisiones legislativas, que de 25 quedaron solamente 15. Debemos recordar que la anterior legislatura, que inició sus trabajos el primero de octubre de 2003, tuvo 20 comisiones, pero este número se vio incrementado a 25, a partir del uno de enero de 2004, fecha en que inició el mandato de Gustavo Vázquez Montes.

Una vez que el TRIFE resolvió que el PRI había ganado la elección extraordinaria celebrada el 7 de diciembre de 2003, mediante resolución emitida el 30 de diciembre de ese año, y que en la misma se ordenaba al Congreso del estado emitir el bando solemne para declarar a Gustavo Vázquez gobernador del estado, los integrantes de la oposición, PAN-PRD, que habían impugnado la elección, plantearon al PRI, como condición para estar presentes en dicha sesión, la del bando solemne, que el número de comisiones pasara de 20 a 25.

El PRI aceptó, no obstante que no se requería el voto de la oposición, pues no se iba a votar si se aprobaba el bando o no, pues era una orden directa del TRIFE, el PRI accedió con el propósito de “planchar” la toma de protesta de Gustavo Vázquez y terminar con los conflictos derivados de las contiendas electorales.

O sea, el PRI, en la lógica de la política, negoció con la oposición, de manera generosa, que cada uno de los 25 diputados presidiera una comisión legislativa, como ya lo hacía todos los diputados priístas, al tener éstos mayoría en le congreso.

En consecuencia, el aumento de comisiones fue únicamente en beneficio de los diputados de la oposición que, a cambio de eso, disfrutarían de los recursos económicos que tiene presupuestada cada una de las comisiones y se olvidarían de todas las impugnaciones que habían hecho en contra de Gustavo Vázquez, en las dos elecciones.

El que ahora se reduzcan las comisiones tiene un propósito de ahorro o de austeridad al interior del congreso, a tono con los programas de austeridad implementados por el poder ejecutivo. Este es el argumento formal. El argumento práctico es que el motivo por el que se les dieron las comisiones ya no existe. O sea, se negoció su colaboración, se les pagó durante tres años, pero ya se acabó el compromiso. El PRI cumplió, ingenuos los panistas y perredistas que creyeron que el pago iba a ser para siempre. Se olvidaron de un hecho inobjetable: en política, nada es para siempre y, en materia de dinero, hay compras de contado y a plazos. El plazo ya se cumplió. Nada se debe.

A Propósito

El diputado Jorge Luis Preciado anunció su renuncia a la comisión que, generosamente, le fue asignada por la Comisión de Gobierno Interno. Hizo bien, porque, además, su experiencia legislativa le dice que no puede ni debe ocupar la presidencia de dos o más comisiones y él ya preside la Comisión de Difamación, por acuerdo gubernamental, como bien dice el señor Gobernador, Silverio Cavazos en sus declaraciones hechas antier acerca de las imputaciones dolosas de que el secretario de Desarrollo Rural se habría comprado un escritorio de más de medio millón de pesos.

El reto fue bueno: si el diputado Preciado Rodríguez prueba sus dichos, entonces el gobernador cesa de inmediato al secretario Salazar Preciado, pero sino, si el diputado no es capaz de probar, una vez más, sus infamias, entonces deberá pedir licencia.

Pero como no va a poder probar nada, va a repetir el diputad Preciado Rodríguez, como ya lo hizo en anterior legislatura, como presidente de la Comisión de Difamación, ahora con más experiencia.

De los Abajofirmantes

A mi buen amigo Rubén Pérez Anguiano le faltó referirse en su comentario al diferendo del Diario de Colima con el Señor Gobernador, pues en su escrito, únicamente me alude.

El asunto de las pensiones no es una concesión gratuita, ni un acto de generosidad de los entonces diputados. Es algo previsto en la ley. Por eso, el entonces gobernador, Arnoldo Ochoa González, previo estudio jurídico, envió al congreso del estado el proyecto de decreto para el otorgamiento de las pensiones a las viudas y a los hijos de los fallecidos en el accidente de aquel 24 de febrero. El congreso hizo lo que la ley determina en estos casos. Nadie le hizo un favor a nadie. No hay necesidad, estimado Rubén, de defenestrar a alguien para defender algo o a alguien.

A Propósito de los firmantes

El viernes 10 de noviembre daré respuesta, de manera puntual y amplia, a todo lo que se ha venido diciendo después de haber publicado la carta que envié, respetuosamente, al Señor Gobernador del Estado, Licenciado Silverio Cavazos Cevallos.

De momento, diré que, además de la pésima estrategia de comunicación social implementada por los señores Humberto Silva y Luis Ignacio Villa García para vender, defender y prolongar su pleito, me ha sorprendido la baja calidad de los abajofirmantes.

Un ejemplo muy claro de la pésima estrategia de comunicación y, sobre todo, de cómo privilegian su conflicto en contra mía, antes que el cumplimiento cabal de sus funciones en beneficio del gobierno del estado, está en el editorial publicado en Ecos de la Costa el miércoles 1 de noviembre, cuando en vez de analizar y comentar la importante reunión promovida por nuestro gobernador, Silverio Cavazos, a la que asistieron otros seis gobernadores y la representante del próximo presidente de la república y destacar los importantes acuerdos que allí se tomaron para la región centro-occidente del país, prefirieron ignorar el hecho y dedicaron su editorial titulado “el peine” a continuar el pleito que desde el gobierno del estado han instrumentado esos dos funcionarios en contra mía.

O sea, que resulta más importante para ellos “su” pleito en mi contra, que el desarrollo del estado y, además, me dan más importancia como exgobernador que a la presencia, en un solo evento, de siete gobernadores y de la señora Josefina Vázquez. Ahora me explico cómo construyen su teoría de que yo soy muy importante y le disputo al gobernador los espacios en los medios y, en consecuencia, el poder.

Nos vemos el viernes 10

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