martes, 22 de marzo de 2011

RESPUESTA A JORGE HUMBERTO SILVA OCHOA

Cuarta parte

Como te habrás dado cuenta, Jorge Humberto, está acreditado que disolviste el fondo de pensiones de la Universidad de Colima para no rendir cuentas, y que en ningún momento te interesó garantizar a futuro el pago de las pensiones, porque hiciste un FOSAP virtual, sin dinero, únicamente en el papel.

No dejaste 429 millones de pesos como tú dijiste y no los dejaste porque tú mismo lo declaraste: “entregue a los trabajadores el fondo de pensiones para que administraran ellos mismos sus cuotas”.

Y eso lo declaraste en tu último informe, o sea, 47 días antes de terminar tu periodo rectoral. ¿Cuándo hiciste el depósito de 429 millones de viejos pesos?

Está claro cómo quedó el FOSAP cuando concluyó tu rectorado de 10 años. En esta entrega daré respuesta a algunos temas que abordas en tu escrito del 12 de marzo y mañana y el viernes explicaré cómo dejó Carlos Salazar el FOSAP y cómo está actualmente con el Rector Miguel Aguayo, que es precisamente el tema que motivó esta discusión.

Porque fui tu sucesor, jamás había abordado el estado e que dejaste las pensiones, pero ahora lo abordo porque haces afirmaciones falsas y das a entender que los tres últimos rectores no le depositamos al FOSAP de manera correcta.

Carlos Salazar jamás criticó el manejo de las pensiones durante mi administración, Miguel Aguayo tampoco cuestionó jamás lo hizo respecto al rectorado de Carlos Salazar. El tema se discute ahora porque tú y tu periódico lo abordan y porque pones en duda lo hecho por otros rectores.

Ese ha sido tu comportamiento; en anteriores comentarios hablaste de “operaciones comerciales sospechosas” y después, cuando se te dio respuesta clara y contundente, te quedaste callado. Siempre usas como argumento final, el que tú no dices nada, que es tu periódico.

Precisamente, el pasado 6 de octubre afirmaste: “En una edición pasada dejé en claro que, como director general de Ecos de la Costa, soy corresponsable, junto con el director del rotativo, Adalberto Carvajal, y con los demás colaboradores, de todo lo que se publique en columnas o editoriales que aparezcan sin firma, tal como lo marca la costumbre periodística y la Ley de Imprenta”.
Bueno, pues en editoriales y en la página intitulada “Interés Público”, sin firma, que ha publicado Ecos de la Costa, aceptas ser responsable de lo que ahí se ha escrito en contra de la Universidad y de su Rector, Miguel Angel Aguayo.

Y esa es la razón por la que escribí el pasado 11 de marzo lo siguiente: “En el marco de la estrategia que el licenciado Humberto Silva ha implementado en contra de la Universidad de Colima para desprestigiar la institución y a sus autoridades y de manera particular al Rector, y cuando creía Humberto que tenía una bandera en esa lucha en pro del desprestigio universitario, le falló, porque dio por cierto que la Universidad le debe 120 millones de pesos al fondo de pensiones y que eso tiene molesto al sindicato y se habló incluso de la posibilidad de realizar una huelga por ese motivo, después de 37 años en que la Universidad no se ha visto afectada en su trabajo por ningún tipo de huelga”.

Te voy a explicar lo que dije: en el marco de la estrategia que has implementado en contra de la Universidad, se aborda ahora el tema de las pensiones. No digo que nstigaste al SUTUC a que hiciera la denuncia, lo que digo es que ese argumento que maneja el sindicato no te va a servir de pretexto, porque la Universidad no le adeuda al FOSAP.

Sin embargo, pese a ello, escribiste lo siguiente:“aseguras que soy el autor de una estrategia en contra de la Universidad de Colima para desprestigiar a la institución y a sus autoridades, de manera particular al rector Miguel Aguayo". Eso no es cierto, afirmas enfáticamente y agregas: “La información relativa al problema del Fondo de Pensiones de los Trabajadores de la Universidad que publicó Ecos de la Costa, proviene exactamente de las declaraciones que el Sindicato Único de Trabajadores de esa casa de estudios vertió en un boletín de prensa”.
“Ese solo dato echa por tierra tus temerarias afirmaciones, Fernando, y debería bastar para dar claridad a las interpretaciones que maquina tu cerebro”.
Fíjate, Jorge Humberto Silva, que yo nunca te acusé de estar moviendo al SUTUC en contra de la Universidad; te reitero, dije que el argumento del sindicato no te iba a servir y además, dije que el sindicato siempre se ha preocupado por la defensa de los trabajadores y por la Universidad.

Tú mismo te incriminas el 12 de marzo, al afirmar:“Acabo de recibir un bien fundamentado trabajo de Análisis de Actualización o Re Expresión de Componentes Contables en Periodos de Inflación, realizado por un despacho de la ciudad de Guadalajara, especializado en el manejo de los índices que para calcular el valor del dinero a lo largo del tiempo usan el Banco de México, etc, etc,”.

“De acuerdo a la norma de información financiera denominada NIFB-10, se llegó a la conclusión que el histórico FOSAP (asumiendo que después del 31 de enero de 1989, fecha en el que terminó mi periodo de rector, no hubiera recibido nuevas aportaciones), al 15 de enero de 2011 debería tener un capital de 429 millones 47 mil pesos”.

O sea, Jorge Humberto, nada tienes que ver con el asunto de las pensiones en la Universidad y mandaste hacer un estudio a una empresa especializada, curiosamente, de cuál sería el equivalente de los 429 millones 47 mil viejos pesos, al 15 de enero del 2011 y cuál va siendo la sorpresa que esa importante y prestigiada compañía que tú avalas, llega a la conclusión de que esa cantidad que dices que dejaste en viejos pesos, ahora equivale a un capital de 429 millones 57 mil nuevos pesos.

¡Qué coincidencia!, la cantidad es la misma, excepto por la diferencia de 10 mil pesos, este es uno de los aspectos interesantes de tu escrito, estoy seguro que a esa empresa le dijiste que dejaste 429 millones 47 mil pesos y como le pagaste por el estudio, no te pidió el comprobante o el documento que acreditara que eso fue cierto, porque ya te expliqué el viernes pasado que yo, en tan sólo dos años de rectorado, deposité 518 millones de viejos pesos. De seguro esos no los tomó en cuenta tu prestigiada empresa.

Lo interesante aquí es que dices que tú no has estado en el tema de las pensiones, que eres ajeno a cualquier cosa que se haya dicho sobre el FOSAP, pero confiesas que mandaste hacer un estudio a modo.

Ojalá esa misma empresa te haga un análisis de la situación financiera del Ecos de la Costa, que en realidad debería de ser tu preocupación primordial, y te hagan un programa de pagos de los 8 millones de adeudos fiscales y de seguridad social.

Te recomiendo que hagas un programa de pagos a 48 mensualidades. Acuérdate que ya una vez, cuando me planteaste un caso similar de tus adeudos, se tomó esa decisión.

Por eso me queda claro que tus ataques a la Universidad y al gobierno, son por los adeudos no pagados.

Tú afirmas de manera irresponsable en tu escrito que, al parecer, en 22 años no se hicieron al FOSAP los depósitos correctos.

Tú afirmas Jorge Humberto: “Buscas erigirte en defensor de una causa en la que, considero, nadie solicitó que encarnaras el papel de justiciero, al mejor estilo de los héroes de historietas infantiles”.
Fíjate Jorge Humberto, que para defender a la Universidad de Colima, a la que mucho le debemos, no se ocupa invitación de nadie y mucho menos cuando quien la agrede reiteradamente es un ex Rector como tú, que mucho le debes también a la Universidad.

Es una obligación de quienes hemos formado parte de la comunidad universitaria salir en su defensa cuando sea necesario, pero más obligación tenemos los universitarios de no atacar a la Universidad.

Siempre me has criticado en estos últimos años, porque salgo en defensa de la Universidad o de su Rector. Recuerda bien que cuando tú eras Rector, yo era quien salía en defensa de la Universidad y de tu administración rectoral. Mi conducta no ha cambiado.

Recuerda también que siendo Rector Carlos Salazar, le organizaste un movimiento en su contra, que no prosperó porque no había razón y porque yo, en mi carácter de gobernador, te desautoricé porque eras mi secretario general de gobierno y lo hice un 31 de enero en un desayuno de la lealtad universitaria. Si quieres, te publico el texto otro día, me avisas si tu memoria no lo recuerda.

Tú dices que nadie me ha solicitado defender a la Universidad, en eso has sido reiterativo, pero nunca, ni tú, ni nadie, me ha acusado de atacar a la Universidad o a sus rectores, nunca nadie me ha señalado por eso, ni siquiera tú; en cambio, a ti todos te identifican como alguien que permanentemente ataca a la Universidad o a sus rectores.

Siempre tienes el pretexto de que lo haces por el bien de la Universidad o de que una cosa es el Rector y otra la Universidad, por eso, Jorge Humberto, afirmas: “Algo elemental que deberías conocer, por haber ocupado importantes cargos públicos, es que una cosa son las instituciones (la Universidad, el Gobierno) y otra los aciertos o errores de quienes las dirijan temporalmente. Y que todo lo que acontezca al interior de las instituciones, de acuerdo a la ley, es asunto de interés público”.

Esa ha sido siempre tu justificación y ahora dices que tus ataques a los Rectores o a la Universidad, “es asunto de interés público”, que curioso así se llama tu columna: “Interés Público”.

Me supongo que nadie te solicitó “erigirte en defensor” del interés público, que nadie te pidió “que encarnaras el papel de justiciero”, o sea, Jorge Humberto, a ti todo te está permitido, pero a mí no, porque todavía crees que soy tu colaborador en la Rectoría y crees también tener el carácter de jefe nato vitalicio de la Universidad.

Tú sí puedes acusar, difamar, justificar conductas y extender certificados de honorabilidad.

Tú afirmas Humberto: “Cuando un ciudadano, organización social o partido político opina sobre el desempeño de los hombres y mujeres que ejercen el poder público o dirigen a las instituciones públicas, está en su legítimo derecho de hacer públicos sus inconformidades o de pedir explicaciones. Cuestionar la conducción de tales instituciones no significa hablar mal de la universidad, del Estado o de la república”.

Entonces Humberto ¿por qué desde hace 6 años me acusan tú, tu periódico y tus empleados, de que está mal que yo escriba en un periódico y exprese mis puntos de vista?

En ti todo lo justificas, pero te has convertido en el permanente acusador de que yo ejerza, como tú dices, mi legítimo derecho, de hacer públicas mis inconformidades o de pedir explicaciones.

Por fortuna, no te he hecho el menor caso, ni a ti, ni a tu periódico, ni a tus empleados y menos a los narcoperiodistas o narcolocutores que todo han defendido y justificado.

Esto es una prueba de tu doble lenguaje, atacas al Rector pero no a la Universidad. Nada tiene de malo atacar a las instituciones o a los personajes, porque es de interés público cuestionar la conducción de las instituciones, no tiene nada de malo cuando tú lo haces, aunque el verdadero motivo de tus ataques es que esas instituciones no han respetado lo económicamente convenido.

Desde luego que yo no tengo tu permiso para hacerlo, yo no debo de escribir, ni criticar, y mucho menos defenderme de los mercenarios que escriben en mi contra.

Tú afirmas y me acusas de la siguiente forma: “La finalidad que persigues está a la vista: deseas seguir interviniendo en la vida universitaria y, la verdad, nadie sino tú aspira a suplantar las funciones de las actuales autoridades universitarias”.

Eso dices Jorge Humberto.

Los más autorizados para decir si deseo intervenir o he intervenido o he suplantado o aspiro a suplantar a las autoridades Universitarias son quienes han sido sus Rectores, en este caso, Carlos Salazar y Miguel Aguayo y ninguno de ellos, ni en público, ni en privado, me han hecho un señalamiento en ese sentido, porque no ha habido razón para ello, nunca se han quejado de mí, sino todo lo contrario, me distinguen con su amistad, con su respeto y con sus atenciones.

En cambio, el que ha sido siempre acusado en público y en privado y además, ha escrito y atacado a los Rectores, eres tú y también has utilizado a ex funcionarios para que mediante entrevistas a modo siembren dudas y sospechas sobre el quehacer universitario.

Para mí no es nuevo que me acuses de cosas que no son ciertas, después de todo lo que ha dicho tu periódico de mí, pero eso sí tengo que reconocerte que has sido decente al no acusarme de atacar a la Universidad.

A propósito del comentario de Juan José Farías, qué bueno que se decidió a opinar sobre este tema, con la aclaración a Juan José de que no hay ninguna disputa por la Universidad, como intitula su comentario.

Pero ya que se decidió Juan José a participar de esta discusión, sería muy importante para el debate de las pensiones que nos diga:¿Cuánto dejo Jorge Humberto Silva Ochoa en el FOSAP?

Qué diga si es cierto que dejó 429 millones de pesos.

Porque Juan José Farías fue tesorero de la Universidad durante los 10 años que Humberto fue Rector, así que si ya decidió entrarle al tema, que diga lo que sabe.

Mañana miércoles entraremos al fondo del asunto, que es cuánto tiene actualmente el FOSAP y sobre todo, si la Universidad le adeuda o no a ese fondo.

www.aproposito2004.blogspot.com

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