martes, 22 de septiembre de 2009

ERA MEJOR CUANDO ESTABAMOS PEOR

Resulta interesante leer con calma este discurso, pronunciado en la Cámara de Diputados, por uno de sus miembros más prominente y conocido: “Para que el gobierno cuente con suficientes recursos para enfrentar la crisis económica, es necesario un recorte de 30 por ciento a los gastos asignados a todas las secretarías de Estado”

“El aumento de impuestos y de precios y tarifas del sector público, muy por encima de los incrementos salariales anunciados, indica que el gobierno ha optado por cargar el peso del sacrificio fiscal en los contribuyentes y en los trabajadores”.

“Mi partido ha rechazado invariablemente la política económica del gobierno tanto en su modelo como en sus programas, que ya han generado una crisis recurrente que ha afectado al pueblo de México, inhiben la posibilidad de un desarrollo humano y justo, y que por el contrario ha provocado un gran costo social. Hoy existe solamente una realidad, querámosla o no, el ingreso personal de la inmensa mayoría de los mexicanos es muy bajo, el desempleo abunda, la carestía nos castiga, la micro, pequeña y mediana empresa está en quiebra o a punto de cerrar. Tenemos una mayor carga tributaria, tasas de interés altísimas, un gasto público sin ajustarse y todo esto derivado de una política errática y aún indefinida”.

Así estamos, es muy cierto.

“La situación que hoy se pretende corregir por parte del gobierno se generó a partir de un proyecto económico equivocado, que más que fomentar una economía sana, floreciente y generadora de desarrollo, ha ocasionado una economía lesiva que ha puesto en grave crisis a la planta productiva nacional. El costo de la crisis ya no puede ser trasladado a la sociedad como hasta hoy, debe corresponder al gobierno absorber la mayor parte de ella. En este modelo que nos propone el Ejecutivo no vemos el sacrificio del sector público, únicamente observamos el sacrificio del pueblo y subrayamos que entre más se empobrece el pueblo, en sentido inverso o directamente proporcional, el gobierno también se debilita. La modificación fiscal afecta con mayor rudeza, desproporción e iniquidad a las clases marginadas... es inflacionaria, disminuye el poder adquisitivo del pueblo, provoca un desorden en la regulación de precios”. Duro contra el gobierno, diputado.

“Hoy todos los sectores sociales sienten y viven los efectos de esta crisis hasta llevarnos a una situación de emergencia”.

“Cuando un pueblo se siente bien gobernado, es capaz de aceptar los mayores sacrificios y afrontar los más grandes desafíos. Pero cuando la desconfianza, la imposición, la incomprensión de una medida de gobierno no le convence, simplemente el pueblo la rechaza. Es sabido que estos programas con diferentes definiciones técnicas, sólo han beneficiado a unos cuantos privilegiando el interés particular sobre el general y han socializado la deuda y los costos de los errores del gobierno”.

Tiene razón el diputado: el pueblo rechaza esos impuestos.

“Así pues, es tiempo de rectificaciones históricas, ya que no es posible seguir construyendo el destino nacional con base en proyectos ideales de nación, sujetos a caprichos sexenales, despreciando el sentir de la nación real. Hoy, todos estamos pagando el precio de estas oligarquías sexenales. La falta de sensibilidad política para la adecuación de estos compromisos puede derivar en consecuencias todavía más dañinas a la nación. Estamos convencidos que la crisis no sólo es económica, sino política. Hoy estamos frente a la realidad de un gobierno que ha sido desobediente, que no supo escuchar y que no quiso actuar”.

Tiene razón el diputado: el gobierno ha sido ineficaz.

“El gobierno se lava las manos, y hoy el pueblo de México, como siempre, tiene que pagar la factura… El Ejecutivo federal nos propone que aprobemos modificaciones (fiscales) a pretexto de garantizar la estabilidad (que se aseguraría si no existiera la impunidad de quienes han manifestado actos delictivos en contra de la seguridad y el patrimonio nacional), confianza (que se tendría si los ex mandatarios no poseyeran esas fortunas multimillonarias), crecimiento (que se lograría si los compromisos históricos de que el gobierno reduzca su gasto y su estructura burocrática se llevaran a cabo), seguridad económica (que estaría presente si al pueblo se le informase verdadera y oportunamente y si el compromiso de simplificar el régimen fiscal se hubiera llevado a cabo)… Hoy se recomienda la reestructuración de cuatro secretarías de Estado, lo que nos permite concluir que las propuestas se toman en consideración sólo en los casos de emergencia. El sacrificio que se le solicita al pueblo de México es para pagar la mala administración y la mala conducta del gobierno… ¿Cuál es el objeto de seguir apoyando un programa que ha fracasado rotundamente?”.

Tiene razón el diputado, ¿Por qué apoyar lo que ha fracasado?

Pues fíjese usted amable lector que este discurso lo pronunció el entonces diputado federal Felipe Calderón Hinojosa, el 14 de abril de 1995.

Hace ya 14 años, de que el actual inquilino de Los Pinos, Felipe Calderón Hinojosa, quien ahora propone las mismas medidas que tanto criticó, cuando era diputado opositor, actitud que, por lo demás, se ha convertido en norma y el paquetazo 2010 da puntual cuenta de ello.

Si Calderón, en aquel entonces se oponía a lo que hoy propone, y lo hace cuando el país se encuentra en peores condiciones que antes, por qué habremos de creerle ahora.

Más aún: los problemas de seguridad y narcotráfico no eran parte fundamental de los problemas del país en esa época. Había disciplina fiscal, por eso Zedillo pudo entregar el país a los panistas con un crecimiento de siete por ciento anual.

A Propósito

SUELDAZOS

Una de las causas principales del boquete fiscal es el incremento en el gasto corriente y los altos sueldos que pagan los gobiernos panistas, y como prueba le apunto lo siguiente: El Secretario General de la Cámara de Diputados, Guillermo Haro Bélchez, podría embolsarse al año 4 millones 429 mil 177 pesos. Debajo de él quedarían el presidente del Consejo de la Judicatura, con 3 millones 942 mil pesos anuales; el secretario general de acuerdos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con 3 millones 986 mil; el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, con 3 millones 915 mil; el director de la Sociedad Hipotecaria Federal, Javier Gaviota, con 3 millones 730 mil 845; los siete magistrados del TEPJF, con 3 millones 386 mil cada uno, y la secretaria ejecutiva del IPAB, María Teresa Fernández, con 3 millones 372 mil.

Calderón, 3 millones 324 mil pesos para sí mismo y 3 millones 273 mil para cada uno de sus secretarios de Estado. (La Jornada 19/sept/09).

CRITICAS INJUSTAS

En la columna Lunes Político del lunes 21 de septiembre, publicada en Diario de Colima, se hace una valoración injusta de la forma como el actual gobierno estatal ha atendido la salud pública, en esa columna se afirma: “Una herencia maldita legará Silverio Cavazos a Mario Anguiano el 1 de noviembre”.
”En primer lugar, entregará un sistema de salud pública en pésimas condiciones. La red hospitalaria deteriorada, donde los servicios son insuficientes y deficientes, sin equipo, con personal mal pagado y a cuyos eventuales se les adeudan meses de sueldo; carente de abasto de medicamentos porque no paga el gobierno a los proveedores”. “Además, campañas de vacunación en que se aplicaron sobredosis diez veces mayores a niños, adulteración de cifras y reportes para ganar un primer lugar nacional en vacunación y atención a la salud de jóvenes y adolescentes, que luego les han retirado al percatarse Salud federal de las mentiras de su similar estatal”.
”Un secretario del ramo, José Salazar Aviña, aferrándose al cargo a cambio de ser el gurú personal del gobernador, sin importar el destrozo que ha hecho del servicio público más importante en la entidad: el de salud. No por menos Colima ocupa el segundo lugar nacional en incidencia de dengue clásico y hemorrágico, y eso sólo porque Veracruz le arrebató el primero por las condiciones de desorden que también ocurren en aquel estado. Uno más es el crecimiento de los reportes de casos de influenza sin que la administración estatal mueva un dedo para la prevención”.
“Los recintos hospitalarios y los centros de salud padecen desabasto de medicamentos, y en el colmo de las fallas, varios proveedores han tenido que retirar de los estantes las medicinas ya surtidas pero no pagadas, en algunos casos con retraso de 2 años, ante lo cual la respuesta de Salazar Aviña fue cínica y pinta de cuerpo entero a este gobierno: “Al cabo no son los únicos” surtidores, dijo con total desvergüenza. ¿Qué le han hecho al dinero que para salud pública han recibido a carretadas de las administraciones estatal y federal? Es un crimen social el de este gobierno agónico”.

Me parece que esta apreciación, publicada en Diario de Colima, se hace porque se desconocen algunas acciones importantes que la Secretaría de Salud ha hecho últimamente y para ello es clave leer lo publicado por el diario Milenio Colima, el pasado jueves 17 de septiembre, donde se da una versión diferente de cómo se atiende la infraestructura hospitalaria veamos:

Milenio Publicó: “Diseñado para estar a la altura del crecimiento turístico de la zona, ayer se inauguró el Centro de Salud en la comunidad de Montitlán, en el municipio de Cuahutémoc, lugar donde varios políticos colimenses tienen sus casas de descanso”.

“La nueva unidad está enclavada en el corazón de Montitlán, y tuvo una inversión superior a los 6 millones de pesos; contará con un médico y dos enfermeras que serán las responsables de atender los malestares más comunes de la zona, los cuales son, según José Salazar Aviña, Secretario de Salud y Bienestar Social, los piquetes de alacrán y mordedura de serpiente”.

“José Salazar Aviña, sentenció que la unidad médica inaugurada ayer tiene entre sus objetivos atender la demanda turística de la zona, y explicó que es un proyecto que atenderá las necesidades de salud del presente y futuro”.

“El funcionario estatal explicó que es un Centro de Salud importante porque proveerá de servicios de consulta, tiene los accesos para el área de vacunas, espacios para poder prestar primero auxilios y las dos camas de observación”.

“Refirió que por el momento tendrá un médico y dos enfermeras asignados, pero conforme vayan creciendo las necesidades de atención, irá aumentado la plantilla laboral”.

“Refirió que el Centro de Salud de Montitlán estará atendiendo a 5 mil habitantes. Podría ir escalando hasta llegar a atender a 15 mil personas, pero eso dependerá del crecimiento de la zona”.

Cabe destacar que actualmente Montitlán tiene 200 habitantes y 400 los domingos.

“Explicó que los habitantes de Montitlán eran atendidos en el Centro de Salud de Quesería, “pero estaba acreditado para ciertas cantidad de personas y, aunque la distancia es corta (entre Quesería y Montitlán la distancia es de menos de 10 minutos), Montitlán ya requería tener una atención directa”.

Efectivamente, a la gente hay que atenderla en el propio lugar donde vive y que no corra el riesgo de trasladarse a otro lugar. En la ciudad de Colima, resulta una lata que la gente de la Albarrada deba trasladarse hasta el Hospital Regional, empleando hasta 30 minutos para hacerlo; en cambio, en Montitlán ya no harán los 10 minutos a Quesería, pues serán atendidos de inmediato de las picaduras de alacranes y serpientes, que al parecer hay muchos en esa zona. Por eso es injusta la acusación hecha por el Lunes Político.

Además, es una acción de doble propósito, por una parte, atender los problemas de salud de la población y atender las necesidades del turismo y a la vez, promoverlas, y nomás falta que en el Lunes Político se diga que el Secretario de Salud se anda promoviendo para Secretario de Turismo, lo ideal es de que repita en el mismo cargo. Aunque lo más conveniente, y en aras de racionalizar el gasto por la crisis financiera que atravesamos, es que la Secretaria de Salud absorba a la Secretaria de Turismo. Al fin y al cabo, ya vimos que sí es posible hacerlo.

No es justo criticar, o que se argumente que el gobierno adeuda ocho quincenas a trabajadores de la Secretaria de Salud, cuando se ignora que el gobierno está invirtiendo sus recursos en obra hospitalaria y sobre todo, previendo el crecimiento futuro de las poblaciones del norte del Estado, los adeudos pasados no son tan importantes, cuenta más el futuro que el pasado.

Yo les diría a los del Lunes Político que valoren el gran esfuerzo que el gobierno está haciendo para construir infraestructura hospitalaria de calidad, yo recuerdo que durante mi gobierno se construyeron 24 clínicas en las poblaciones rurales del Estado, las primeras tuvieron un costo aproximadamente de 500 mil pesos cada una, y efectivamente, tenían también dos camas de observación para un médico y una enfermera, pero eran modestas, no tenía piso de mármol, por eso entiendo que el costo de la clínica de Montitlán haya llegado a ser de 6 millones de pesos.

Por eso, resulta injusta la crítica de que no se invierte en Salud, la flamante clínica de Montitlán desmiente al Lunes Político.

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