viernes, 2 de febrero de 2007

La Universidad de Colima y la Autonomía: Compromiso Recíproco


En este año se cumplen 45 años de haberle sido otorgada la autonomía a la Universidad de Colima, que gracias a esa garantía, consagrada ya en la constitución federal, constituye un elemento fundamental para la gobernabilidad de las instituciones de educación superior.

Con motivo del desayuno de la amista y la lealtad, organizado por la Universidad de Colima desde hace ya 19 años, el rector Miguel Angel Aguayo se refirió precisamente a esta garantía y sobre todo, a la forma responsable en que la UdC la ha ejercido, acreditando en los resultados el arraigo y la madurez en la universidad para en el marco de dicha autonomía, ser una universidad de calidad sin perder su origen popular.

Sobre la autonomía, el rector dijo: “Las bases de la autonomía universitaria, dijo el rector, son “la no dependencia de otros para la creación de ciencia y de conocimiento, junto con la libertad para la expresión de ideas propias y la confrontación respetuosa con la ideas de los demás”. En este sentido, los dueños de la universidad, agregó, “son al menos cinco grandes sujetos”.
“El primero de ellos es el Estado, “es decir, todos los ciudadanos”, como el principal financiador. El segundo gran sujeto está representado por los docentes y trabajadores universitarios; el tercero son los estudiantes y sus familias y el cuarto es la sociedad, “todos nosotros”. El quinto, puntualizó, es la comunidad académica y científica internacional, encargada de evaluar los resultados de las universidades.”

“…La autonomía, continuó Aguayo López, “no nace en su formulación jurídica ni se reduce a su consagración por la constitución y las leyes”. La autonomía “implica y exige del Estado y la universidad, el reconocimiento y respeto mutuos de sus respectivas autoridades”. Dicha autonomía consiste, asentó el rector, “en la capacidad de una institución educativa de dictar sus propias normas para su funcionamiento interno, de conformidad con sus fines específicos.”

Para los universitarios colimenses, está muy claro que la UdC es una institución del Estado, que le da vida jurídica y, a través de su Ley Orgánica, expedida por el congreso local, le delega las funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión de la cultura, y le garantiza, mediante su autonomía, la plena libertad para el cumplimiento de dichas funciones.

La autonomía no surge con la disposición legal que la garantiza, sino que es inherente al propio ser de la universidad que, a través de la ley correspondiente, se le reconoce. Las universidades públicas, requieren, no obstante su autonomía, del apoyo y del auxilio del estado, pues su autonomía no las aleja ni aísla del poder público, porque requiere su permanente financiamiento y ser protegida para que conserve su espacio de libertad y no sea éste vulnerado, no sólo por el poder público, sino por grupos que pretendan impedir su funcionamiento o que cumpla a plenitud con sus funciones sustantivas.

Para su protección, la universidad carece de fuerzas armadas. Su única fuerza es de carácter moral. De allí que cuando se quiera violentar su quehacer institucional, el Estado, del que surge, está obligado a protegerla. Y el Estado sólo debe intervenir cuando la propia universidad así se lo solicite. Incluso, su Ley Orgánica sólo debe ser modificada cuando la propia institución así lo solicite para el mejor cumplimiento de sus funciones.

Porque la autonomía implica que, en el marco de su ley orgánica, que le otorga su autonomía, la universidad sea libre para decidir su vida interna, elegir y nombrar a sus autoridades, administrar su patrimonio, ejercer su libertad de cátedra y generar, preservar, promover y difundir la cultura.

El congreso local, expresión de la representación popular de los colimenses, otorgó a la UdC su autonomía como un reconocimiento a su importante quehacer, como un instrumento de libertad y de responsabilidad y con base en lo dispuesto en la constitución general de la república en su artículo tercero, fracción séptima.

Con base en lo anterior, como abogado y egresado de la UdC, el gobernador Silverio Cavazos dijo en ese acto: “En cuanto a la autonomía, dijo que ésta “no es sinónimo de cerrar un cerco a la transparencia. Por el contrario, y como bien lo ha expresado aquí nuestro amigo el rector, es el fortalecimiento en la creencia de que los universitarios tienen un liderazgo y un trabajo adecuado, para cumplir cabalmente con su función social. Por eso también ratifico mi pleno compromiso (de dos maneras) en cuanto a la autonomía: en respetar la misma, y en hacerla respetar por aquellos que trasgrediendo la legislación quisieran meter mano de manera equivocada en las decisiones universitarias”.
“Nos debe quedar claro, añadió, que la Universidad, en cuanto a su organización, es de los universitarios; que aquí, con la corresponsabilidad de los actores universitarios, podemos seguir generando el camino de progreso y sano desarrollo, que ha venido acreditando en los hechos, nuestra Alma Máter”.

Este compromiso es de vital importancia para que la UdC continúe con su proyecto académico y social y es, sin duda, un compromiso recíproco entre la universidad y el gobierno del estado, precisamente en el 45 aniversario de su autonomía.

Así la universidad reitera su compromiso de continuar por el camino de la calidad académica y la pertinencia social en beneficio de los colimenses y el gobierno del estado, encabezado por el Licenciado Silverio Cavazos, reitera su compromiso jurídico, su responsabilidad política y su sensibilidad social con la Universidad de Colima.

A Propósito

1. Hay quienes han expresado que mis artículos suelen ser demasiado extensos y que cuando abordo un tema me extiendo demasiado. Reconozco que tienen razón en parte, pero mi propósito es dejar siempre muy claras las cosas, aunque reitere algunos puntos, pues procuro que no quede duda de qué digo y qué quise decir.

A veces, cuando soy breve en el comentario, lectores que me distinguen me piden una ampliación del tema porque, a su entender, no quedó completamente clara la intención de lo dicho.

Por eso, Miguel Acosta dice que fiel a mi estilo, no digo todo en un comentario, sino que dejo para mejor ocasión explicitar lo dicho. En el caso de mi afirmación de que Mario Anguiano, después de la publicación de las 100 acciones de gobierno realizadas por el ayuntamiento, se acredita como el mejor alcalde, superando a los últimos seis que le han antecedido en el cargo.

Como supongo que Miguel Acosta es una persona informada, aunque pretenda no parecerlo tanto, cita los nombres de los seis anteriores presidentes municipales y “perversamente”, interpreta de manera literal el asunto de los seis antecesores de Mario Anguiano en la presidencia municipal que para la historia son: Leoncio Morán, la Contadora Jasso, Esthela Josefina Meneses de Fernández, Raymundo González Saldaña, Enrique Michel y Carlos Vázquez.

Ignoro por qué Miguel Acosta omite considerar como presidentes municipales a la Contadora Jasso, a Josefina Meneses y a Raymundo González Saldaña. Allá él y sus broncas con ellos, pero la historia es la historia. Ahora me explico por qué Miguel Acosta estudió para profesor de Matemáticas y no de Historia, no se le da.

2. El propio Miguel Acosta dice que debo precisar mi comentario de para quién está apartada la futura candidatura a la gubernatura del estado, de lo que se conoce como “el otro PRD”, de lo que él afirma que puede ser para Martha Sosa y que yo dije que no será así, pues sigo reiterando que Jesús Orozco y Socorro Díaz, líderes del “otro PRD” ya la tienen apartada.

Desde luego, coincido con Miguel Acosta en que no es para ninguno de ellos, pues ya se ha acreditado en los hechos, de manera reiterada, que no son capaces de ganar una elección y que en la calle se junta más gente en un accidente de tránsito, que en una convocatoria de cualquiera de ellos para un acto de promoción política.

La candidatura del PRD, como ha venido siendo en las tres ocasiones anteriores en que han presentado candidato a la gubernatura, se ha definido a favor de personas ajenas al propio PRD, que han competido como candidatos externos, sin afiliarse al propio partido.

En el 2009, sin duda alguna, la candidatura será para otro externo que provenga de otro partido, sea hombre o mujer, sea del PRI o del PAN. Pero de lo que sí estoy seguro es que el candidato o candidata del PRD, volverá a ser un traidor, como fue en el último caso.

Algunos expriístas ya acreditaron que son dados a postularse por el PRD o por el PAN, pero en los tiempos del cambio, los panistas también acreditaron ya que se pueden postular por el PRD o por el PRI.

3.- El miércoles me preguntaron los periodistas qué opinaba de que la “corriente” de Socorro Díaz y Jesús Orozco deseaban regresar al PRI. Sobre este tema opiné que no lo veía bien, pero omití reiterar lo que en una colaboración ya expresé con toda claridad: ¡fue fácil correrlos, pero muy difícil será que regresen!

4. El presidente Calderón, al determinar el 40 por ciento de aumento en el precio de la tortilla, le organizó a AMLO su reaparición en el zócalo capitalino. Como Fox, Calderón se pone al servicio de AMLO y le da vida artificial cuando éste se está desvaneciendo. NO cabe duda que Calderón es un caballerito de la política y no un peleador callejero: levanta de la lona a su oponente.

aproposito2004.blogspot.com

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