martes, 16 de enero de 2007

¡Son muchas fiestas y las que siguen!

Al parecer, son tan pocos los problemas que existen en Colima, que sigue siendo el tema de discusión en los medios el de los jóvenes que se emborrachan a altas horas de la noche durante los fines de semana, como si los adultos no se emborracharan y no causaran accidentes.
Por eso se sigue discutiendo y buscando alternativas para que los jóvenes se sigan emborrachando sin correr riesgos y no para que ya no lo hagan, lo que quiere decir que es más fácil proponer cómo emborracharse que no hacerlo.

Tal parece que se piensa que si ése es el único problema en Colima no se quiera resolver.

Inició el año con las fiestas de Coquimatlán, festejando la alegría del Año Nuevo en terrazas, recibimientos y plaza de toros y en caminata nocturna, al calor de las copas acompañar “al Señor de la Expiración”, en su trayecto al Rancho de Villa.
Están por iniciar las fiestas de Tecomán, que durarán quince días, parte de enero y los primeros días del mes de febrero, y en ese mismo mes darán principio los festejos Charro-Taurinos de Villa de Alvarez, que contemplan quince días de alegre fiesta, con toro de once, recibimientos y corridas de toros.

Por fortuna, durante marzo los novenarios del Señor San José no acostumbran mojarse con bebidas embriagantes, únicamente con agua bendita que no embriaga a nadie; es un mes de receso etílico.
La primera semana de abril y la segunda de ese mes habrá que celebrar, pero sobre todo en las playas, la Semana Santa o Mayor y la Semana de Pascua. Durante el mes de mayo, iniciamos con las Fiestas de Mayo, que empiezan a finales de abril, precisamente en Manzanillo, con los alegres festejos del Día de la Madre y los merecidos actos conmemorativos del Día del Maestro.
Y así, llegamos a finales de junio para dar comienzo a una gran cantidad de festejos de graduación durante julio y agosto, que se prolongan ante la falta de espacios físicos para los festejos.
Septiembre es también un mes de receso al que el amor a la Patria obliga. A partir del primer domingo de octubre es la entrada de la música en el municipio de Cuauhtémoc, que es recibida con cabalgata, bebida y toros, para así prepararse o ejercitarse los quince días que durante ese mes de octubre se dedica a venerar a San Rafael, desde luego, con recibimiento, toros, y cohetes y muchos “cuetes”.
No terminan octubre y las fiestas ya citadas cuando da comienzo nuestra Feria de Todos los Santos, que durante quince días se convierte en un festejo estatal que a todos convoca.
Iniciamos diciembre, a partir del día primero, con las fiestas de Armería y Comala que concluyen el día 12, Día de la Virgen de Guadalupe y que es precisamente en su honor que se celebra y en el pretexto para festejarlas alegremente y a partir del 15 de diciembre inician las Posadas, Nochebuena y Navidad y nos preparamos para los festejos del Año Nuevo.

Iniciamos nuevamente el año, organizando la fiesta de Los Reyes Magos, sin faltar la rosca con monos que es el pretexto para preparar la cena del 2 de febrero y así el calendario de festejos es un ritual que nadie se atreve a violentar, porque los santos, motivo y pretexto de las fiestas, nos pueden desproteger.
No obstante, el calendario festivo y obligatorio que se acompaña de música y bebida se hace corto y por eso hay quienes buscan la manera de crear espacios permanentes para que los jóvenes puedan tomar sin correr riesgos en los recesos obligados y para que “El Pueblito” de la Feria sea todo el año un “pueblo” alegre y festivo, como todos los de Colima.

Nomás eso faltaba, que tuviéramos pueblos olvidados.

Socorro Diaz, la Arrogancia Permanece´

La señora Socorro Díaz, coordinadora regional de la Convención Nacional Democrática, que aún sostiene a AMLO como presidente legítimo de México, visitó recientemente nuestro estado y para sorpresa del perredismo, más que venir a hablar de AMLO o de su encomienda política, dedicó más su tiempo para hablar de mi persona, lo que acredita el poco interés de los medios en su causa o la poca importancia que a la propia Socorro Díaz le merecen AMLO y sus seguidores, o lo inútil que resulta promoverlo, pues los propios medios dieron más importancia a lo que dijo de mí que a lo de AMLO, y vaya contradicción de doña Socorro, pues afirmó que yo estaba olvidado en Colima y contribuye a recordarme y con mucho gusto, en reciprocidad, la recordaré en su arrogancia permanente.

En su acostumbrada visita semestral a Colima, la señora Socorro Díaz pretendió dar clases de eficacia electoral, materia en que, en los hechos, ha sido reprobada los últimos 18 años en que no ha ganado elección alguna de las que ha participado como candidata.
La última elección en la que participó y ganó fue en 1988, siendo compañera de fórmula de Carlos Salinas de Gortari, hace casi 19 años, y después participó como aspirante a ser candidata a la gubernatura en el proceso interno del PRI en 1991 contra Carlos de la Madrid Virgen, siendo derrotada doña Socorro fundamentalmente por el voto en su contra de las mujeres de Colima y que en venganza doña Socorro llamó a los colimenses “aldeanos”.
A partir de esa frase, doña Socorro no ha ganado elecciones en Colima, ha perdido todas las internas del PRI en las que ha participado y las constitucionales en que ha representado a otro partido.
Doña Socorro acreditó que no sabía perder y mucho menos tener categoría para aceptar la derrota. Antes de 1991 había ocupado cargos de elección popular porque había sido candidata de “dedo”, ignoraba por completo doña Socorro lo que era la democracia de las elecciones internas, que en esa época se inauguraron y así, la democracia que nunca practicó doña Socorro le cobró las cuentas de su reiterada arrogancia.

Doña Socorro siempre creyó que las candidaturas se decidían en Los Pinos y tenía razón, pero se le olvidó que las gubernaturas se deciden en las urnas.

Por eso doña Socorro no ha vuelto a ganar elección alguna, porque no sabe competir en la democracia y ésta siempre la ha derrotado, por eso si alguna aspiración política tiene, tendrá que ser por la vía plurinominal, pero no por Colima, porque el perredismo que la cobijó localmente ahora la rechaza al igual que a su tiempo la derrotaron los priístas en las elecciones internas.

La arrogancia de doña Socorro sigue siendo tal que ni las derrotas le hacen cambiar, únicamente cambia de partido, como comúnmente lo hacen los que traicionan en política y abandonan el partido que les dio todo, bueno, en el caso de ella no abandonó el PRI, los priístas la derrotaron y desde 1991 yo contribuí de manera importante a ello, sobre todo a partir de 1997, pues a partir de que fui el primer priísta del estado doña Socorro perdió todas las elecciones en las que ha participado.
Un ejemplo de arrogancia lo recuerdo en 1991, doña Socorro, contendiente a la interna a la candidatura del PRI contra Carlos de la Madrid, presumía que ganaría la elección interna porque tenía todo el apoyo presidencial y decía además que ganaría la elección porque era tal el apoyo de México que se había dado el lujo de escoger a su contrincante, porque, según ella me dijo, el licenciado Carlos de la Madrid era un candidato más débil que Carlos Vázquez y Roberto Anzar.

Lo que quiere decir que, según ella, quiso jugar con ventaja, pero no le resultó: el licenciado Carlos de la Madrid la derrotó ampliamente en ocho municipios, sólo ganó Coquimatlán y por ciento votos Manzanillo. Como aspirante a esa contienda, doña Socorro, a través de un amigo común, solicitó una entrevista conmigo, la cual fue acordada en mi casa de Sevilla del Río y con nuestro común amigo de testigo; la hora de la cita: ocho de la noche, a la que puntual llegó nuestro amigo, y doña Socorro, a las nueve de la noche, una hora después. En ese entonces yo era rector de la Universidad de Colima y la plática se dio de la forma siguiente:

Doña Socorro: “Señor rector, lo vengo a invitar a que se incorpore a mi triunfo como candidata del PRI en la elección interna”.
FMP: “Doña Socorro, en mi calidad de rector de la UdeC no me puedo sumar a ninguna candidatura abiertamente, pues la pluralidad de la Universidad me limita”.

Doña Socorro: “No me diga eso, rector, todos los universitarios andan en la campaña de Carlos de la Madrid y los encabeza el diputado federal Juan Mesina”.

FMP: “Doña Socorro: el profesor Mesina es diputado federal por el PRI, compañero suyo de Cámara y líder de los trabajadores. Está en su derecho de hacerlo, además, el licenciado Carlos de la Madrid ha sido maestro de la Universidad, por eso muchos universitarios andan en su campaña, además, los invitó. ¿Usted lo ha hecho?”
Doña Socorro: “No, no los he invitado, por eso vengo con usted a que se sume a quien va a ganar, pues usted sabe bien que, quieran o no, la candidata voy a ser yo. Unicamente se lo digo para que no quede usted fuera, pues usted sabe el apoyo que tengo del presidente Salinas”.
FMP: “Pues sí, doña Socorro, yo no me puedo meter a su favor, que además, como usted dice, con el apoyo del presidente Salinas es suficiente, no ocupa usted a nadie más”.

Doña Socorro: “Pues señor rector, queda usted avisado, usted sabe lo que se pierde”.

FMP: “Doña Socorro, me doy por avisado. Que pasen buenas noches y suerte, que la va a ocupar”.

La suerte no llegó y los votos no le fueron suficientes.
Esta arrogancia que caracteriza a doña Socorro la volví a soportar el día 30 de noviembre de 2002, cuando como aspirante, nuevamente en una elección interna del PRI, para competir por la candidatura a la gubernatura del estado, me visitó en Casa de Gobierno, un día antes de la elección interna, celebrada el 1 de diciembre de ese año, en la que compitieron Gustavo Vázquez, Rogelio Rueda, Jesús Orozco, Humberto Silva y la propia Socorro Díaz.

A las ocho de la noche del 30 de noviembre, la recibí en Casa de Gobierno, teniendo como testigo al entonces delegado general del PRI, y la plática, en esencia, fue la siguiente:
Doña Socorro: “Señor gobernador, vengo a pedirle de manera respetuosa y enérgica que mañana que gane las elecciones respete mi triunfo”.

FMP: “Doña Socorro, tenga usted la seguridad que si usted gana mañana la elección, yo como priista habré de respetar ese triunfo, y por el contrario, espero que usted acepte el triunfo de quien gane esta elección”.

Doña Socorro: “No, nadie va a ganar más que yo. Todo me favorece, lo único que quiero es que detenga su fraude cibernético que ha implementado, y que respete mi triunfo que es, desde ahorita, indiscutible”.
FMP: “Doña Socorro, puede usted revisar las computadoras del PRI y que sus expertos en computación permanezcan pegados a las computadoras desde este momento hasta mañana que se cierre la elección”.
Doña Socorro: “Yo le garantizo, señor gobernador, que en la victoria seré generosa con usted, y si hay algo irregular que tapar, lo haremos”.
FMP: “No, doña Socorro, yo no tengo nada que ocultar, no necesito protección, la elección será democrática y va a ganar el que tenga mayoría de votos”.

Los expertos de computación de doña Socorro ahí durmieron, pegados a las computadoras y fueron derrotados en las urnas, donde doña Socorro no completó ni los representantes de casillas, perdió en los 10 municipios, incluyendo, desde luego, su pueblo, Coquimatlán, y además quedó en quinto lugar, pero ganó gracias a esa elección un lugar en el PRD, que ahí sigue usufructuando, como ha sido su costumbre, a cualquier precio: estar en el puesto y en el presupuesto.
Doña Socorro tiene razón, pues es cierto que no logramos contribuir a que ganara la elección Roberto Madrazo, pero también es cierto que ella contribuyó a hacer perder a López Obrador, quien siempre estuvo arriba en las encuestas.

Además, es cierto, fuimos derrotados en la elección presidencial. Con madurez y sentido de responsabilidad, asumimos esta realidad desde el mismo 2 de julio. Pero Doña Socorro y sus amigos, además de ser derrotados, enloquecieron y regresa a Colima seis meses después, a disputar con el perredismo local el liderazgo de hacer el ridículo, al encabezar la causa del “presidente legítimo”.
Así, doña Socorro nos viene a decir en su visita semestral cómo los “aldeanos” debemos ganar elecciones, más bien nos debería decir, con su experiencia, cómo no perderlas. Su ejemplo de arrogancia sigue presente, aun en la derrota.


A Propósito


Reapareció Jesús Orozco como cabeza visible del “otro PRI”. Está presionando de esa manera para que lo acepten en el PRD

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