viernes, 11 de agosto de 2006

Magistrados del TRIFE: ¿A Qué Horas Renuncian?

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, (TRIFE), resolvió a través de un “Incidente de previo y especial pronunciamiento”, se revisaran y contaran, nuevamente, 11 mil 839 casillas, con lo que dio una respuesta parcial a la petición de AMLO de contar voto por voto y casilla por casilla.

Esta es una diligencia judicial que se refiere exclusivamente al recuento de votos, y se lleva a cabo por miembros del poder judicial federal y no por miembros de las juntas distritales del IFE; o sea, por magistrados, jueces y actuarios federales y que no participaron en le proceso del dos de julio, dejando fuera en el desahogo de esta diligencia a los funcionarios del IFE, con lo que se acredita que, por lo menos, en el 50 por ciento de los distritos (149), el IFE hizo mal su trabajo y por esta razón, el TRIFE no le confió esta diligencia.

Por el contrario, los hizo a un lado y les llamó severamente la atención por no haber realizado un recuento mayor y que sólo abrieron en los cómputos del cinco y seis de julio, dos mil 884 paquetes, como en el caso de Colima, donde sólo abrieron 40 paquetes ya hora se ordenó la apertura de 252 más, por “errores evidentes” que el IFE en Colima desestimó, pues tenían línea nacional de abrir el menor número de paquetes.

En Colima, en total se abrirán 292 paquetes, 40 ya abiertos por el propio IFE y los 252 ordenados por el TRIFE. Si consideramos que son 760 casillas en total, se hace evidente que en la elección presidencial en Colima, hubo errores en el 38.42 por ciento de las casillas.

Podríamos decir que ésta es razón más que suficiente para considerar que la impugnación a la elección de senadores en Colima, por parte del PRI, es justificada, pues a un mes de distancia de que la elección de senadores fue impugnada por el PRI en Colima, el TRIFE, de manera indirecta, nos da la razón porque el argumento de la impugnación al senado tuvo como argumento que hubo errores en 315 casillas, o sea, el 41.44 por ciento, lo que significa que hace un mes argumentamos que la elección al senado debería anularse porque había errores en más del 20 por ciento de las casillas del estado, en la elección de senadores, y que constituye una de las causas establecidas en la ley para anular una elección determinada.

O sea, la impugnación al senado, con el 41.44 por ciento de las casillas con errores, difiere, únicamente en 3.2 por ciento de lo considerado por el TRIFE que debe ser revisado para la elección de presidente de la república en Colima, que es del 38.42 por ciento, como ya se dijo antes.

Pero este asunto del análisis de las elecciones en Colima y el por qué perdimos las posiciones federales en el estado, será el tema de la próxima semana.

Así como en Colima hubo errores evidentes en las elecciones, ocurrió de la misma manera en la mayoría de los estados de la república, con lo que las autoridades del IFE quedaron desacreditadas y por dignidad, deberían presentar de inmediato su renuncia. Aquí en Colima, de manera anticipada a la jornada electoral, ya se había denunciado la filiación panista de la mayoría de los integrantes del consejo del IFE, encabezados por el vocal ejecutivo, Josué Cervantes, quien en esta elección acreditó su militancia panista, su incapacidad en el desempeño de las responsabilidades encomendadas por la ley y su capacidad para acatar la línea panista de no abrir paquetes, a ningún costo, aunque pasaran por encima de la ley, como se los dijo el TRIFE. La pregunta es: ¿a qué horas renuncian?

El recuento autorizado por el TRIFE no es público, sino únicamente pueden participar legalmente, las autoridades designadas y los representantes de los partidos, por tratarse de una diligencia judicial y, por lo tanto, no se hacen públicos los resultados al término de la apertura de cada paquete, sino que se rinde un informe por escrito en una acta circunstanciada que el magistrado o el juez responsable remite al TRIFE para que, numéricamente, la considere cuando éste realice el cómputo de la elección presidencial y donde se anotan, también, los hechos y circunstancias que el TRIFE valorará cuando califique la elección.

Esto es, tendrá, también, elementos valorativos para considerar si la elección en las casillas abiertas se dio acatando los principios constitucionales de equidad, legalidad, independencia y certidumbre jurídica.

O sea, el recuento no es únicamente numérico, es decir, no se trata sólo de sumar y restar votos para los distintos candidatos y corregir, si los hubiere, errores aritméticos. No es una labor únicamente contable, o asunto de contadores. Por el contrario, es un asunto de jueces y magistrados. Un asunto para estar en condiciones de impartir la justicia electoral que se reclama.

Por eso, que se señale que en el recuento en cada una de las casillas se detecten uno dos o más votos que no fueron contabilizados originalmente de manera correcta para los respectivos candidatos, y que ese pequeño número de votos no va revertir el resultado dado a conocer por el IFE, de más de 240 mil votos a favor de Calderón, y por eso los panistas han festinado que de la revisión de las 11 mil 839 casillas se mantendrá la ventaja de Calderón y de que, quizá, haya una variación mínima de 30 mil votos a favor de López Obrador y unos 20 mil votos menos de Calderón, con lo que todavía podrían tener una ventaja superior a los 190 mil votos.

Este festejo panista anticipado, desde mi punto de vista, es equivocado, porque si con el 9.07 por ciento de las casillas recontadas, hubiere una variación de 50 mil votos, considerando un promedio de cuatro o cinco por casilla, podríamos pensar que existe una tendencia y que si se ordenare la revisión del 90.93 por ciento de las casillas restantes, existiría la posibilidad de que esta tendencia revirtiera el resultado a favor de López Obrador.

Debemos reconocer que esto no será posible, recontar el 90.93 por ciento restante, aunque la tendencia así lo indicare, pues el TRFE ya resolvió que no va a abrir más paquetes que los que fueron impugnados, pues así lo señala la ley, pues aunque hubiere una tendencia de irregularidades, como se han detectado en las 11 mil 839 casillas, el TRIFE no podrá actuar por analogía y extender el recuento a todas las casillas restantes, porque la ley señala que “la circunstancia de que se justificara que en algunas o varias mesas de votación se cometieron irregularidades, o que éstas aparezcan en las respectivas actas, no constituiría base para sostener la procedencia de la realización de nuevo escrutinio y cómputo en el universo de casillas electorales, bajo el argumento de que es factible de que en todas se encuentre la misma irregularidad o inconsistencia, porque cada centro de votación es único, integrado por sujetos distintos, ubicado en lugar distinto y rodeado de un entorno diferente y los sucesos y acontecimientos ocurridos en uno, no guardan interconexión con los otros, más si las irregularidades se atribuyen a los ciudadanos que integraron las mesas”.

Lo que quiere decir que el cómputo ordenado por el TRIFE, efectivamente, no dará el triunfo a AMLO, pero ya da muestras claras de que hay “errores evidentes”. Así lo dijo el TRIFE y eso dará argumentos permanentes a AMLO y sus seguidores para afirmar que esos errores evidentes existieron en total de las casillas y que le robaron la elección que ganó.

Muchos se preguntan por qué el TRIFE sólo ordenó la revisión de 11 mil 839 casillas, que sumadas a las dos mil 884 abiertas por el IFE dan un total de 14 mil 713, y que representan el 11 por ciento del total, pudieron haberlo ampliado a un mayor número de casillas. La explicación es clara: el TRIFE puso un candado en el número, porque de haber ordenado el recuento en un una cantidad de paquetes que rebasaran el 20 por ciento de las 130 mil casillas instaladas el dos de julio, podría correr el riesgo el TRIFE de verse obligado, con su propia decisión, a anular la elección por encontrar errores en más del 20 por ciento, como lo señala la ley.

A este momento del recuento, quiérase o no, pocos o muchos votos, han sido a favor de AMLO, pues en el monitoreo realizado del recuento en un mil 888 casillas, AMLO ha disminuido la ventaja de Calderón. Lo delicado son los hechos y circunstancias que se han encontrado, como en distrito ocho de Chihuahua, que al abrir el paquete de la casilla 542, no apareció ningún voto.

En el distrito 8 de Tijuana, ninguna de las casillas contenía la lista nominal. Por lo que no realizaron el recuento. En el distrito 6 de León, en 10 casillas ninguna boleta estaba firmada por la autoridad electoral. En Tijuana, cuando se abrieron las bodegas en los distritos dos y tres, se encontraron con que más de 50 paquetes estaban ya abiertos. Y en un distrito más, al entrar a la bodega de dicha Junta Distrital, las boletas estaban dispersas en el piso.

Quienes realizan el recuento, informan únicamente al TRIFE, quien decidirá en estos casos, si los votos de esas casillas se cuentan o se anulan. Para ello no están facultados los jueces y magistrados que ejecutan las diligencias.

De ahí que no se pueden dar resultados parciales en los distritos, pues será el TRIFE, con el informe recibido, el que valore, resuelva y de a conocer los números finales.

Se acabó

El lunes pasado, AMLO en su asamblea informativa, afuera del TRIFE, y respecto del recuento, anunció: “Esto se acabó”. Dijo que lo importante ya no era el recuento de votos, sino la transformación del país y de sus instituciones y esa se va a dar de una manera u otra, así como “la purificación” de la vida nacional.

El mensaje es claro: el recuento le vale y considera que fue despojado del triunfo y que ahora inicia la verdadera lucha, de una manera u otra y la primera manera fue la toma de las casetas de las autopistas de acceso a la capital del país, el mismo martes por la mañana, como lo anunciamos en esta columna ese mismo día y al no poder abrir las casillas, abrieron las autopistas, dejando pasar a los conductores de manera gratuita y sin causarles molestias, cambiando así la estrategia de organizar puros actos de resistencia y de molestia a los ciudadanos.

El miércoles de esta semana, tomaron simbólicamente los bancos y amenazaron con llegar al aeropuerto internacional, como lo pretendieron ayer jueves, cuando obligaron a la movilización de un mil 700 agentes policiacos para contener a los dos mil manifestantes que llegaron a las inmediaciones del aeropuerto.

Ayer mismo, las principales cadenas televisoras y los grandes diarios nacionales esperaban las tomas de sus instalaciones.

O sea, el recuento, para AMLO, ya no es tema. Se acabó. Inició ya la campaña para perseguir al presiente FOX a donde vaya, impedir que se instale el Congreso y que Calderón tome posesión.

Lo que quiere decir que el problema postelectoral, desde le punto de vista jurídico, está por concluir por parte del autoridad competente, el TRIFE. Para AMLO ya se acabó y no importa qué decida el Tribual, pues ya pasó del postelectoral jurídico al postelectoral político y éste no tiene fecha de culminación y tampoco tiene reglas de comportamiento o de financiamiento.

Nuevamente, AMLO pone la agenda, el tema y las reglas.

Las autoridades electorales aún no terminan jurídicamente de contar y calificar la elección y AMLO ya está en otra cancha y en otra campaña y tiene una gran ventaja: le tiene bien tomada la medida al PAN y al gobierno de Fox, que para nada hacen valer la ley y menos hacer respetar las instituciones. La prueba es Oaxaca.

Pero que quede claro: si el gobierno federal permite que tumben a Ulises Ruiz con la estrategia perredista de resistencia y violencia instrumentada por la izquierda en Oaxaca, la misma suerte puede correr el presunto triunfo de Felipe Calderón.

O sea, que a través de la resistencia y de la violencia el PRD logre sus objetivos. Si se lo permiten en Oaxaca, ¿cómo se lo van a impedir en el DF?

La resistencia al desnudo

La resistencia civil a la que ha llamado AMLO ha molestado a los ciudadanos. Ahora, en la segunda etapa de la resistencia civil, tratan los perredistas de encuerar el fraude de otra manera, como ocurrió en el estado de Jalisco y se publicó la foto en el diario El Universal, en su edición de ayer.

No hay comentarios: