viernes, 15 de agosto de 2008

Guanajuatizar A México

El presidente del PAN, Germán Martínez, hizo un llamado al panismo nacional para “guanajuatizar” México en vísperas del proceso electoral federal de 2009 y en las elecciones locales concurrentes, entre ellas las seis para gobernador y, desde luego, la de Colima.
El llamado lo hizo precisamente en Guanajuato y en presencia de Vicente Fox, a quien hizo un reconocimiento político y lo incorporó como parte de los estrategas electorales del 2009 y anunció con bombo y platillo el regreso a la política del ex mandatario como uno de los activos más importantes del panismo y como el símbolo de la oferta electoral que ofrece el PAN a los mexicanos.
O sea, para el 2009, Germán Martínez ofrece más de lo mismo del sexenio anterior.
Así, el panismo nacional soporta su proyecto electoral, no en la obra de gobierno de Felipe Calderón, sino en el sexenio de Vicente Fox y Martha Sahagún.
Guanajuatizar México significa ofrecer a los mexicanos que todo el territorio nacional debe ser como Guanajuato en el proyecto del futuro panista, un estado que se ubica en el lugar 27 de desarrollo humano, que es el primer exportador de mano de obra a Estados Unidos y que es el Estado donde la micro y la pequeña industria -la del calzado, la piel y los textiles- se ha desintegrado y se encuentra en estado de quiebra.
Guanajuato significa la ineficiencia gubernamental durante 20 años de gobiernos panistas y un incremento en la inseguridad y los secuestros de un 66% en el último año.
Guanajuato representa la cuna de gobiernos estatales que viola los derechos humanos, que capacitan a sus fuerzas policíacas en técnicas de vejación y tortura. El patrocinio oficial a las actividades religiosas y la degradación del estado laico a manos de gobiernos devotos.
Guanajuato representa la cuna de un grupo gobernante que engañó al país, que lo saqueó y que estableció la simulación y la distracción mediática como forma de gobierno, que frivolizó la política y que hizo de las finanzas públicas la extensión del negocio particular y la corrupción familiar como negocio público.
Guanajuato dio origen a un gobierno nacional que desprestigió a las instituciones, que las suplantó con ocurrencias, que las confrontó de manera irresponsable, que mutiló los símbolos nacionales y que puso al servicio de sus descendientes el patrimonio nacional, al establecer el nepotismo como acceso a los negocios públicos e implantar el matrimonio como forma de gobierno y utilizar el poder compartido como expresión de sumisión conyugal.
Guanajuato representa la cuna de un gobierno nacional y sus caricaturas a nivel local se replican sin recato y sin respeto, como el caso de Jalisco, que usan las finanzas públicas para expiar sus pecados, sus culpas y su mala conducta, que se expresa en Baja California solapando al narcotráfico y se inspiró en el estado de Morelos, bajo el manto del secuestro y el muy conocido helicóptero del amor, que depredó las reservas naturales de Yucatán y solapó conductas criminales, corrompiendo al poder judicial, que se distinguió por el tráfico de influencias en la obra pública y en el litigio de asuntos jurídicos en Querétaro teniendo como promoverte principal a Diego Fernández de Ceballos.
De Guanajuato surge una forma de gobernar basada en desprestigiar al contrario, de enlodar la política y de polarizar a la sociedad para ocultar la corrupción y la ineficacia y surge de Guanajuato el intento de desafuero como intento de campaña electoral.
De Guanajuato surge el yunque, un grupo de extrema derecha que se apoderó del gobierno nacional para retornar al oscurantismo, para atentar contra el gobierno laico y para limitar las libertades con la bendición de Dios.
En Guanajuato se asienta el grupo más reaccionario del país, el que dividió a los mexicanos, debilitó a Calderón y lo secuestró en su beneficio, y ahora con el retorno de Fox, el de Calderón queda como un gobierno en retirada, derrotado por la delincuencia y necesitado de la participación de Fox y sus yunqueros.
De Guanajuato surge una forma de gobierno enemiga de la cultura, de los disparates y los dislates, de las víboras y tepocatas como referencia discursiva y trato a los opositores; un gobierno que prostituyo el lenguaje, que hizo de la enciclomedia el gran negocio y de la mega biblioteca Vasconcelos un monumento a la corrupción, que empobreció a las universidades públicas y descapitalizo a la ciencia y a la tecnología.
No es el Guanajuato del festival cervantino, sino el del desatino, el de la verborrea sin límite que atropella y confunde.
De Guanajuato surge un gobierno que malgastó los excedentes petroleros, que devolvió 600 mil millones de pesos de impuestos a los grandes empresarios, que puso al borde de la quiebra a Pemex, que protegió al narco tráfico y desprotegió a la sociedad, que incrementó el desempleo y redujo el crecimiento económico, un gobierno que se peleó con el mundo, que nos ridiculizó y avergonzó en el extranjero y que viajó en exceso, sin brújula y con destino incierto.
En Guanajuato surgió un gobierno irresponsable, el del ¿yo por que?, como expresión del abandono de la responsabilidad pública, que propició el nacimiento y reproducción de los machetes de Atenco, el de las grandes ocurrencias, como el plan Puebla – Panamá, las refinerías en Centro América, la unificación de las Coreas, el comes y te vas y que utilizó a la religión como arma mediática y legitimación de la relación familiar y que convirtió las relaciones con el vaticano en un intento de bendición sacramental.
Ese es el Guanajuato que el PAN nos quiere imponer en el 2009, eso es lo que ofrece electoralmente para todo el país y para ello tiene un líder, un paladín, un vendedor de ilusiones, un engaña bobos dispuesto a vender nuevamente el cambio.
El Guanajuato que ofrece nuevamente el PAN, no es el de la cuna de la independencia, el grito libertario de Dolores, el de la abolición de la esclavitud; no, por el contrario, nos ofrece el Guanajuato de los que excomulgaron y fusilaron al padre de la patria, no nos ofrece el Guanajuato de la insurgencia, sino el de la reacción hecha gobierno que amenaza volver por sus fueros a cobrar los agravios y las derrotas de la historia.
Tampoco nos ofrecen el Guanajuato cuna de grandes juristas, músicos y pintores, sino, el de rancheros incultos, hacendados venidos a menos, que se han metido a la política para resarcir sus riquezas y ajustar cuentas con la revolución que les expropió sus latifundios y canceló sus tiendas de raya.
Seamos claros: no nos ofrecen el Guanajuato de las libertades, sino el del fanatismo religioso y del gobierno comulgante.
Mucho menos nos ofrecen el Guanajuato de la derecha ilustrada, representada por Lucas Alamán, sino el de la ignorancia probada, encabezada por Vicente Fox. Así regresan Fox y Martita, con los Bibriesca impunes y protegidos por Germán Martínez, presidente del PAN nacional, que en su carácter de Secretario de la Función Pública se comprometió a investigarlos y sancionarlos y que ahora nos los ofrece como un ejemplo a seguir: nuevamente, la pandilla de Guanajuato, perdonada y victoriosa tras la derrota de Calderón, viene al rescate del PAN.
En Guanajuato, la vida no vale nada.
Y aquí en Colima, un señor Fernando Antero, que también nos quiere “guanajuatizar”, sin decir qué ofrece, ni qué significa dicha expresión, pero que únicamente replica la consigna, porque esa es su función y es lo único que sabe hacer, sin tener idea de si esta hablando de las momias de Guanajuato o de las poquianchis de San Francisco del Rincón, de las películas del Santo, filmadas en Guanajuato o de las canciones de José Alfredo Jiménez, para reiterar que en Guanajuato la vida no vale nada.
Por eso Fox “guanajuatizó” su gobierno, porque para ellos México, tampoco valió nada y la impunidad del crimen organizado, los secuestros y la inseguridad ciudadana nos demuestran en los hechos que en los ocho años del panismo, la vida no vale nada.
Y para no quedarse atrás, la Senadora Martha Sosa justifica en su colaboración periodística la intención de “guanajuatizar” México y Colima y se asume más guanajuatense que colimense, y por eso considero que, en todo caso, le convendría buscar gobernar Guanajuato, para que logre su sueño, a la mejor allá no la inhabilitan, porque me queda claro que allá en Guanajuato, la vida y la ley no valen nada.
Todo le ha sido perdonado a los panistas en Guanajuato.
aproposito2004.blogspot.com

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