viernes, 18 de enero de 2008

La Razón de la Molestia de Silverio Cavazos

En cumplimiento de mi compromiso publicado ayer por la entrevista concedida a Diario de Colima, reproduzco hoy mi colaboración publicada el 15 de enero del presente, y que fue la que provocó el malestar del señor gobernador y motivó su reacción el mismo martes 15.

Para acreditar, una vez más, que en ese artículo, como en todos los demás que he escrito, no hay ofensa ni al señor Gobernador. Y que cuando he hecho alguna referencia a su administración, ha sido, única y exclusivamente, para aclararle al Ecos de la Costa, las falsedades que publican acerca de mi gobierno.

“El año pasado, el líder del priísmo en Colima, el Licenciado Silverio Cavazos Ceballos, dio a conocer ocho nombres de priístas como aspirantes a la gubernatura del estado y con posibilidades de ser candidatos del PRI en la contienda del 2009. Los nombres dados por el Gobernador, en orden alfabético, son los siguientes: Mario Anguiano, Carlos Cruz, Luis Gaytán, Héctor Michel, Arnoldo Ochoa, Juan Carlos Pinto, Rogelio Rueda y Humberto Silva.

En respectivas entrevistas, Mario, Carlos, Luis, Arnoldo, Juan Carlos y Rogelio, expresaron sus aspiraciones de contender por la gubernatura, excepto Héctor y Humberto, que no se destaparon, los otros seis sí lo hicieron, siendo el último de ellos, Arnoldo Ochoa.

Está claro que el proceso para la sucesión dentro del PRI se adelantó, porque los aspirantes tomaron en serio, y le tomaron la palabra, al líder priísta en el estado, nadie dudó de la seriedad del destape hecho de los ocho aspirantes. Nadie consideró ese hecho como una broma; por el contrario, sus palabras fueron entendidas como el mensaje de arranque. Por eso, ahora no se puede decir al interior del partido que los destapes son prematuros o de que no es tiempo de hacerlos, y menos se puede decir eso en el caso de uno de ellos, (Arnoldo) y no decir lo mismo en el caso de los otros cinco. O es para todos el llamado de atención, o para ninguno.

Pues bien, esa es ya una realidad que nadie puede parar, porque a la palabra del líder priísta se le da crédito y se le toma en serio.

Por otra parte, algunos columnistas del Ecos de la Costa pretenden ser los voceros de quiénes, según ellos, deben ser los finalistas del PRI y no digo que no puedan ser, lo que pienso es que a Mario Anguiano no le ayudan inventándole pleitos o endilgándoles los que ellos tienen.

Actúan como si ya estuvieran las cosas decididas y les molesta todo aquello que alguien publica y que no coincide con las aspiraciones políticas que ellos representan y difunden. Dan la idea de que a estos voceros les corresponde en propiedad la candidatura del PRI y tratan, incluso, de desplazar al liderazgo real del priísmo y hasta de imponerle candidatura, con el argumento de que quienes no son patrocinados por ellos, son “del otro” PRI o que los promueven quienes no coinciden con el titular del ejecutivo y han creado la ficción de que ellos promueven al “verdadero” PRI y Diario de Colima es promotor “del otro” PRI. En pocas palabras: han sembrado la idea de que la sucesión al interior del PRI es una lucha entre periódicos, lo que, es desde luego, es una falsedad evidente y una ofensa para el priísmo colimense y, por supuesto, para los propios aspirantes.

Por su parte, Diario de Colima, al entrevistar a candidatos del PRI y del PAN es objetivo y demuestra con hechos la pluralidad que hay en este periódico. En cambio, en Ecos de la Costa sólo tienen espacio a favor los dos candidatos que ellos promueven: Mario Anguiano y Juan Carlos Pinto y a los otros, Carlos Cruz, Luis Gaytán, Héctor Michel, Arnoldo Ochoa y Rogelio Rueda, se les denosta y descalifica.

En Diario de Colima al publicar la encuesta de Berumen, favorable al PRI, se ayuda a este partido y al entrevistar a aspirantes priístas, también apoya a mi partido y esto, desde luego, molesta a algunos columnistas de Ecos de la Costa y por ello los excluyen de sus comentarios favorables y los etiqueta, más que con el PRI, con el periódico que les da espacio y acceso a innumerables lectores. Me pregunto y pregunto: ¿cuál será su reacción cuando en Diario de Colima se entreviste a Mario Anguiano? ¿O no lo van a dejar los del Ecos, quienes se creen dueños exclusivos de sus aspiraciones?

Cabe destacar un hecho: no soy, ni pretender serlo, vocero de Diario de Colima o de su propietario, pero con la publicación de la encuesta de Berumen -favorable al PRI, reitero-, me queda claro que Diario de Colima manda un mensaje muy claro a los priístas: no es un periódico que esté en contra del PRI y yo aquí escribo y soy del PRI, al igual que otros que aquí escriben. Y yo defiendo al PRI a capa y espada y no he sido censurado por ello y, además, tampoco lo aceptaría.

Entiendo que el dueño del periódico, y reitero que no soy vocero del señor Héctor Sánchez, ha pintado su raya, pero no ha sido con el PRI, sino con las políticas del gobierno del estado, lo cual lamento como priísta y como exgobernador.

Sin embargo, pretender, como se ha dicho en Ecos de la Costa, que Diario de Colima es un enemigo del PRI, resulta una falsedad y una trampa que venden y que algunos despistados les compran.

Reitero: Escribo en Diario de Colima y soy priísta. Si Diario de Colima fuera enemigo del PRI, yo no escribiría aquí y tampoco me darían espacio y si eso llega a suceder, dejaré de escribir en este periódico o, quizá, me impidan que siga haciéndolo.

También entiendo lo que algunos no han querido entender, o se hacen: que Silverio Cavazos y Héctor Sánchez no se caen bien y están en todo su derecho de expresarlo recíprocamente y, además, de sentirlo. Por eso me queda claro que la animadversión personal no es un pleito entre periódicos, ni a favor o en contra del PRI. También me queda claro que esta mutua animadversión golpea al PRI.

Lo anterior no significa que por ese solo hecho, Diario de Colima esté peleando con el PRI, o que quienes allí escribimos somos de otro PRI, o que los funcionarios del gobierno, o los amigos de Silverio Cavazos, o los priístas de Colima se deben abstener de leer Diario de Colima como un acto de solidaridad con nuestro gobernador, o que ningún priísta debe hacer ninguna declaración a este periódico, a riesgo de ser acusado de traición política o de deslealtad gubernamental, como ya ha ocurrido.

O sea, algunos periodistas de Ecos de la Costa, que se creen dueños del PRI y de sus candidaturas, son enemigos del Diario y por eso quieren que los del Diario seamos enemigos del PRI. Todo porque hay un conflicto entre empresas periodísticas, cuyas preferencias las define libremente la población, al igual que los ciudadanos deciden quiénes ocupan los cargos de elección popular.

Se ha hecho evidente en Ecos de la Costa que algunos columnistas simpatizan con Mario Anguiano y con Juan Carlos Pinto y están en su derecho de hacerlo, como también ambos aspirantes están en su derecho de entregarles a dichos columnistas los derechos exclusivos de la promoción de sus candidaturas. En lo particular, no me desagrada que así sea, ni entro en conflicto con ambos aspirantes porque hayan decidido aceptar que los promuevan en dicho periódico. Tengo respeto político por ambos y amistad personal y no sería correcto que por el hecho de que en las columnas de Ecos de la Costa se hable bien de ellos, deba yo descalificarlos por ese solo hecho, que es, precisamente, lo que hacen en Ecos de la Costa: descalificar a quienes se entrevista en Diario de Colima. Pruebas hay muchas, la más reciente fue en contra de Arnoldo Ochoa, a quien descalifican por haber sido entrevistado por Héctor Sánchez en Diario de Colima y se le denosta tan sólo por algunas de sus amistades, particularmente la del señor Sánchez y la de un servidor.

Sería un error que se descalificaran las aspiraciones de Carlos Cruz por el solo hecho de ser amigo del señor gobernador o de Arturo Velasco Villa, o de otros. Como también sería un error descalificar a Mario Anguiano por ser amigo de Jesús Orozco Alfaro o de algunos columnistas que me critican. O a Luis Gaytán por haber sido el amigo más estimado de Gustavo Vázquez y así sucesivamente con los demás aspirantes.

Entiendo la molestia de Ecos de la Costa porque Diario de Colima ha puesto el tema, en las entrevistas y en las encuestas, y el referente de sus comentarios y críticas es lo publicado en Diario de Colima.

También debo dejar muy en claro lo siguiente: los de Ecos de la Costa han pretendido sembrar la idea de que yo no soy del PRI, sino que soy de otro PRI. “El otro PRI”, le han denominado. Quizá tengan razón: no soy de ese PRI que ellos dicen representar y del que se sienten dueños. He dejado constancia en esta columna de mi convicción y lealtad al PRI y si expreso puntos de vista divergentes de otros priístas, no es ir en contra del PRI, sino simple y llanamente ejercer a plenitud mi libertad de expresión, que es una de las libertades que el PRI defiende, dentro y fuera del partido.

Cuando abordo temas gubernamentales o de partido, únicamente aclaro y preciso lo que considero pertinente, porque no tengo voceros. Cuando es el caso, me deslindo de responsabilidades y de decisiones políticas que no me competen y que algunos, neciamente, me han querido atribuir.

Soy del PRI y lo seré siempre. La militancia de mi partido es la única que me puede exigir, en un momento dado, lealtad al PRI y a sus candidatos, pero nadie me puede obligar, en nombre del partido o de la lealtad que le debo, a apoyar decisiones administrativas o políticas que no comparto. Mi lealtad es con el partido y sus candidatos, pero no con sus gobiernos. A ellos mi respeto político por su investidura y mi estimación como correligionarios.”

A Propósito

1. -Respecto a la encuesta de Berumen, manifiesto mi desacuerdo con lo afirmado por algunos de que la preferencia partidaria de 31 por ciento para el PRI y de 26 por ciento para el PAN, signifique un empate técnico, por el hecho de que la encuestadora afirme que hay un margen de error de más-menos 5 puntos porcentuales y sostengan que la diferencia de cinco puntos iguala al PAN con el PRI, porque el margen de error más menos 5, ubicaría al PAN y al PRI empatados en 26 puntos o en 31. Sin embargo, pregunto: ¿por qué el margen de error debe ser en perjuicio del PRI y no del PAN?

Porque con este mismo margen de error, podría argumentar que el PRI podría tener 36 puntos y el PAN 21. Es más: técnicamente no existe el llamado “empate técnico”, pues el usar estos términos ha sido una costumbre, más para hacerse tontos y darse ánimo que para ajustarse a la realidad y las normas estadísticas. Jugar con las cifras es fácil, pero pretender hacerlo con la realidad es hacerse tonto solo.

apropósito2004.blogspot.com

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