viernes, 24 de agosto de 2007

El Informe, Las Cuentas y los Días

El presidente Calderón en un principio actuó hábilmente respecto de su primer informe, lanzó a los diputados el reto de que los invitaba a debatir en el marco de ese acto.

Desde luego que el presidente estaba blofeando, sabiendo bien que no es viable el debate desde el punto de vista legal y político en los términos de nuestra actual legislación y sabiendo también que no había tiempo para modificarla, pero sabia bien que se entraría a la discusión antes del informe en el tema del debate y no en el tema de si entraba o no al congreso o de si subía o no a la tribuna, o si le permitían o no pronunciar un discurso, sobre todo por la experiencia frustrante del expresidente Fox que llegó y se fue sin subir a la tribuna, ni pronunciar el discurso.

Durante los últimos 15 días, ese ha sido el tema mediático, el famoso debate que no existe, ni en la ley, ni en la tradición del sistema político mexicano y se debatió, incluso, de la posibilidad de un período extraordinario para reglamentarlo, el debate generó otros debates.

Calderón mantuvo ocupados a los perredistas discutiendo si debatían o no con él, al igual que a los otros partidos que discutieron entre sí este tema. Es más, el congreso del PRD tuvo como tema de discusión principal si se debatía o no con Calderón, así como la relación del PRD con el gobierno federal, el no reconocimiento a Calderón como presidente y a no debatir con él ni en el informe, ni en ningún otro momento y así este tema que Calderón expuso dividió a los perredistas en su congreso, lo cual fue bueno para Calderón, porque les puso el tema y él fue el tema del congreso, pues a un año, los grupos del PRD siguen con la misma discusión sobre si reconocen o no a Calderón y fue obvia la negativa a debatir, porque ellos no le reconocen legitimidad.

Calderón brincó el tema del acceso a la tribuna el 1° de septiembre, distrayéndolos con el debate y suponiendo de antemano que va a estar en la tribuna, los del PRD cayeron en la trampa y le entraron al tema del debate, si hubieran sido inteligentes, le hubieran dicho a Calderón que no habría debate, porque no iba a entrar al recinto y menos subir a la tribuna y pronunciar un discurso y le iban aplicar el “entregas y te vas”.

Pero Calderón agarró a los perredistas desprevenidos y entretenidos en su congreso y en su lucha interna, unos a favor de López Obrador y de sus consignas y otros a favor de Jesús Ortega y de sus aspiraciones, actuando los de AMLO en contra del debate y del reconocimiento a Calderón y los de Ortega a favor del debate con el argumento de decirle en su cara a Calderón que era un presidente espurio.

Hasta en esto les ganó Calderón a los perredistas, pues aprovecho la división, para aumentarla con el tema del debate, sabía muy bien Calderón que si aceptaban debatir con él, lo estarían reconociendo como presidente. Pero el debate entre poderes, legislativo y ejecutivo, no existe ni jurídic, ni políticamente, veamos por qué:

I.- La Constitución federal dice en su artículo 69:

“A la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso asistirá el Presidente de la República y presentara un informe por escrito en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país”.

Esto es, el 1° de septiembre de cada año, y el motivo es asistir a la apertura del primer periodo ordinario de sesiones, no a debatir; es más, su obligación es asistir y entregar un informe por escrito, no está obligado a pronunciar un discurso, aunque la reglamentación secundaria lo tenga previsto, pues constitucionalmente no está obligado al discurso, el motivo de entregar el informe por escrito es para que los legisladores conozcan la situación del país cuando analicen el documento, y legislen en consecuencia.

El artículo 87 de la Constitución establece que el presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará la protesta al cargo ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente.

En estos dos casos, el informe y la protesta, son las dos únicas ocasiones en que el presidente está obligado a asistir a sesión de Congreso General (senadores y diputados) y claramente se establece con qué motivo asiste y en ninguno de los dos casos está previsto que el presidente pueda debatir con el Congreso, la ley no se lo permite y el presidente sólo puede hacer lo que la ley le permite o faculta.

II.- México es un país republicano y representativo con tres poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, los cuales son independientes entre sí, iguales en jerarquía, pues entre ellos no existe supremacía y cada uno es superior en lo que la ley le faculta, únicamente en lo suyo. El Legislativo es superior a los otros respecto a la elaboración de las leyes, el Ejecutivo lo es sobre la administración pública y el Judicial es el poder supremo en la impartición de justicia, pues nuestro sistema funciona bajo la división y el equilibrio de poderes.

El Congreso de la Unión o poder Legislativo se integra bicameralmente, la cámara de diputados y la de senadores, sesionan y discuten por separado y nunca discuten diputados contra senadores y mucho menos los miembros del Congreso discuten con el Presidente en el marco de la ley, pues no está establecida o reglamentada la discusión entre poderes, porque sus integrantes, del Legislativo y el titular del Ejecutivo, no son pares, son diferentes, autónomos e independientes entre sí.

El Congreso de la Unión sólo se reúne de manera conjunta conforme a la ley en tres ocasiones: en la apertura del primer periodo ordinario de sesiones o informe, el 1° de septiembre de cada año, en el acto de protesta al cargo del Presidente de la República, el 1° de diciembre de cada 6 años, en las que no se prevé, ni debate, ni votación. Además, se pueden reunir en una tercera ocasión en la que el Congreso tenga que elegir a un Presidente interino y en ese caso sí hay debate en el seno del Congreso y votación, pero en las dos primeras, no.

III.- La sesión del informe que nos ocupa es una sesión protocolaria, sujeta a lo que dispone la ley, donde no hay asuntos generales y en la que sólo se permite el uso de la palabra a quienes el reglamento faculta para ello. No hay, pues, en nuestro sistema político, la posibilidad legal de que un poder discuta con el otro, o se confronten en un debate, porque si se trata de asuntos de la administración pública, el presidente es el titular y el superior y el responsable ante la ley y si se trata de asuntos de elaboración de leyes, el Legislativo es el órgano supremo y no debate sobre sus facultades exclusivas con otro poder. Si el Presidente no cumple con sus obligaciones, el Congreso, conforme a la ley, le puede obligar a su cumplimiento y si el Congreso no cumple o se excede en sus atribuciones, el Presidente puede, conforme a la ley, obligar al Congreso a que cumpla o a que no se exceda, pero no pueden debatir con sobre sus mutuas atribuciones.

El Presidente no tiene por qué ser regañado, denigrado, insultado, porque no es subordinado del Congreso, ni tampoco puede el Presidente regañar a los integrantes del Congreso, porque tampoco son sus subordinados; entonces, en nuestro sistema, legalmente no es posible el debate entre poderes.

IV.- La relación entre poderes en México esta muy reglamentada, y establece un protocolo legal que se debe cumplir y el Presidente de la República no debe actuar en función de ocurrencias y en este caso, se le ocurrió debatir. Un Presidente no puede ir al Congreso cuando quiera, si no solamente cuando la ley se lo permite o el Congreso lo invita y no puede ir hacer lo que quiera, sino únicamente lo que la ley le faculta.

Por eso, cuando el Presidente concurre a la apertura de sesiones y a entregar su informe, lo hace por disposición legal y para expresar su respeto a la voluntad popular representada por los diputados. Por eso la sesión de Congreso se hace en la Cámara de Diputados y no en la de Senadores, porque los diputados representan al pueblo y el senado a los Estados y por eso, también, quien preside esas sesiones de Congreso es un diputado y por eso lo recibe y da respuesta al informe.

Cuando el Presidente va al Congreso, se integra una comisión de legisladores para que lo acompañen de su casa al Congreso, y otra para que lo reciba y lo introduzca al recinto y otra más para que lo despida y lo acompañe, en señal de cortesía del Legislativo hacia el Ejecutivo. El Presidente no va solo al Congreso, lo acompañan integrantes del mismo y expresan el simbolismo de que su ingreso al recinto es legal y permitido por el poder Legislativo, que lo recibe en su sede.

El pretender evitar que el Presidente ingrese al Congreso es violentar la disposición legal que lo obliga a asistir y evidencia, en lo político, que el sistema que nos rige entra en el terreno de la anormalidad y en el no cumplimiento de la legalidad y de la dignidad congresional.

Impedir el ingreso del Presidente y permitir el acceso al recinto de los secretarios de estado el día del informe es un despropósito, porque el Presidente está legalmente obligado a asistir y en cambio, los secretarios no, pues solo son invitados. Al Presidente lo obliga la ley y lo obliga a asistir, por eso es un disparate que dejen entrar a sus colaboradores, a los segundos del Presidente y no a su jefe, el titular del Poder Ejecutivo.

Por eso también es un disparate que se nombren en el Congreso comisiones de cortesía de diputados y senadores para que acompañen al Presidente a entrar al recinto y no lo dejen entrar, y peor si no lo van a dejar entrar, para qué nombran comisiones de cortesía que lo acompañen de la tribuna a la salida del recinto.

V.- Sobre el discurso que pronuncia el Presidente en el Congreso, debemos señalar que no está obligado hacerlo, se ha hecho una tradición que se ha venido cumpliendo bajo un reglamento de la ley secundaria y hay que reconocer que este discurso ha pasado por etapas diversas, incluso se ha abusado de él, yo recuerdo el último nueve horas, ese día entré como diputado federal y con lo reducido del antiguo recinto de Donceles, ningún diputado se podía parar, ni salir del recinto, el discurso más breve en un informe, fue el de Fox, que en la puerta del recinto le dijo a los diputados, “pues yo venía listo para entrar, pero hasta aquí llego y me voy”.

VI.- En algunos países europeos y en Canadá se da un debate entre el primer ministro o el Presidente con el parlamento, porque, precisamente, su régimen es parlamentario, y el primer ministro inglés discute con los diputados, porque él también lo es y al tener mayoría en el parlamento se convierte en primer ministro, pero en nuestro sistema no es posible el debate entre poderes.

Después del congreso del PRD, este partido resolvió que no habrá debate en ningún momento con Calderón y que tampoco aceptarán su presencia en la tribuna y que continuarán sin reconocerlo como Presidente, nomás les falto decidir que tampoco estarán cerca o enfrente de él y que no quieren ni verlo ni oírlo.

El PAN declaró que el día del informe no aceptará el “entregas y te vas”. El PRI, en voz de Beatriz Paredes, declaró que los priistas estarán ahí el día del informe.

Pero ante la polarización de los partidos en la cámara, particularmente entre el PRD y el PAN, lo más probable es que en la última sesión de la Comisión Política Permanente del congreso, se vote un acuerdo para que Felipe Calderón Hinojosa acuda al congreso y sea recibido en el salón de protocolo y allí el secretario de la cámara le reciba el informe por escrito y se haga el acuse de recibo correspondiente y se le comunique de inmediato al presidente de la cámara ue el informe ha sido entregado por el ejecutivo al congreso para los efectos legales que procedan.

De inmediato, Calderón sería acompañado por una comisión de legisladores a su vehículo y la sesión podría continuar conforme al reglamento.

Este escenario es altamente probable, dadas las circunstancias presentes, pero ya veremos y opinaremos.

aproposito2004.blogspot.com

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