En la prensa internacional ya habían publicado algunos de los cables más controvertidos que redactó el embajador Carlos Pascual, los cuales reflejaban no sólo la gran desconfianza que tenía sobre la capacidad del gobierno mexicano de hacer frente al abierto desafío del narcotráfico, sino que en ocasiones expresaba una crítica brutal a algunas instituciones mexicanas, particularmente a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Veamos:
1.- El cable 10MEXICO083, del 29 de enero, enviado por Pascual al Pentágono y al Departamento de Estado, en el que habla de la incapacidad del gobierno mexicano.
“Las instituciones de seguridad mexicanas están frecuentemente encerradas en una competencia de suma cero, en la que los éxitos de una dependencia son vistas como el fracaso de otra. Cada agencia guarda celosamente su información y no existen las operaciones conjuntas”.
“La corrupción oficial está extendida, lo que lleva a que los grupos de funcionarios y jefes del sistema judicial limpios actúen con una mentalidad de compartimentación de información en medio de un cerco”.
“Bajo el aparente profesionalismo de los militares existe una considerable tensión entre la Sedena y la Semar. En tanto, al secretario de la Defensa, general Guillermo Galván, lo describe como un militar impresionante pero con una experiencia que no le ayuda a avanzar en la modernización de las fuerzas armadas”.
2.- En el cable 06MEXICO6971 se habla de la imagen del titular de la SSP, Genaro García Luna. El entonces embajador lo describe así:
“Un estratega, con perspectiva amplia, capacidad de resolver los problemas”.
3.- En julio de 2009 (cable 09MEXICO003195), Pascual habló abiertamente de la lucha por el poder que hubo entre los dos funcionarios García Luna y Medina Mora, entonces Procurador de la República, por lo cual México no pudo desarrollar un aparato de inteligencia efectivo para combatir el narcotráfico.
4.- En noviembre de 2009, las expresiones del embajador Pascual son muy fuertes: “La estrategia de seguridad del presidente Calderón no tiene una estructura de inteligencia capaz de producir información de calidad para operaciones de captura. Nuestros funcionarios nos reportan que las agencias mexicanas operan de manera fracturada, discrecional y dependientes del apoyo estadunidense. Con sus miles de deficiencias e ineficiencias –dice el despacho–, estas instituciones admiten que necesitan la ayuda de Washington”.
Señalan la responsabilidad directa de García Luna: “El peso cada vez mayor de la Secretaría de Seguridad Pública impide una dinámica de intercambio de información”. (La Jornada 4/marzo/2011)
CRITICA DE CALDERON A PASCUAL
Con motivo del asesinato de Javier Zapata en San Luis Potosí el presidente Calderón fue convocado a Washington a reunirse con Obama.
Un día antes, el presidente Felipe Calderón afirmó que los cables diplomáticos estadunidenses conseguidos por Wikileaks y difundidos en México por La Jornada causaton un daño severo a la relación bilateral con Estados Unidos, y en referencia al actual embajador, Carlos Pascual –autor de algunos de los mensajes más críticos sobre el desempeño antinarcóticos del gobierno mexicano–, le lanzó un sarcástico: No me ayudes, compadre.
En conversación con editores y reporteros de The Washington Post, Calderón indicó que la filtración de los cables diplomáticos secretos dañó la relación con Washington, provocó alborotos dentro de su propio equipo de seguridad nacional y tensó la relación de trabajo con el embajador Pascual.
Se quejó de que las afirmaciones plasmadas en dichos cables acerca de la aversión al riesgo de militares mexicanos, y otros que reportaron una descoordinación entre dependencias de seguridad nacional, sólo minan la cooperación bilateral.
“Es difícil si, de repente, uno ve que la valentía del Ejército (es cuestionada). Y de repente alguien en la embajada estadunidense… dice que los soldados mexicanos no son suficientemente valientes”.
Agregó el mandatario mexicano en aparente referencia a un cable firmado por Pascual en el que describe la captura de un capo por la Marina después de que los estadunidenses le proporcionaron información, misma que no había usado el Ejército, reportó The Washington Post.
Un cable firmado por Pascual que describía cómo la Marina capturó al capo Arturo Beltrán Leyva, luego de que funcionarios estadounidenses les entregaran información de inteligencia al Ejército Mexicano, el cual no tomo medidas y no quiso actuar afirmando en el cable que “el Ejército tenia adversión al riesgo”, y que fue la secretaría de Marina la que tomo la información y capturo muerto al capo en Cuernavaca Morelos.
Cuando le preguntaron si había perdido confianza en el embajador Pascual, Calderón indicó a los periodistas de The Washington Post “que ese es un asunto que tal vez platicaré con el presidente Obama. La confianza es difícil de construir y fácil perder”.
El asunto de los cables diplomáticos y de la relación entre Presidencia y el embajador Carlos Pascual, al parecer no fueron abordadas por ninguno de los dos mandatarios, ya que la prensa no da cuenta de ello.
La agencia Ap señaló que además del asunto de Wikileaks, Calderón podría estar disgustado con el embajador estadunidense porque la novia de Pascual es hija de un adversario político, el líder priista Francisco Rojas. (La Jornada 4/marzo/2011)
En una entrevista que apareció publicada en el periódico el Universal el pasado 22 de febrero, el presidente Calderón se refirió al embajador Pascual, la nota dice: “El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, el mandatario lo calificó de ignorante y señaló que su desconocimiento de lo que sucede en México provoca “una afectación y molestia en nuestro propio equipo”.
“Yo al embajador estadunidense no tengo porque decirle cuántas veces me reúno con el gabinete de seguridad ni que digo; la verdad es que no es un asunto de su incumbencia. No acepto ni tolero ningún tipo de intervención”.
Además, aseguró que hay descoordinación entre las agencias de seguridad de EU. “Vemos que la DEA, la CIA y el ICE siempre tienen una política de “Borondongo le dio a Bernabe”… la verdad es que no se coordinan y si rivalizan. (Milenio 4/marzo/2011)
Sobre esta declaración Janet Napolitano le respondió al presidente que las agencias de seguridad de Estados Unidos si estaban coordinadas.
NO SE VA PASCUAL
El gobierno de Estados Unidos defendió a su embajador en México, Carlos Pascual, al asegurar que, pese a las críticas en su contra, el diplomático "está trabajando con eficacia bajo condiciones difíciles" y por ahora no hay planes de llamarlo a consultas.
El portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, salió en defensa del embajador estadounidense en México un día después de que el diario "The Washington Post" indicó que el Presidente Felipe Calderón ha expresado reservas sobre la continua colaboración con Pascual.
"El embajador Carlos Pascual está trabajando con eficacia bajo condiciones difíciles para gestionar nuestra relación bilateral y para ayudar en la entrega del tipo de asistencia que hemos prometido a México", afirmó Crowley.
"En nuestra opinión, está haciendo una labor tremenda en nombre de la relación bilateral entre Estados Unidos y México, y desconozco que haya planes de ajustar su estatus".
Después de que Calderón indicase que las filtraciones de WikiLeaks causaron un "grave daño" a la relación bilateral, y sugirió que podría acabar la coordinación con el diplomático. (La Prensa 5/marzo/2011)
El presidente Calderón recibió en Washington una respuesta clara, contundente y esperable, el departamento de estado no tiene previsto que Pascual se valla de México.
El gobierno de México tendrá que tolerar y torear a un embajador norteamericano cuya conducta no le merece confianza pero que permanecerá aquí en México con ese carácter porque si cuenta con la confianza de sus jefes, la secretaria Clinton y el Presidente Obama.
1.- El presidente Calderón en el conflicto con el embajador acreditó, entre otras cosas, que no conoce bien a los gringos.
2.- Que se subió al ring con alguien que no era de su peso y que además le gano, debió de haber dejado la crítica en contra de Pascual al embajador de México, Arturo Sarukhan.
Además, expresa la pérdida de confianza al embajador Pascual en un momento inoportuno, cuando narcos mexicanos ejecutan a un agente de seguridad norteamericano en San Luis Potosí.
Calderón no reflexionó que el embajador Pascual está aquí porque Obama le tiene mucha confianza y es una gente muy cercana a él. Calderón anticipó un día antes de ver al Presidente Obama, ante The Washington Post, que expresaría a Obama su desacuerdo o desconfianza hacia el embajador Pascual. Ese solo hecho hacía inviable la salida de Pascual de la embajada, porque no iba a permitir Obama que pareciera obedecía una orden de Calderón, al pedir éste la salida de su embajador.
El presidente Obama le planteó al presidente Calderón la necesidad de que los agentes norteamericanos que trabajan en México puedan andar armados, a lo que Calderón le contestó que las leyes mexicanas no lo permitían, pero que iban a ver de qué manera se les garantizaba mayor seguridad.
Por su parte, el presidente Calderón, le planteó al presidente Obama, que se limitara la venta de armas en la frontera para evitar el tráfico a México, a lo que el presidente Obama le constestó que la segunda enmienda, o sea, la ley norteamericana, impedía limitar la venta de armas.
Después, los “gringos” dijeron: nosotros sí confiamos en Pascual, da buenos resultados, pero en quien no confiamos es en Calderón.
El presidente Calderón se regresó de Estados Unidos “rápido y furioso”.
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