La sociedad colimense empezó a ser víctima de la narcoviolencia; mientras, el secretario de Gobierno, Jesús Orozco Alfaro, señalaba que no se permitiría el asentamiento de la delincuencia en Colima y que el gobierno actuará con responsabilidad y efectividad para proteger la paz en el estado.
Y al igual que en otras partes del país, el jueves 22 de julio, aparecieron cuatro narcomantas, en Colima y Manzanillo, con mensajes amenazadores dirigidos a la Secretaría de Marina.
Un día después, el Ejército detuvo a siete presuntos sicarios en Tecomán.
Apenas el 26 de julio por la tarde, hubo otro tiroteo por la carretera Tepames-Colima. Al parecer, los pistoleros iban siguiendo a su víctima, a quien lanzaron dos granadas sin lograr su objetivo, pero la tercera lastimó a tres personas que se encontraban en ese momento a la orilla de la carretera.
Sin embargo, dos personas más murieron el 27 de julio por la noche, tras ser baleados en un restaurante de comida oriental, ubicado en la Plaza Litzy, aquí en la capital del estado.
Pese a la advertencia hecha por el secretario general de gobierno, Jesús Orozco Alfaro, de que no se permitiría el asentamiento de la delincuencia en Coima, los hechos han acreditado todo lo contrario y cada que se declara que la lucha va bien, no únicamente me parece oír a Felipe Calderón, sino que es cuando, coincidentemente, aumenta la violencia.
Tras cada declaración oficial, viene la respuesta violenta.
Cabe recordar que la primera semana de junio, el gobernador Mario Anguiano Moreno afirmó que los delincuentes no tendrían en Colima condiciones propicias para protagonizar actos de violencia, pero en los últimos días ésta se ha incrementado.
El más reciente hecho sangriento ocurrió, como dije antes, en la plaza comercial Litzy, ubicada en el Tercer Anillo, cerca de la avenida Constitución, en la capital del estado.
Al interior del restaurante Suntoyaki, tres sicarios según reportes de la Procuraduría estatal, ejecutaron a balazos a dos hombres y aventaron una granada que no detonó.
Ese martes, a las 19:59 de la noche, un comando armado asesinó a los cuñados Oscar Mendoza Contreras y Arturo Sánchez Mendoza.
La granada no detonó, pero para controlar la situación, elementos del Ejército, especializados en explosivos, arribaron al lugar para desactivar el artefacto, el cual fue detonado este miércoles, según informó la Procuraduría.
Arturo Sánchez Mendoza y Oscar Mendoza Contreras, los asesinados, se dedicaban a la construcción, venta y arrendamiento de bienes inmuebles en Colima, eran originarios de Zapotiltic, Jalisco y vecinos de esta ciudad capital. El primero tenía su domicilio en la calle Ignacio Sandoval y el segundo, en el fraccionamiento residencial Esmeralda, cerca de la zona donde fue asesinado. (Semanario Avanzada 31/julio/2010)
De las primeras investigaciones se desprende que Oscar Mendoza Contreras y Arturo Sánchez Mendoza, (cuñados), llegaron al restaurante en cuestión a comer a bordo de un automóvil BMW, modelo 2010, color gris, con placas de circulación particulares JHE-3995, propiedad de Arturo.
Una vez que se estacionaron ingresaron y los cuñados ocuparon el privado número dos, a las 19:45 horas, llegaron tres personas del sexo masculino y ocuparon una de las mesas cercanas a la puerta principal y luego de unos minutos salieron y caminaron con dirección al poniente, es decir hacia Villa de Alvarez.
Minutos después retornaron vestidos de negro con chalecos antibalas y empuñando armas largas (cuernos de chivo), uno de ellos se quedó en la puerta principal apuntando a los presentes al momento que les decía “TRANQUILOS, NO PASA NADA, TIRENSE AL SUELO O AGANCHENSE”.
Acto seguido las otras dos personas se dirigieron al privado No. 2, donde estaban los cuñados y sin mediar palabra alguna comenzaron a disparar muriendo en el instante, después uno de ellos sacó una granada y se las lanzó y salieron corriendo.
Luego se subieron a una camioneta Jeep, tipo Cherokee, línea SRT8, de modelo reciente, color negra con vidrios polarizados, donde los esperaba un cuarto cómplice al frente del volante y emprendieron la huída. (Colima noticias 28/julio/2010)
La granada no explotó, las consecuencias hubieran sido más graves puesto que a unos metros de donde sucedió el hecho violento hay una escuela de inglés y varios locales comerciales.
Autoridades de Jalisco, investigan el parentesco que Arturo Sánchez Mendoza podría tener con Ignacio Mendoza Contreras, de 47 años, “levantado” por un grupo de sujetos encapuchados. El hombre, hasta el momento, se encuentra desaparecido. (La Prensa Jalisco 29/julio/2010)
El subdirector de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Zapotiltic, Jalisco, Carlos Contreras Serrano, confirmó vía telefónica a Ecos de la Costa que las personas asesinadas la noche del martes en el interior del restaurante Suntoyaki, en la capital del estado de Colima, Óscar Mendoza Contreras y Arturo Sánchez [Mendoza, de 40 y 44 años de edad, respectivamente] se dedicaban a los negocios agrícolas y afirmó que nunca fueron servidores públicos en ninguno de los tres niveles de gobierno.
Resaltó que los fallecidos, que tenían alrededor de cuatro años de vivir en Colima (en donde según otras fuentes se dedicaban a la construcción y al arrendamiento de bienes inmuebles), viajaban con regular frecuencia a Zapotiltic. (Ecos de la costa 29/julio/2010)
ATAQUE Y PROVOCACION
Sobre estos hechos el señor Enrique Salazar Abaroa expresó lo siguiente: “Yo creo que el secretario de Gobierno y el de Economía y el director del Ivecol, y funcionarios que lo acompañan —de quienes prefirió no mencionar sus nombres por respeto a sus familias—, tienen que salir a dar la cara, dado que estuvo al frente de una discoteca y restaurante, que se supone que están relacionadas con personajes del narcotráfico, deben públicamente deslindarse, más si se conoce su relación personal con el gobernador del estado”.
Anota que “además Mario Anguiano acaba de nombrar a un notable constructor, que está relacionado familiarmente, “por lo menos eso se comenta periodísticamente, con gentes como Contreras, como Amezcua, como Torres, Mendoza; y que al interior de esa familia hay otros que han sido víctimas de asesinatos en Guadalajara, como un señor Torres, relacionado con el megapalenque que apoyó Fernando Moreno en su gestión, que sí tenía brújula, pero de guerra sucia y administrada en pro de la propia seguridad de quien fue su procurador de justicia —Sam López— y de nadie más”. (Avanzada 29/julio/2010)
Por lo que a mí respecta debo aclararle al señor Enrique Salazar Abaroa que es falso que yo apoyé durante mi gestión a un señor Torres en lo relacionado con lo del megapalenque, pues éste no se construyó durante mi gobierno, pues se inauguro en el año 2005 y nunca tuve nada que ver con su propietario, ni con sus socios o amigos.
Es público y notorio a quiénes han relacionado con el señor Torres y las personas relacionadas públicamente con él, tienen y han tenido derroteros políticos muy diferentes al mío.
Así, reitero que el señor Salazar Abaroa dice falsedades o miente deliberadamente y por ello lo invito a que si tiene alguna prueba que fundamente su dicho, la aporte, porque de lo contrario, consideraré sus palabras como un ataque o una provocación.
Y desde luego: cada quien que haga las aclaraciones que considere pertinentes.
www.aproposito2004.blogspot.com
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