La propuesta de Enrique Peña Nieto de fortalecer
la participación de las mujeres en la política y particularmente en el Congreso
de la Unión y en las legislaturas de los Estados, se concretó ya en la Constitución
General de la República y formó
parte de los aspectos importantes de la reforma política electoral aprobada por
diputados y senadores.
Corresponde ahora que las legislaturas de los
Estados armonicen su legislación local para que en este ámbito de competencia
se establezca legalmente esa obligación de que en las candidaturas al Congreso
del Estado, el 50 % sean hombres y el 50% sean mujeres.
Sobre esto es oportuno precisar que la cuota de género obliga únicamente para
el congreso federal, diputaciones y senadurías, y para el Congreso local en las diputaciones, por ambos principios:
mayoría relativa y plurinominales.
En el caso de las ayuntamientos, no obliga en
el caso de las presidencias municipales, pero sí obliga a que la planilla que
se postule en un municipio contenga la equidad de género, es decir, no obliga a
que los candidatos a presidentes municipales, sean el 50 % hombres y el 50%
mujeres, lo que obliga es que en la planilla para ayuntamientos, en el total de
los integrantes de la misma, presidente municipal, síndico y regidores,
propietarios y suplentes, se observe la paridad de género.
O sea, en el caso de Colima, no necesariamente
cinco candidatos a presidentes municipales deberán ser hombres y cinco mujeres,
pues la paridad se debe observar en la composición
total de la planilla y siempre una mujer propietaria llevará como suplente a
otra mujer, jamás a un varón.
En el caso de las gubernaturas, tampoco obliga la paridad de género, porque en
cada estado hay una sola candidatura y sin suplente. El próximo año se van a
renovar 9 gubernaturas: Baja California Sur, Michoacán, Guerrero, Colima,
Campeche, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Nuevo León, y no quiere decir
que el 50% obligatoriamente sean de un género y el 50% de otro género, son
elecciones independientes y no se contabilizan para efectos de género en su
conjunto, por ser cargos individuales y no formar parte de un órgano colegido
como lo son los Congresos federal y locales.
Pero no obstante que no obliga la cuota de género
en las gubernaturas, sí hay el propósito del PRI, de su Comité Ejecutivo
Nacional y también es el espíritu de Enrique Peña Nieto, que se postulen mujeres como candidatas a
gobernadoras, pero no en función de la cuota de género, sino porque hay la voluntad
política del priismo nacional de impulsar candidaturas femeninas y porque
existen en los Estados de la República mujeres con capacidad y vocación
política para aspirar y merecer dicho cargo.
No hay duda: el PRI que regresó al poder desea
y garantizará que haya más mujeres en los cargos de elección popular,
obligadamente en los Congresos y en las planillas a los Ayuntamientos.
LA UNIVERSIDAD
SE FORTALECIÓ
Terminó ya la huelga que encabezó el
Exdirigente del SUTUC, Leonardo Gutiérrez,
y otros seis universitarios más,
en solidaridad con el exlíder y con sus demandas.
1.- La Universidad de Colima, salió fortalecida
de este lamentable episodio, fundamentalmente, porque sus representantes
actuaron siempre en el marco de la Ley.
El Rector Eduardo Hernández mantuvo siempre en
defensa de la Universidad, la legalidad de sus actos y la defensa permanente de
la autonomía Universitaria.
El Rector Hernández siempre procuró el dialogo y
lo hubo, excepto cuando se puso en riesgo la integridad de los representantes
de la Universidad y excepto también cuando pretendieron ser parte del dialogo
elementos ajenos a la comunidad universitaria.
La prudencia y la sensatez siempre fueron
acreditadas a lo largo de este episodio y al final prevalecieron
El Rector Eduardo Hernández en todo momento
esgrimió los resultados de las auditorias federales y estatales de los órganos
de fiscalización competentes para determinar la correcta aplicación de los
recursos del FOSAP. Jamás se acreditó ninguna irregularidad en el manejo de los
recursos destinados a las pensiones y jubilaciones de los trabajadores.
El Rector Eduardo Hernández, en todo momento
acreditó que la Universidad ha pagado durante 25 años, con recursos de la
tesorería, la nómina de los jubilados y pensionados durante todos esos años. La diferencia entre lo que aportan la Universidad y los trabajadores es menor a
la nómina de pensionados y la dife5encia la pagado puntualmente la Universidad
de Colima.
Por esta razón, las aportaciones de la
Universidad y de los trabajadores no se depositaron en el FOSAP, para proteger
precisamente a dicho fondo y no se pagaran del mismo las diferencias entre la
nómina y lo que se aportaba, que siempre fue menor.
Lo anterior siempre fue validado por las
entidades que auditaron y fiscalizaron el gasto y en ningún momento
consideraron que era una ilegalidad o una violación a la normatividad, porque
la misma legislación establece que si bien hay la obligación de depositar las
aportaciones al fondo, también existe la obligación en la normatividad de
proceder en la administración del FOSAP, buscando siempre su beneficio y lo que
más le sea rentable.
Las autoridades universitarias siempre
mantuvieron comunicación clara y pertinente al interior de la Universidad, por
eso la comunidad universitaria siempre se mantuvo unida en torno a la defensa
de la Universidad ante la agresión sin razón y sin sustento legal de quienes
pretendieron violentarla.
Por eso, la Universidad se mantuvo siempre laborando en
armonía, pues los llamados a la huelga o al paro de actividades universitarias
no encontraron eco en ningún momento. La Universidad de Colima no vio alterado
su ritmo de trabajo académico, que tanto le ha prestigiado.
La Universidad, una vez más, salió fortalecida,
su comunidad cada vez más unida en lo que sabe hacer bien: estudiar, luchar y
trabajar, como dice el lema que la caracteriza.
Nunca más pertinente el compromiso de la
Universidad de actuar siempre con responsabilidad social.
La Universidad se fortaleció porque no entró en
conflicto, no lucho ni venció a nadie, únicamente acreditó lo que es su divisa:
enarbolar y tener la razón.
La Universidad se fortaleció porque no recurrió
ni a la guerra sucia ni al golpe bajo, únicamente a la legalidad.
La Universidad se fortaleció porque hizo valer
su autoridad moral y eso es suficiente cuando ésta existe.
Nuestra Alma Mater se fortaleció porque no
permitió el chantaje ni la intolerancia de algunos de sus hijos descarriados.
La Universidad se fortaleció porque no aceptó
ser botín político de una izquierda sin rumbo y sin destino, una izquierda que
ha sido derrotada permanentemente por la sociedad, por carecer de oferta política y proyecto
social, una izquierda que ha hecho de la confrontación interna su modo de vida.
La Universidad se fortaleció porque el gobierno del Estado se asumió, como
obligado está, de ser garante de la Autonomía Universitaria.
La Universidad se fortaleció porque siempre
estuvo de su lado la Federación de Estudiantes Colimenses y sus representados, que de manera permanente
asistieron a clases.
La Universidad se fortaleció porque contó
siempre con el respaldo de los jubilados y pensionados y de los trabajadores
universitarios.
La Universidad se fortaleció porque la sociedad
colimense mayoritariamente le reiteró su confianza, al no hacer caso de la
estridencia y el insulto, y menos de lo que pretendió ser un conflicto.
La Universidad de Colima se fortaleció porque
el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad de Colima se convirtió, en
este tema, en su interlocutor legitimo.
La Universidad de Colima se fortaleció porque
ninguna de las demandas judiciales, federales o locales, que se presentaron en
su contra procedieron; el Poder Judicial reconoció siempre la legalidad de los
actos de las autoridades universitarias y rechazó las pretensiones fuera de la
Ley que presentaron sus detractores.
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