viernes, 14 de enero de 2005

El Gobierno Cambia, La Oposición Sigue Igual

Mucho se ha escrito y dicho sobre el estilo personal de gobernar, sobre todo en nuestro país. Pero, independientemente del programa, del plan de gobierno y de los compromisos electorales, el ejercicio del poder no es ajeno, y en ocasiones es fundamental, al carácter y personalidad del gobernante.

Por eso, en México, y Colima no escapa a esa situación, la política, más que partidizarse, se personaliza, y la oposición, más que criticar programas o propuestas, en ocasiones la crítica se dirige hacia la persona, al gobernante, y a su estilo de ejercer determinado cargo.

En el caso de Colima, en el sexenio pasado la oposición y un servidor, en mi carácter de gobernador, mantuvimos una relación política dominada por el debate permanente, que en muchos casos, los diputados de la oposición lo consideraban como una agresión o como un pleito de carácter político, en la que de una manera inusitada, los diputados y el gobernador fijábamos nuestros puntos de vista públicamente, y en ocasiones, sorprendía no el tono del debate, sino que por primera vez, los diputados públicamente cuestionaban al gobernador y éste a su vez, públicamente les contestaba.

En el primer año de mi gobierno, un grupo de personas llamadas “las madres de la libertad”, patrocinadas por la oposición, pretendieron, sin éxito, evitar mi entrada a palacio de gobierno, instalándose durante varios meses en las puertas del palacio, con la esperanza de que en una actitud autoritaria los desalojara y poder así exhibirme como represor, intolerante o que utilizaba el poder para cobrar venganza de los agravios que había recibido en la campaña política.

Sin embargo, se equivocaron doblemente, entré a palacio el primer día laborable, no los desalojé, se levantaron del plantón porque ya nadie les hacia caso, precisamente cuando ya me estaba acostumbrando a ellos. Así, acredité en los hechos que soy tolerante a cualquier manifestación y expresión política.

De esta manera, durante mi sexenio la oposición dijo lo que quiso sobre mi gobierno y sobre mi persona y yo también, en ejercicio de mi libertad, les dije lo que quise, nunca se limitaron, menos los limité y mucho menos me limité.

Esto fue a finales de 1997, mucho tiempo antes de que Vicente Fox ganara la presidencia de la república en julio del 2000, y digo esto porque en aquel entonces la oposición me acusaba de peleonero, de que los provocaba, de que los agredía políticamente y yo les respondía que eran los nuevos tiempos, que desde fines de 1997 había un cambio en Colima y que ejercíamos nuestra libertad.

La oposición no lo veía así, pero ahora, cuando el Presidente Fox tiene un enfrentamiento permanente con López Obrador y también está enfrentado al Congreso de la Unión, desde luego con la oposición, ahora los panistas dicen y el Presidente Fox también, que no es pleito, que son los nuevos tiempos, que es la libertad que se vive en México, gracias al cambio.

Aquí en Colima, el debate político y el cambio se dieron antes, lo que quiere decir que lo que antes criticaban los panistas en Colima, respecto al debate político, ahora lo defienden y promueven; quiere decir que yo tenía razón, y hasta ahora se han dado cuenta de ello.

En Colima, pues, se argumentaba por parte de la oposición, particularmente por el PAN, que yo tenía la culpa de la confrontación política, pregunto ahora a los panistas ¿el presidente Fox tiene la culpa de la confrontación política?

Es importante reflexionar que a casi 15 meses de que terminó mi mandato gubernamental, la oposición en Colima y particularmente el PAN, sigue confrontada con el gobierno estatal.

Se ha dicho, y es cierto, que el gobernador Gustavo Vázquez Montes, tiene un estilo distinto de gobernar al mío -y qué bueno que así sea- sobre todo, que se confronta menos con la oposición, lo cual es cierto y qué bueno.

El Gobernador Vázquez Montes tiene un estilo más conciliador con la oposición, no es de confrontación política diaria, pero no es nada dejado, pues ya ha dado muestras claras y públicas de su carácter; responde puntualmente a la oposición y no se deja presionar por nadie.

Permanentemente invita a la oposición al diálogo y al trabajo conjunto, es incluyente, pero no obstante estas virtudes políticas del gobernador Vázquez Montes en su trato con la oposición, los políticos de oposición le faltan al respeto de manera frecuente, lo provocan, lo acusan, lo denuncian sin motivo y no obstante eso, el gobernador reiteradamente los llama al diálogo y a la conciliación, y así, ha logrado consensar la renovación del Tribunal Electoral, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, el Instituto Estatal Electoral, la aprobación unánime del presupuesto de egresos del 2005 y el impuesto del 2 por ciento a la nómina, siempre busca el consenso y lo ha logrado para el bien de Colima.

¿Por qué, entonces, si el gobernador es conciliador, dialoga y busca los consensos, los panistas lo atacan con frecuencia? Si el gobernador anterior estaba confrontado con la oposición y ahora hay un nuevo gobernador que trata diferente a la oposición que no la provoca ni la confronta, ¿por qué la confrontación política está presente en los medios?

La respuesta es sencilla, hubo cambio de gobernador, pero la oposición es la misma; el gobernador cambió, pero la oposición no cambia, siguen igual, particularmente los panistas: intolerantes y groseros, no tienen lado, porque suponiendo sin conceder, que conmigo la oposición se peleaba, por mi estilo de gobernar, ¿por qué se pelean los panistas con Gustavo Vázquez, si tiene un estilo diferente de gobernar, al ser conciliador e incluyente?, la respuesta es sencilla: los peleoneros son los mismos de siempre, pues se pelean con cualquier gobernador, no cambian.

Ejemplos de lo anterior podríamos enumerar muchos: las acusaciones sobre la huelga de Tecomán que reiteradamente hace Elías Martínez, las declaraciones de Antonio Morales, las de Adán Blanco, sobre el despotismo ilustrado, las de Jorge Iñiguez de gobernador ingrato, las de Leoncio Morán que lo llamó intolerante e irrespetuoso porque fue a un acto del PRI, las declaraciones despectivas de Leoncio hacia los secretarios del gabinete y que al referirse a cinco de ellos los llamó empleados del gobernador.

Tal parece que estos panistas tienen una competencia interna a ver quién supera a Jorge Luis Preciado, en la capacidad de insulto.

Por otra parte, sorprende que si los diputados panistas han votado junto con los diputados del PRI; o sea, han consensado y aprobado el presupuesto, el impuesto a la nómina, los nombramientos de magistrados electorales, los integrantes del Instituto Electoral, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, del Tribunal de Escalafón y Arbitraje, etc., al día siguiente de que aprueban algo junto con el PRI, lanzan un ataque al gobernador, como lo hizo recientemente Jorge Iñiguez, al llamarlo ingrato, y que siempre que se logra un acuerdo quieren de inmediato mandar la señal al panismo, de que el pleito sigue y por eso después del consenso reanudan la confrontación.

Tal parece, que al interior del PAN hay una fuerte división, entre los que quieren la confrontación permanente, y los que consideran pertinente llegar a acuerdos y avanzar y que saben bien que si no hay acuerdos, el PRI tiene mayoría y la puede ejercer o bien, aliarse con otros partidos.

Tal parece que hay un grupo de panistas que obliga a la dirigencia al pleito permanente. Si es así que lo digan, para comprender su actitud pendular de consenso-confrontación y así saber que la confrontación es con el único propósito de satisfacer al grupo de choque que al interior del PAN perdió la dirigencia y la coordinación de la bancada panista; si es así, ni coraje da y que los priístas les contesten para que queden satisfechos, pero en el entendido de que no es pleito, sino que debe satisfacerse a uno de los grupos panistas que todo han perdido al interior de su partido y quieren que los priístas paguen los platos rotos.

A Propósito

Las Frustraciones De Toñito

En esa tónica de pelea y descalificación se desenvuelve el diputado federal Antonio Morales de la Peña, quien una vez fue considerado como una promesa del panismo y que a su corta edad política es ya un perdedor electoral, y mal perdedor por cierto, porque nunca ha aceptado que perdió la elección de gobernador y tiene como proyecto encabezar que se castigue a los supuestos culpables de la anulación de la elección constitucional de julio del 2003, que perdió por el PAN Enrique Michel.

Aquí hay una gran contradicción, porque Toñito Morales anda defendiendo todavía la elección anulada en que perdió Enrique Michel, y no defiende con esa misma pasión la elección extraordinaria en que él perdió; o sea, no dice nada de la elección en que fue derrotado, lo que quiere decir, que no tiene nada que decir, que acepta que le ganaron limpiamente. Por eso no la cuestiona, pero sí se refiere permanentemente a la elección constitucional de julio en la que no fue candidato, la cual fue anulada por el Tribunal Federal.

Tiene razón Toñito Morales: le tiene mucho odio a la elección anulada, porque al haberse anulado, propició que él fuera el candidato a gobernador en la extraordinaria y que perdiera la elección y eso no ha podido superarlo. La anulación lo convirtió en un perdedor electoral; o sea, si no se hubiera anulado la elección, no hubiera habido extraordinaria, él no hubiera sido candidato y sería en este momento un diputado federal triunfador; pero no, la anulación lo hizo candidato y perdió.

Ese es el odio y la frustración que no supera y por eso patrocina infructuosamente el castigo implacable para quienes son supuestamente culpables de que se hubiera anulado la elección; o sea, según él ,yo soy culpable de que se anulara la elección y por eso fue candidato en la extraordinaria lo que, según él, me hace culpable también de su derrota, y por eso patrocina y da ánimos a quienes presentaron en mi contra demanda de juicio político.

Durante más de un año como diputado federal, Toñito Morales no ha hecho nada por Colima, en diciembre del 2003 cuando se discutió el presupuesto para el 2004, Toñito Morales andaba de candidato y por lo tanto, no consiguió nada de los beneficios que el presupuesto 2004 aportó para Colima.

En la discusión del presupuesto del 2005, Toñito Morales votó en contra de los múltiples beneficios para Colima que aprobaron todos los diputados de la oposición, y recientemente ha declarado que si el Presidente Fox gana la controversia constitucional a los diputados, Colima perderá 286 millones y é dice que prefiere que el Presidente gane la controversia, aunque pierda Colima.

Recientemente, declaró que la iniciativa de ley presentada por el senador Héctor Michel, para resolver los problemas de límites con Jalisco, no va a fructificar; o sea, que Toñito le apuesta a que Colima pierda territorio, para así poder cuestionar al gobierno priísta, y esto ya lo habíamos advertido en la campaña electoral de diciembre del 2003, que los panistas jaliscienses apoyaban a Toñito Morales, para tener un gobernador en Colima que les ayudara a ganar el pleito de límites

¿Qué ha hecho Toñito Morales como diputado federal por Colima?, nada en beneficio de los colimenses; ha utilizado la diputación federal en contra de los intereses del Estado y en busca de cobrar venganza por su derrota electoral. Por eso, su única iniciativa de ley presentada ante la Cámara de diputados fue en contra de la marea roja, y se ha dedicado también a promover localmente y en la Cámara de Diputados Federal juicios políticos en mi contra, denuncias en la Procuraduría General de la República y declaraciones permanentes de descalificación a un servidor.

¿Pero qué obra ha gestionado para Colima? Ni un solo metro de banqueta, en beneficio de sus electores o de los municipios de su distrito.

¡Ah!, pero ya declaró Toñito, sin haber hecho nada por Colima, que está listo para ser candidato a la presidencia municipal de Colima; o sea, como los malos jugadores, que una vez que pierden, les urge que se repartan nuevamente cartas para jugar y apostar y tratar de reponerse. El perdedor cree que si sigue jugando debe ganar algún día y por eso le urge volver a jugar, aunque no haya hecho nada por Colima. Recientemente, el diputado federal Toñito Morales, en sus ya acostumbradas referencias a mi gobierno y con ese odio enfermizo que me tiene, declaró que durante mi gobierno se utilizó la Procuraduría de Justicia del Estado para realizar componendas políticas.

Rechazo la acusación: en política se hacen negociaciones y se logran consensos y la única negociación política que recuerdo haber hecho con la oposición durante mi gobierno, y en la que estuvo involucrada la Procuraduría General de Justicia en el Estado, fue acerca de una declaración del Señor Procurador, Doctor Antonio Sam López, en la que se refirió a investigaciones sobre la presunta conducta de Toñito Morales, y que motivó que el hoy diputado federal hiciera un plantón afuera de palacio de gobierno y que además en ese tiempo, en su carácter de diputado local plurinominal, se hiciera acompañar por los cuatro coordinadores de las fracciones parlamentarias del Congreso local al despacho del gobernador, y ahí estuvieron en mi oficina, Arturo Velasco Villa (PRI), Jorge Iñiguez (PAN), Armando de la Mora (PRD) y Joel Padilla (PT), con quienes negociamos políticamente una disculpa al diputado Toñito Morales, por las declaraciones del Procurador y a la vez, que la investigación sobre esos hechos no continuara.

Esa no fue componenda, fue negociación política.

Cabe destacar que si bien durante la campaña política en que participó Toñito Morales como candidato a gobernador, profirió y permitió graves acusaciones a un servidor, y a otros distinguidos priístas, de estar ligados al narcotráfico, y promovió tirar en avioneta miles de panfletos con esa falsa acusación; en cambio, jamás durante la campaña ningún priísta y menos los responsables de la campaña política del PRI, sacaron a la discusión pública el tema de la declaración del Procurador sobre una presunta conducta de Toñito Morales, entonces candidato a gobernador.

El lodo siempre se lanzó del lado en que estaba Toño Morales y sus amigos y si quiere el diputado federal que fuera del ambiente electoral discutamos estos temas, estoy a sus órdenes.

Por mi parte, lo haré con mucho gusto, pues aún me deben Toñito Morales y sus amigos, entre ellos Leoncio Morán, quien había sido dueño de la avioneta en que se tiraron los panfletos, una explicación de por qué nos acusaron injustamente de estar ligados al narcotráfico.

Si yo acepté negociar que el Procurador de Justicia del Estado le diera una disculpa a Toño Morales y suspendí la investigación sobre ese asunto, en ese entonces Toñito exigió y se le dio una disculpa, negociada políticamente.

A mí, la disculpa por la falsa acusación por narcotráfico, no la espero de Toñito Morales, pues ese mismo mes de diciembre del 2003, la Procuraduría General de la República, declaró que la acusación no tenía fundamento. Así la disculpa de Toñito saldría sobrando, porque vale tanto como la acusación que lanzó y patrocinó sin fundamento alguno.

Para que quede claro a todos, esto es sólo una respuesta al marcado y permanente interés mostrado por el diputado Toñito Morales por mi persona. Le doy respuesta para que no diga que al no hacerle caso, doy por ciertas sus acusaciones.

Reitero: algunos panistas se quejan a diario de que escribo y hago declaraciones y ellos a diario me citan o se refieren a mi persona o a mi actuación pública. Luego se quejan por las respuestas. Por mi parte, les agradezco la publicidad gratuita. Como político en activo, le doy todo el valor que tiene. Gracias a ellos sigo en los medios y, por lo tanto, en la política.

A Propósito De Locho

Me han llamado infinidad de amigos y lectores para preguntarme si voy a contestarle a Locho el ataque que realizó en contra de la diputada Hilda Ceballos.

A este respecto, simplemente les he contestado que el presidente municipal de Colima, Leoncio Morán, insultó a una diputada priísta del Congreso del Estado. Seguramente será ella misma quien habrá de responder a las acusaciones que Locho le hace de ser intolerante, irrespetuosa, de tener un patrimonio mal habido y de no tener calidad como persona. Todo eso le dijo Leoncio Morán a la diputada por el primer distrito de Colima.

Cuando el presidente municipal o alguna otra persona se refieran a la esposa del exgobernador Fernando Moreno y la agredan en esa calidad, tendrán mi respuesta pronta y expedita.

Pero por sus dichos y hechos como diputada, se basta y sobra para defenderse por sí sola, como ya lo ha demostrado. Si se llegase a acreditar que el ataque es por ser mi esposa, entonces, Leoncio Morán ya sabe que conmigo, el que se lleva se aguanta.

Pero por lo pronto, supongo que esto es sólo un asunto de la diputada Hilda Ceballos.